Las auditorías, al igual que otros servicios profesionales, han experimentado una transformación significativa debido a los avances tecnológicos de los últimos años, así como las expectativas de nuestros clientes, del mercado y el alto ambiente regulatorio que está en constante cambio.

El desafío como profesionistas es redefinir prácticas y operaciones. Mucho se habla del auditor del mañana, pero el futuro ha llegado antes de lo esperado; tal vez fue la pandemia que nos obligó a acelerar el paso y hacer uso de la tecnología para atender cualquier asunto sin límites geográficos.

En el proceso de redefinirse, el mercado requiere los siguientes elementos:

Habilidad digital

La tecnología ha irrumpido en el ejercicio de auditoría y ha cambiado drásticamente la forma en que se información complejos y la capacidad de utilizar tecnologías emergentes son cruciales para brindar una auditoría eficiente.

Auditoría “en tiempo real”

La adopción de herramientas que permitan una auditoría continua y el monitoreo constante de los estados financieros requerirá una mentalidad ágil, adaptable y eficaz. Esto proporcionará una visibilidad realizan los procedimientos de análisis de datos. Debemos desarrollar habilidades digitales avanzadas en herramientas como la IA y automatización de procesos. Además, la comprensión de sistemas de más oportuna sobre los riesgos financieros, operativos y de regulación, además permitirá la toma de decisiones oportuna y proactiva para la toma de decisiones.

Valor agregado

A medida que las tareas manuales y repetitivas se automatizan, deberíamos centrarnos menos en tareas operativas y más en proporcionar un valor agregado mediante programas firmes, bien definidos y enfocados en temas medibles. 

Información sensible

La gestión de riesgos y ciberseguridad son aspectos aún más críticos en el ejercicio de la auditoría. La identificación de vulnerabilidad es parte de un nuevo ADN, así como en la recomendación de medidas para proteger la información financiera de los clientes.

Ambiente regulatorio cambiante

El futuro de la regulación seguirá influenciado por la dinámica cambiante del entorno empresarial, los avances tecnológicos y las demandas de consumidores. Los reguladores deberán adaptarse de manera proactiva y colaborativa para abordar los desafíos emergentes y aprovechar las oportunidades que surjan en los mercados del futuro.

 

Siguientes artículos

Energía térmica solar-termosolar
Ven en nearshoring detonante de la energía termosolar en sector industrial
Por

De la capacidad instalada en México de energía térmica solar, el sector secundario solo representa el 4.5%, por lo que h...