“Aunque ese último objetivo no se logró, definiría mi participación como un esfuerzo valiente, opacado por errores desafortunados en el curso. Fue un evento de altibajos, pero en general una experiencia excelente y una gran oportunidad. Ha sido genial conocer y competir contra atletas de todo el mundo. Espero seguir impulsando mi esquí y otras pasiones empresariales en la vida”, aseveró.
Rodolfo Dickson, el último mexicano en tomar parte en la justa invernal, no logró terminar la primera ronda en su prueba, el eslalon. Conforme avanzó en el recorrido perdió fuerza y lo logró terminar la prueba, como sucediera con la mitad de los 106 competidores.
Finalmente, German Madrazo comentó que el proceso de clasificación para estos Juegos Olímpicos de Invierno fue muy difícil, ya que tuvo apenas 12 meses para aprender a esquiar y obtener su pase, y aunque no dudó que lo lograría, no fue un camino fácil.
“Cuando se logró la clasificación, el 22 de enero, pocos días antes del inicio del evento, mi concentración total se centró en recuperarme de lo duro que fue lograr obtener la plaza, además de llegar a los Juegos Olímpicos de Invierno y dar mi mejor esfuerzo. Ahora que volteo hacia atrás, te puedo decir que tuve una participación histórica. Ningún mexicano había logrado clasificar a esta prueba bajo los criterios actuales, que son muy estrictos. Y mira que vivo en Texas, a donde tuve que irme por el tema de la inseguridad en Tamaulipas, y no en Colorado o Utah, donde hay nieve todo el año y puedes entrenar constantemente”, detalló.
Al hablar de la Villa Olímpica, señaló que los atletas viven en departamentos de mucha calidad, y cada uno tiene espacio para seis personas. En el comedor se servían alimentos las 24 horas del día y era el espacio donde más convivían atletas de todo el mundo, todo el tiempo. Sobre la organización general del evento, dijo que fue impecable de principio a fin, y que los voluntarios marcaron la diferencia para que las cosas se realizaran con mucha armonía y sin contratiempos.
“Era increíble conocer a gente de tantos países en un solo lugar y platicar con ellos. La verdad es que ahí se vive un ambiente muy profesional y de hermandad deportiva. Y en cuanto a las instalacions de la pista en la que competí, realmente eran inmejorables. Hubo una nieve perfecta los dias de comepetencia. Eso sí, era una pista durísima, con muchas subidas. A diferencia de otras pistas donde entrené y competí anteriormente, la pista de PyeongChang tenía subidas más empinadas y más cortas, aunque en el esquí de cross country las pistas están homologadas para que tengan una dificultad similar”, comentó el atleta.
German Madrazo, quien terminó su prueba en último lugar, pero con una euforia que le dio la vuelta al nundo, confiesa estar enamorado de su deporte y espera que el haber clasificado a unos Juegos Olímpicos inspire a otros mexicanos a intentarlo y a lograrlo. Cabe señalar que sufrió un accidente en bicicleta a finales de 2016 que lo tuvo en cama durante tres meses, “sin poder si quiera acostarse o dormir bien”, lo cual hizo más difícil y más significativo el haber llegado a PyeongChang 2018.
“Mi intención es seguir y ojalá estar en Beijing 2022 y más allá, seguir en el esquí de distancia hasta que tenga 80 años. Si bien tuve un mal día cuando competí en estos Juegos Olímpicos, no puedes ser malagradecido con la vida. Tuve una experiencia increíble e inolvidable y prefiero darle la vuelta a la hoja y concentrarme en los aspectos positivos de la Olimpiada, en los aprendizajes. La ceremonia de apertura fue algo impecable”, concluyó el atleta, quien anteriormente concluyó 18 eventos de Ironman y muchos maratones (con una marca personal de 3 horas 2 minutos en esa prueba).
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