Sin planes aún para anunciar y con el suspenso de quién lo sucederá en la dirección general de Citibanamex, este jueves Ernesto Torres Cantú hizo su primera despedida antes de asumir por completo su nueva encomienda como CEO de Citi en América Latina. La ceremonia de despedida, dijo, será el próximo 12 de noviembre en el salón Valparaíso, en la sede del banco en el Centro Histórico.
“Imagínate, ahorita tengo dos chambas”, comentó tras la presentación de los resultados del grupo Financiero en el tercer trimestre de 2019.
Los números arrojan un crecimiento a pesar de que en general, tanto la cartera crediticia como las operaciones se mantuvieron relativamente estables.
Convencido de que no tiene temas pendientes en México por ahora, Torres Cantú, el ingeniero como lo llama su equipo, sabe que no es un adiós, ni siquiera un hasta luego de su tierra natal.
“Cómo parte de mis responsabilidad nueva de Latinoamérica incluye México”, lanza. “Así que librarse de mí, no, sigo ahí”, comenta como advertencia de que sus funciones serán similares pero a una mayor escala.
Apenas el jueves pasado por la tarde, Citi comunicó la promoción del ingeniero como CEO para la región en sustitución de Jane Fraser, quien ascendiera como directora global de Banca de consumo y presidenta de Citi.
En cuanto al balance de su administración al frente de banco, que comenzó en enero de 2015, es contundente: “está fácil, la dejo muy bien”, arroja entre risas.
Por ello, Torres Cantú aún se mantiene hermético en relación con sus próximas responsabilidades.
“Pregúntame el trimestre que entra porque el nombramiento fue el jueves de la semana pasada. En términos generales es exactamente el mismo principio de Citibanamex: brindar a nuestros clientes la mejor experiencia bancaria. En el caso de Citi en Latinoamérica, el negocio es corporativo, no tenemos banca de consumo, y atendemos a las empresas más grandes en 23 países, ese es el servicio que damos”, dice.
Termina su participación y como dicen por ahí, casi sin saber que sería su última vez que lo haría.
“No me había dado cuenta que era la última”, comenta entre risas, antes de salir a atender uno de tantos nuevos compromisos.

 

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