Como dijera Emma Thompson, “Cualquier problema en una familia, grande o pequeño, siempre parece comenzar con una mala comunicación: alguien no está escuchando”. La familia tiene que disponer de canales de comunicación limpios, sin ruidos ni interferencias que malogren la comunicación y, por lo tanto, la salud del grupo familiar. La comunicación eficiente es un factor especialmente importante cuando la familia es además dueña de un negocio y responsable de su conducción.

Crear una empresa no es un proyecto que se lleve a cabo muy fácilmente, y cuando se trata de un negocio familiar, es aún más complicada la tarea, pues los intereses particulares de cada uno de los miembros de la familia pueden ser no solo divergentes, sino totalmente opuestos. Por lo tanto, la comunicación es un aspecto clave para la unión y armonía de la empresa, así como el uso de las herramientas necesarias para asegurar la continuidad y éxito de la empresa.

Una empresa es como una pareja de recién casados: al principio todo marcha de manera excelente, pero con el pasar del tiempo, esta se va deteriorando si no hay comunicación y no se busca crecer en conjunto. Cuando se está creando un negocio familiar, la ilusión, el trabajo y el esfuerzo conjunto vislumbran en el ambiente, pero cuando se empiezan a ver las ganancias, las relaciones no siempre marchan de la misma manera. Como en toda relación, la comunicación se vuelve fundamental para dejar las cosas claras y evitar conflictos entre los miembros de la familia que después pueden ser difíciles de remediar.

Pasos para una relación saludable entre familiares que trabajan codo a codo

Para que los lazos personales, las guerras de poder, la entrada de nuevos socios, o los mismos intereses particulares entre familiares no sean motivo de conflicto, es necesario seguir una serie de pasos para prevenir y resolver discusiones y desencuentros:

1. Emita reglas claras, y por escrito

Aunque el negocio es producto de un proyecto familiar, esto no quiere decir que este debe complacer los antojos o las ideas de todos. Es necesario dejar las políticas de funcionamiento claras, así como la manera en que se tomarán las decisiones. La empresa es un ente aparte, y lo primordial es respetar los intereses de esta antes que de cualquier persona en específico.

2. Instaure roles bien definidos

Es importante separar los lazos familiares con los laborales, pues en cada espacio se deben manejar las cosas de manera diferente. Una cosa es la relación que tiene con los hijos o los hermanos y otra la que tiene con ellos mismos como empleados, socios o compañeros de trabajo.

3. Identifique y discierna los sistemas

Separe el concepto de empleado del de accionistas y familiares al momento de determinar el monto de los sueldos, prestaciones y dividendos.

4. No haga o diga nada que pueda herir o hacerle daño a un familiar

Aférrese al proverbio que dice que todo lo que haga se le devolverá. La gente no recordará lo que usted diga, sino lo que haga.

5. Recuerde que cada discusión tiene al menos tres puntos de vista

El suyo, el del otro y el de un tercero, el cual probablemente esté más cerca de la objetividad. Siendo más versátil y viendo las cosas desde la perspectiva de los demás, enriquecerá su propio punto de vista.

6. Espere a calmarse antes de hablar

Tenga en cuenta que la relación es más importante que la discusión. Deles más relevancia a las personas que a las opiniones.

7. Sea consciente de la diferencia entre análisis objetivo y crítica destructiva

Observe si el propósito de sus palabras es ayudar, desahogarse o hacer daño.

8. Busque el lado positivo, aún de las situaciones más complicadas

Es una disciplina que le ayudará a pasar más fácilmente los momentos difíciles y a convertir los problemas en oportunidades, preserve siempre la unidad familiar antes que el beneficio personal.

9. Establezca el hábito de hacer preguntas y, sobre todo, de escuchar las respuestas

Pregunte antes de reaccionar. Algunas veces disparamos y después preguntamos. También preguntamos, pero escuchamos para contestar, y no para entender.

10. Manténgase fresco cuando los otros pierdan la cabeza

Usted tiene el control sobre sus emociones, no lo pierda. No se trata de no demostrar su molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirse de una acción cometida en un momento de descontrol. Tenga presente que si es tolerante con sus familiares, ellos también serán pacientes en los aspectos no muy gratos de su personalidad.

11. Trate a todos sus familiares y personas con las que tenga contacto de la manera en como usted esperaría ser tratado

Nunca se arrepienta de tratar muy bien a la gente; es el mejor negocio en todos los sentidos.

12. Cuente con un protocolo adecuado para la familia y empresa

La capacidad del protocolo familiar para evitar y resolver conflictos dependerá de la responsabilidad con la que usted adopte y elabore este documento, teniendo en cuenta la realidad de cada familia y su entorno con la empresa (es decir, no hay un protocolo universal para todas las familias; cada uno se escribe según las circunstancias de cada clan, de manera similar como cada familia acuerda las reglas de su casa).

También puede complementarse con un documento de planeación estratégica que sirva de guía para el rumbo que tomará la empresa, y que resultará útil cuando se produzca un conflicto relacionado con alguna de las cuestiones que el mismo protocolo contemple. Sin embargo, este documento solo funge como una guía para la familia, debiéndose complementar con una muy buena comunicación y compromiso, de lo contrario, será ineficiente.

“Tenga en cuenta que la relación es más importante que la discusión. Dele más relevancia a las personas que a las opiniones”.

¿Para qué necesitamos mejor comunicación?

Finalmente, hay que tener presente que la mejor manera de gestionar los conflictos en las empresas familiares es la prevención de los mismos. Cabe señalar que no hay sistemas o métodos infalibles. Cada empresa familiar tiene características particulares, y sus miembros una cultura propia con valores diferentes. Si no se toman medidas como las anteriormente señaladas, esas particularidades finalmente se traducirán en una serie de conflictos recurrentes que minarán las relaciones personales y perjudicarán a la empresa, llegando incluso a propiciar su desaparición.

Es importante también recordar que la comunicación juega un rol sumamente importante, ya que sin ella no importa cuantas medidas de control o protocolos se establezcan: si no existe desde un principio una buena comunicación y las personas no han aprendido a escucharse unas a otras, entonces es muy probable que la familia padezca conflictos de manera constante.

Si bien, nunca seremos capaces de prevenir los conflictos al 100 por ciento, minimizarlos puede hacer una gran diferencia en el día a día. Los beneficios son muchos, y prácticamente todos ellos emanan de lo mismo: propiciar un buen ambiente familiar y de trabajo y de convivencia mejora la moral, hace más eficiente el trabajo y repercute positivamente en la supervivencia, crecimiento y, a la larga, prosperidad de la empresa. Recuerde que estas prácticas, que algunos otros podrían considerar un lujo, pueden otorgarle a su empresa familiar mayor equilibrio, mejores resultados y armonía en las relaciones familiares.

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