Para Alfredo Rentería, la pregunta es recurrente: ¿El hotel Rosewood San Miguel de Allende era antes una hacienda o un convento? Él siempre sonríe y relata que, pese a su aspecto de construcción colonial, el hotel se levantó desde cero a principios de la década de este siglo XXI, cuando San Miguel de Allende fue nombrado Patrimonio de la Humanidad (2008).

Desde su inauguración, en 2011, ha sido sede de múltiples bodas y eventos corporativos de alto nivel. Sin embargo, desde mediados de marzo y hasta mediados de julio, el hotel, al igual que la mayoría de los establecimientos turísticos en el país, se mantuvo cerrado en su totalidad. Esto supuso muchas bodas pospuestas y viajes corporativos de procedencia nacional e internacional cancelados.

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“Fueron meses de preparación para el staff. El primer paso consistió en entender qué estaba pasando y asimilar que no podríamos quedarnos cerrados. Fueron tiempos de capacitación intensa para implementar nuevos protocolos que dieran confianza a los clientes hacia el futuro”, dice el director general de este hotel emblemático de la ciudad guanajuatense.

La primera medida que se tomó en Rosewood fue dotar al personal de una cobertura de gastos médicos mayores particular para que se sintieran respaldados en caso de enfermar.

“Los salarios y la cobertura fue lo primero que se planteó a nivel corporativo. Queríamos que todo el staff sintiera que tenía una cobertura, incluso si había una saturación del servicio médico público. Ésa es la clave, creo yo, y el mensaje para transmitir que, como industria, nos preocupa, en primer lugar, la seguridad y la experiencia. Eso va a ser crucial para poder reactivarnos”.

Actualmente, los huéspedes son recibidos por concierges con caretas y mascarillas; el equipaje es desinfectado con aerosol antes de llevarlo al lobby. A la entrada, los huéspedes deben pasar por un tapete de desinfección y aplicar gel antibacterial en las manos.

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Nadie lo hubiera imaginado hace unos meses, pero, al estar en las áreas comunes, aun dentro del hotel o los jardines, es obligatorio el uso de cubrebocas, tanto para huéspedes, como para el staff. Rosewood ya recibe peticiones para celebrar bodas, viajes corporativos y festejos, pero en pequeño, con una cantidad de invitados limitada, según lo van anunciando las autoridades locales.

Rentería afirma que ya se empiezan a agendar festejos con listas de 30 o 40 invitados. Aún no se sabe si podrá hacerse la clásica cena de fin de año, que puede tener un aforo de 600 a 1,000 invitados. Las experiencias de relajación y entretenimiento se planean al aire libre y algunos servicios todavía están restringidos.

EVENTOS HÍBRIDOS, ¿EL FUTURO?

En México, en 2019 se celebraron 320,000 eventos, con 35 millones de participantes que requirieron 29 millones de cuartos de hotel. Las actividades de turismo de reuniones representaron empleos directos e indirectos para 1,071,000 mexicanos, de acuerdo con cifras del Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones (Comir).

El Comir estima que, como efecto de la pandemia, se esperaría la caída de 244,000 empleos, de los cuales 93,000 serían fijos. El panorama es bastante más pesimista que las previsiones que se tenían para el año, pues para 2020 se proyectaba que el empleo en el sector alcanzara 1.13 millones de personas, de los cuales 627,000 serían empleos fijos.

Enrique del Valle, director de la agencia Monster Marketing, explica que el mayor reto para la reactivación del turismo de reuniones y eventos corporativos es que, dado que muchas de las compañías están recortando los gastos al máximo, hoy es importante para los organizadores recordarle a esos clientes cuál es el valor de organizar este tipo de experiencias.

La reapertura de los primeros hoteles resulta una señal positiva hacia adelante y ayuda a disipar la incertidumbre. Sin embargo, ahora los planificadores de eventos se enfrentan al reto de encontrar sedes con la infraestructura y conectividad necesarias para realizar eventos híbridos. Así lo explica Alberto Robles, de la empresa de meeting planning Blue Point Management.

