Por Fernanda Langarica* El oro ha jugado un papel muy importante en la historia de la humanidad. Se tiene evidencia de su uso desde el año 3,000 a.C., incrementando su relevancia a tal grado que, durante las primeras décadas del siglo XX, la política monetaria de los países estuvo regida por lo que se conoce como el “patrón oro”. Aun cuando este patrón fue reemplazado por otros mecanismos, a la fecha, el oro continúa jugando un papel muy relevante; por lo que en 2018 los bancos centrales de varios países realizaron compras inéditas de este metal. En ese sentido, el patrón oro es un sistema monetario en el que el banco central del país que adopta este patrón, garantiza que el valor de toda moneda que se emite está respaldado por su equivalente en oro, permitiendo al poseedor de la moneda canjearla en cualquier momento por su equivalente en oro. En 1821, Inglaterra se convirtió en el primer país en adoptar el patrón oro como resultado de un creciente comercio internacional. Fue seguido por países como Alemania, Canadá y Estados Unidos, de manera que para 1900, la mayoría de los países desarrollados habían ligado sus economías a este patrón. Los países que lo adoptaron se vieron beneficiados al controlar fácilmente la inflación, pues sus bancos centrales solamente podían emitir el dinero que pudieran respaldar con oro. Este patrón también les ayudó a fijar un tipo de cambio estable, reduciendo la incertidumbre en su comercio internacional. Debido a la Gran Depresión de 1929, Inglaterra dejó de usar al patrón en 1931, con la finalidad de poder estimular a su economía mediante la aplicación de una política monetaria expansionista. En 1944, se estableció un nuevo sistema monetario internacional (liderado por Estados Unidos) que fue utilizado hasta iniciarse la década de los setenta. Mediante este acuerdo, varios países vincularon el valor de sus monedas al valor del dólar y el dólar a su vez vinculó su precio al valor del oro. Este sistema prevaleció hasta que en 1973 se dejó de usar por completo para que los países ligaran el valor de su moneda a otro moneda o canasta de monedas, o que estos dejasen a ésta flotar libremente para determinar su valor. A la fecha, además de mantener reservas en monedas extranjeras, los bancos centrales de muchos países mantienen reservas en oro debido a que lo consideran como un activo de refugio que puede ser utilizado ante contingencias, eventos inesperados o emergencias. Esto, porque el oro no tiene riesgo de default de una contraparte, pues no depende del respaldo del gobierno o de una tercera parte que haya emitido este activo. El oro es también un instrumento altamente líquido que proporciona un importante nivel de estabilidad a un portafolio de activos de un banco central, pues normalmente su precio tiene una baja correlación con los precios de otros activos, siendo un buen mecanismo para que un banco central diversifique su riesgo. De acuerdo al Consejo Mundial del Oro, en 2018 los bancos centrales de varios países aumentaron sus reservas en 651.5 toneladas, incrementando éstas en 74% con respecto a 2017 para diversificar su riesgo a través posiciones en oro. Entre las principales ventajas del oro como instrumento de inversión para un portafolio destaca el que ha demostrado mantener su valor a largo plazo, por lo que es una buena manera de preservar un patrimonio personal. Recordemos que cuando el dólar se deprecia en relación a otras monedas, el oro tiende a subir de valor. Adicionalmente, el oro es un mecanismo confiable para protegerse de la inflación, pues su precio generalmente se ha incrementado en momentos en que este indicador ha sido alto y los mercados de valores bajan. Es un activo que retiene su valor en momentos de incertidumbre financiera y geopolítica, ya que su valor aumenta cuando los mercados financieros caen o se generan conflictos entre países que juegan un papel relevante en la estabilidad internacional. Como muestra de lo anterior, en la segunda mitad del mes de junio del presente año, el precio del oro aumentó significativamente debido al incremento en las tensiones entre Estados Unidos e Irán. El oro también puede llegar a ser una gran forma de obtener un financiamiento inmediato, ya que, a través de joyas elaboradas con este metal precioso, se tiene acceso a préstamos prendarios. A lo largo del tiempo, las diferentes generaciones se han beneficiado de las ventajas de la conservación del valor del oro y de la simplicidad del préstamo prendario. Sin embargo, actualmente las nuevas generaciones han optado por hacerse de gadgets mismos que se devalúan rápidamente. Es conveniente inculcar en estas generaciones la relevancia del valor del oro, con el fin de utilizarlo como mecanismo de defensa o refugio ante situaciones financieras inciertas. *Directora de Administración y Finanzas de Nacional Monte de Piedad. Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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