La legendaria Familia Achar vende su joya: Comex, líder en el mercado de pinturas en México. Con ello, Sherwin Williams multiplicará en un tris su penetración en Estados Unidos y América Latina.   Por Sergio Castañeda   El nuevo rey de la brocha gorda en México, antes, gustaba de vender taladros, pulidoras, cortadoras de loza. Es alguien que sabe que una casa o un edificio necesitan mantenimiento para generar sensaciones de bienestar, lo que se traduce en dinero para quienes producen todos esos fierros y elementos que pueden transformar un espacio desaseado en la habitación soñada. Pablo García Casas, ex directivo de Black & Decker, es el jefe en México de Sherwin Williams, la firma estadounidense de pinturas que compró por 2,340 millones de dólares (mdd) al icono de la industria de este país: Comex, líder del segmento residencial con 3,300 puntos de venta. Con ello, la firma que nació en México en 1926 en una pequeña tienda en el Centro Histórico, se convierte de un brochazo en la empresa de pinturas más poderosa del país y, colateralmente, se consolida en la tercera posición mundial, sólo superada por Akzo Nobel (Holanda) y PPG (Estados Unidos). ¿Qué trae entre manos Sherwin Williams? ¿Porqué, metafóricamente hablando, quiere borrar del negocio de las pinturas a Comex? Forbes buscó a ambas partes, que declinaron hacer comentarios al respecto; sin embargo, los analistas sostienen que esta adquisición representa una plataforma para que Sherwin Williams pueda fabricar y desarrollar productos de calidad a bajo costo y atacar mercados comunes, sobre todo latinoamericanos. Un mercado podría estar en su brújula: América del Sur, donde Comex no había penetrado y también una región que en cierta forma conoce Pablo García, gracias a que de 1996 a 1998 se había desempeñado como director general de Black & Decker Argentina. Se espera que Sherwin Williams exprima los 2,340 mdd que sacó de su chequera, ya que con esta operación se convierte en el vendedor más grande de pinturas en comercios minoristas con un total de 7,200 tiendas, al sumar las 3,500 que tiene actualmente conforman la red de distribución de Comex en México (3,300), Estados Unidos (240), Canadá (78) y Centroamérica (82).   Pasado, presente y futuro La raíz de esta historia vino con las olas del Oceáno Atlántico. A principios del Siglo XX, trepado en un barco de emigrantes árabes, arribó Aarón Achar con su familia al Puerto de Veracruz. Ya instalados en la Ciudad de México, uno de sus hijos, Marcos Achar Lobatón, quien había nacido en la ciudad de Alepo, en Siria, comenzó a trabajar en las estaciones del ferrocarril vendiendo ropa. 1922 fue su gran año: se casó con una mujer de nombre Allega Tussie Cabasso y, a partir de entonces, su historia ya no fue la misma. Brotó su vena para hacer negocios. “El Gallito”, una pequeña tlapalería, fue su primer negocio, ahí aprendió el arte de vender. Sus hijos heredaron sus formas. José adquirió “El Paso del Valle”, una de las tiendas de pintura que más vendía en la ciudad y, para 1952, en una modesta casa ubicada en la Colonia Independencia, nació Comex. Hoy, el ‘Universo Comex’ es el principal brazo que Sherwin Williams utilizará para aumentar su penetración en Estados Unidos y América Latina. Saúl Villa, socio a cargo de Fusiones y Adquisiciones de KPMG México, asegura que lo que compró Serwin Wiliams es “mercado”, sobre todo en regiones donde no estaba o carecía de las condiciones para asentarse. “Cuando una empresa busca penetrar geografías diferentes a la suya, es más fácil y rápido comprar una empresa que esté bien posicionada y, si es el líder como en este caso, logras tener esa presencia de la noche a la mañana”. Carlos Ruiz, profesor del Área de Política de Empresas del IPADE, lo dice en otras palabras: “La industria de pinturas es un mercado maduro donde la única forma de ganar participación es comprando redes de distribución. Lo que estamos viendo está pasando a nivel mundial: empresas que se están consolidando a través de la compra de otras empresas para aprovechar las economías de escala, pero sobre todo la buena posición de mercado de sus competidores, como sucedió en su momento con las cementeras y las cerveceras”. Bajo esta lógica, Sergio Rojas, tesorero de la Asociación Nacional de Fabricantes de Pinturas y Tintes, desliza un pronóstico: “Es probable que Sherwin Williams siga comprando empresas en Latinoamérica y Asia (China) para consolidar su posición global”. Comex cuenta con un amplio portafolio de productos y servicios; ocupa el cuarto lugar en ventas en Norteamérica y el séptimo en el Continente. En México, es líder del mercado y cuenta con el Centro de Investigación en Polímeros y el Laboratorio de Evaluación Visual de Color, considerados únicos en su tipo en América. Así, con esta operación el imperio Comex, como se conocía, ya no será el mismo y dará paso a un nuevo gigante. De igual forma, la historia de la Familia Achar se integra al expediente que se ha escrito con otras experiencias recientes de legendarias empresas mexicanas que han caído en manos de grandes grupos extranjeros (léase Grupo Modelo y, hace un par de años, Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma).   Reacción en Cadena Los analistas consultados coinciden que está en ciernes una guerra por el mercado de las pinturas. De ese modo, una vez que la compra de Comex sea aprobada por los órganos de competencia de Estados Unidos y México, vendrá una reacción de competidores extranjeros como Akzo Nobel, PPG y Dupont, que podrían adquirir algún jugador local importante para incrementar su participación de mercado. En consecuencia, prevén que empresas nacionales como Berel, Dual, Prisa, Casther o Adhler, realicen adquisiciones o formen alianzas estratégicas como mecanismo de defensa para hacer frente a Sherwin Williams, que con Comex tendrá casi 50% del mercado arquitectónico del país. “Siempre ante el anuncio de un grande comprando a otro grande hay perspectiva de pérdida de clientes, pero al mismo tiempo se abren oportunidades. Entonces, seguramente veremos reacciones de las empresas ya instaladas en el país, mexicanas y extranjeras, con movimientos en ese sentido”, explica Saúl Villa. México, en ese entorno, es una plaza clave para cualquier jugador que pretende conquistar más mercado. Y, de acuerdo con los especialistas, hay tres factores que alimentan esta percepción: la estabilidad macroeconómica del país; la existencia de empresas mexicanas viables, abiertas, con un potencial de crecimiento y una administración profesional; junto con la gran posición geográfica. Según los cálculos de Saúl Villa, de KPMG, vendrán más fusiones y adquisiciones en México. La cercanía con Estados Unidos será uno de los grandes ganchos para ello. “Geográficamente estamos muy bien localizados y eso es muy interesante para la estructura de costos de las empresas. Creemos que vamos a superar los 30,000 mdd de empresas extranjeras comprando en México y de empresas mexicanas comprando en el extranjero”. En tanto, ¿qué negocio traerá en mente la Familia Achar? Forbes buscó a Carlos Achar, pero no fue posible contactarlo. Por su parte, Carlos Ruiz, maestro del IPADE, sostiene que la venta de Comex quizá no haya obedecido a una disputa entre los hermanos. Su hipótesis es más simple: observaron el momento para vender y lo hicieron. Punto. ¿Otra línea de negocio en puerta? Quizá, pero lo que es un hecho es que un imperio más fortalecido, en breve, se meterá a las casas de millones de mexicanos, estadounidenses y latinoamericanos.

 

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