- Demanda del consumidor: El poder creciente y las necesidades insatisfechas alrededor de la personalización, adaptación y co-creación conducen a la proliferación de nichos de mercado.
- Productos: Los avances tecnológicos que permiten la modularidad y la conectividad transforman los productos de objetos inertes a dispositivos “inteligentes”, mientras que los avances en la ciencia de los materiales hacen posible la creación de objetos mucho más intricados, capaces y avanzados, o hábiles de otra manera. Al mismo tiempo, la naturaleza del producto está cambiando con muchos otros productos, trascendiendo sus roles como posesiones materiales que las personas tienen, para convertirse en servicios para los cuales compran acceso.
- Economía de producción: Las tecnologías tales como el sistema aditivo de manufactura hacen que sea posible fabricar productos más rápidamente de forma económica, en lotes más y más pequeños.
- Economía de la cadena de valor: Las tecnologías digitales acortan la distancia entre el fabricante y el consumidor, permitiendo que el fabricante evite a los intermediarios tradicionales.
Sean bienvenidos al planeta de los robots
La manufactura vive una revolución silenciosa con la llegada de máquinas inteligentes alimentadas con Big Data. El desplazamiento de mano de obra es inminente y a México debiera importarle.
Sería una pérdida de tiempo buscar, en tiendas o en catálogos de ventas en línea, unos tenis con punta de goma verde, tela en azul desvanecido y suela rígida roja. No existen… por ahora.
Puede ser que nunca se fabriquen, pero, en poco tiempo, bastará con que alguien los imagine y los ordene para que robots y software de diseño, al servicio de las grandes marcas deportivas, los hagan realidad.
No es ciencia ficción. Adidas ya trabaja para propiciar ese momento. De la mano de la también alemana Siemens, planea cómo serán los próximos procesos de producción personalizada en las llamadas speedfactory.
A partir del uso de modelos de tecnología avanzada, software de simulación y análisis de datos, Adidas apuesta por la creación de fábricas industriales de tamaño medio que incorporan tecnologías de impresión 3D y robótica, lo que se ha dado en llamar la manufactura 4.0 o cuarta revolución industrial.
“El nuevo centro de producción de Adidas se ubicará en Ansbach, en el sur de Alemania”, señala Iván Pelayo, vicepresidente de Digital Factory, Process Industries and Drives, de Siemens. “Se trata de una fábrica de 4,600 m2, donde impresoras en 3D y brazos mecánicos producirán zapatos moldeados y personalizados según las exigencias de los clientes”.
Pero en la automatización también hay sombras. El panorama para la manufactura a escala mundial anuncia cambios de grandes dimensiones, derivados de la utilización de nuevas tecnologías. La discusión ya se desató y está relacionada con el temor de que el mundo esté en la víspera de una pérdida masiva de puestos de trabajo en las fábricas.
Los soldados de las nuevas plantas fabriles serán robots, y sus herramientas son nuevas generaciones de paquetes de software de diseño y gestión de procesos, asequibles gracias a alianzas entre compañías de manufactura y firmas tecnológicas que se autoimponen la misión de innovar permanentemente.
Aliados en la automatización
Aunque, más que una adquisición es un tema de colaboración, el convenio que tiene Adidas y Siemens para personalizar sus productos implica transmitir los métodos y herramientas tecnológicas para la implementación en nuevos procesos.
Pero existen otros modelos. Uno es el que, hasta hace unos meses, realizó la firma tecnológica ABB con la compra de Bernecker + Rainer Industrie-Elektronik, una compañía que suministra soluciones de arquitectura abierta, basadas en productos y software para automatización.
“B&R es una joya en el mundo de la automatización de maquinaria y plantas de manufactura, y esta combinación es una oportunidad única, con nuestra oferta digital y nuestra base instalada de más de 70 millones de equipos conectados, 70,000 sistemas de control y ahora más de 3 millones de máquinas automáticas y 27,000 instalaciones de fábricas en todo el mundo”, dijo, en abril, Ulrich Spiesshofer, CEO de ABB, a propósito de la transacción.
La tecnología incorporada en los artículos, aunada a la conectividad, convierte productos “tontos” en “inteligentes”, y éstos, a su vez, se transforman gradualmente en plataformas e incluso en servicios simples y especializados.
México es ubicado internacionalmente como un país manufacturero por excelencia. Su industria manufacturera es clave a escala internacional, y es el motivo central de que el país esté considerado como el séptimo de los más competitivos en manufactura del mundo, indica Manuel Nieblas, experto en Manufactura de Deloitte.
Una de las ventajas clave del país son los tratados de libre comercio con decenas de naciones y la cercanía y estrecha relación comercial con Estados Unidos, lo que se traduce en competitividad internacional.
La industria nacional más fuerte es la automotriz. Para el Inegi, el sector consumo forma parte del sector manufacturero, pero, a juicio de Nieblas, no se le debe colocar ahí, de modo que quedan como los más fuertes, el automotriz y luego los de los sectores químico y de productos industriales, que básicamente son maquinaria y electrónica, entre otros.
Aunque el sector manufacturero es uno de los pilares en el país, el experto de Deloitte llama la atención sobre algunos claroscuros de esta actividad. “Si vemos particularmente el sector automotriz, [éste] ha venido con crecimientos interesantes en lo que va del año, y sigue creciendo, pero a un menor ritmo que en años anteriores”.
Esto se debe, principalmente, a la incertidumbre por la revisión todavía pendiente del Tratado de Libre Comercio y a que algunas compañías detuvieron sus inversiones, lo que llevó a que proveedores del sector decidieran hacer lo mismo, lo cual provocó un efecto de cascada.
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Cambios en la manufactura
Aunado a esta revolución, va un cambio en las necesidades de los consumidores y una nueva forma de comprar, que se rige por su exigencia de que les personalicen sus productos.
En su estudio “El futuro de la manufactura. Fabricando cosas en un mundo cambiante”, Deloitte define cuatro cambios fundamentales por los cuales atraviesa la industria manufacturera.