“Tenemos que explorar el potencial de los eventos híbridos y online. El contacto humano nunca se va a perder porque es algo que necesitamos. Vamos a tener que acostumbrarnos a planear una temporada de eventos que sólo impliquen de 10 a 15 personas. En esta fase será importante ver qué sedes van a poder brindar una experiencia amena para los asistentes, pero también cuáles cuentan con la infraestructura necesaria para hacer alguna transmisión de streaming para los ‘asistentes’ que no estarán presentes físicamente”.

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Sin embargo, para quienes están acostumbrados a hacer eventos corporativos donde un auto aparece en medio del mar, la opción de descartar las experiencias vivenciales ni siquiera se discute.

“Tenemos que ver las herramientas digitales como un complemento, no como un reemplazo de las experiencias. Debemos mantenernos saludables y ayudar a que los asistentes lo estén con el máximo cuidado, pero hay que ser cautelosos en no promover la tecnología como un reemplazo de los eventos”, señala Marco Rea, director general de la agencia de producción de eventos A+B Concepto.

TENDENCIAS DE RECUPERACIÓN

Ana Repetto, ceo de la agencia Nomadic Totem, está acostumbrada a planear experiencias locales para visitantes internacionales. Conoce bien las costumbres de Oriente y ha tenido que gestionar atención especial para grupos que vienen con requerimientos exigentes.

El reto de su trabajo puede ser tan complejo como idear una forma “justa” de alojar a una veintena de gerentes de la India que tienen la misma jerarquía, en un hotel con habitaciones de diferentes categorías. Para esta experta en logística de grupos, la tendencia que deberá aprovecharse en el entorno de recuperación es que, si bien los visitantes extranjeros no llegarán por ahora, los viajeros mexicanos tampoco podrán pensar en experiencias fuera del país.

“Ésa es una ventana de oportunidad importante para regresar la atención de los mexicanos a los destinos locales, una oportunidad, incluso, de reconectarlos con lugares y tradiciones”, señala. Para Luis Dorantes, de A+B Concepto, la pandemia se convirtió en un salto que hace avanzar varios años la industria de eventos.

“Antes de la contingencia, veíamos la oportunidad de hacer eventos con ponentes en otra parte del mundo. Creo que ése es el tipo de modalidades por explorar: aprovechar la tecnología y hacerla rentable”. Sin embargo, por encima de todas las tendencias, la que cobrará más relevancia y jerarquía será garantizar un ambiente saludable que inspire confianza, afirma Laila de la Torre, de la agencia Grupo de la Torre.

El Comir explica que las empresas de reuniones deberán, en la medida de lo necesario, de acuerdo con el tamaño y complejidad de un evento, establecer una “Comisión de Protección Covid-19 Industria de Reuniones y Eventos”, que sería un comité encargado de prevenir y corregir los posibles riesgos sanitarios por la enfermedad, durante la gestión de las firmas proveedoras y la producción de eventos.

Si ya se tiene una figura similar, se deberá reforzar con aspectos relacionados con Covid-19 y, de preferencia, integrar a un especialista epidemiólogo que asesore con buen tino profesional.

TURISMO SUSTENTABLE

Alfredo Rentería, director de Rosewood San Miguel, afirma que replantear el negocio al hablar de turismo implica estudiar nuevos protocolos y certificaciones. El hotel de San Miguel de Allende cuenta ya con el certificado “Primero la Salud”, tanto en centros de consumo del hotel, como en el hotel mismo.

A nivel local, el hotel tiene la certificación “Guanajuato Sano”, otorgado por la Secretaría de Turismo del Estado, y el sello “Viaje Seguro” (“Safe Travels”) otorgado tanto al estado como a la ciudad por el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo. Salvador de Anda, director de Turismo de Reuniones de San Miguel, cree que los destinos se volverán más responsables en la protección de la salud y de las comunidades.

Laila de la Torre considera que, si antes de la pandemia se hablaba de “3R” en materia de sustentabilidad: reusar, reciclar y reducir, ahora esas tres R serán: respeto, responsabilidad y riesgo.

“Las compañías tendremos un reto muy grande, porque deberemos administrar el riesgo de los clientes. Veremos un turismo de reuniones fortalecido, es cierto, pero tendremos que despedirnos, por un buen tiempo, de los eventos masivos. Eso es una realidad”, añade.

 

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