La vida diaria de la población de Pompeya, compuesta por esclavos, libertos, artesanos y trabajadores, contada a través de los objetos cotidianos como las camas en las que descansaban o los platos en los que comían, se muestra en una nueva exposición en el área arqueológica de la ciudad destruida por el Vesubio en el 79 d.C.

“La otra Pompeya. Vidas comunes a la sombra del Vesubio” quiere contar la vida de ese 80 por ciento de la población menos adinerada que habitaba la ciudad y que no se aprecia en los hogares ricos con decoraciones refinadas que se pueden visitar, y que vivían en casas formadas por pocos ambientes y pocos lujos pero que constituían el tejido urbano y social de la antigua ciudad. 

A través de siete secciones, con unos trescientos hallazgos y tres instalaciones multimedia, el itinerario expositivo permite seguir idealmente el curso de la existencia de quienes pertenecían a esta población, desde el nacimiento hasta la muerte investigando sus actividades vida diaria, nutrición, relaciones personales, costumbres y entretenimiento, pero también la relación con el mundo exterior y con la fe religiosa y el más allá.

“La exposición habla de una belleza diferente a aquella habitual, clásico y mármol, y propone en su lugar la estética de la vida cotidiana, de los objetos y de imágenes que rodeaban a la gente corriente”, explicó en una nota el director del área arqueológica, Gabriel Zuchtriegel.

El director agregó que la exposición “también habla c, aspectos que nos ayudan a entender por qué en ese momento mucha gente buscaba nuevas respuestas y perspectivas, una situación que finalmente condujo al legado más importante y duradero del mundo clásico”.

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Nueva exposición en Pompeya revela la vida cotidiana de sus pobladores

La muestra recoge como era la vida de los niños de las familias pobres y trabajadores en Pompeya, “mucho más frágil de lo que uno pueda imaginar”, explican los organizadores con el peligro de las enfermedades, ausencia de medicinas, pero también violencias, infanticidios y abandono legalizados por uno sociedad que consideraba la niñez una etapa simple de vida.

La sonrisa llena de vida de “El pequeño Adonis”, en el fresco de la Casa del Suceso contrasta tristemente con los nombres de los niños y los números de sus pocos años de vida vividos grabados en las lápidas que se encontraron en Pompeya, 

En la sección de la “Nutrición” se explica la diferencia de dieta entre las clases sociales, pues en las casas se pueden ver algunos frescos de bodegones donde aparecen peces y carnes, alimentos más refinados y caros en comparación con los de origen vegetal más frecuente en dietas pobres. 

“Tunicatus populus” era la forma de indicar la clase más alta baja de la población, que poseía como única ropa sólo la túnica y no tenía derecho a usarla, encima, la toga, como la élite, gracias a los tejidos carbonizados y restos de tela encontrados se pudieron identificar algunas de estas diferencias en la vestimenta. 

También se reconstruyeron las creencias de los más pobres, que confiaban más en los dioses Dioniso e Iside, para tener mejores actividades comerciales o cosechas pero también a los cultos vinculados a la posibilidad de cambios, para esperar en una mejor vida. 

En este nueva exposición de Pompeya, que durará un año, se ha recreado por ejemplo la habitación de esclavos encontrada en las excavaciones de la zona de Civita Giuliana y se pueden observar cómo eran las camas, de madera, plegables con una red de cuerdas y objetos como las esposas con las que eran apresados.

Con información de EFE.

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