Por Alma Solís En el mundo automotriz existe la historia del día en que Ferruccio Lamborghini, un exitoso fabricante de maquinaria para agricultura, fanático de los Ferraris, tuvo problemas con el embrague de su auto, un modelo GT250. Cansado de reclamar al taller, llamó al propio Enzo Ferrari, dueño de la marca, y éste le contestó que un fabricante de tractores no podía entender sus autos. Esa noche Ferruccio decidió hacer autos deportivos. Un auto de lujo se basa en la distinción, el enfoque y la dedicación del fabricante, el detalle en su diseño, el proceso de su construcción, los materiales con los que se construyen, la tecnología que se utiliza y lo que se le transmite al consumidor. Es por ello que se convierten en la pasión de muchos. Puedes leer: Los Centroamericanos más Creativos de Forbes Gustavo Ripoll, vicepresidente de Dell EMC para Centroamérica y el Caribe, es uno de esos amantes de los automóviles con cierta preferencia por los fabricados en Alemania, lo cual lo lleva a que en su hogar existan dos vehículos de esa nacionalidad, uno es el que él mismo maneja de marca Mercedes Benz. Así como Ripoll, son cada vez más los ejecutivos que dejan ver sus preferencias por lo que conducen, pues aunque para algunos el automóvil es un medio de transporte, para otros son piezas únicas y hasta de colección. Alguien que también comparte el gusto por los fabricantes de autos germanos es Matías Mora, director de BRG para Centroamérica. Su primer auto fue un alemán de marca Volkswagen modelo Golf GTI. “Era un auto deportivo y elegante, muy rápido, color gris plata y le había puesto hasta nombre, se llamaba Titán”. Así lo recuerda dejando ver nostalgia por su primer vehículo que lo delata como aficionado a los autos. A partir de ese primer Volkswagen ha tenido Audi, Mercedes Benz y Porsche, estos últimos sus favoritos. Mora asegura que tiene preferencia por los autos deportivos de alta velocidad, más en aceleración que en su velocidad final. Aunque no sólo los deportivos lo atraen. “También soy práctico y me gusta una buena SUV familiar, ya que es un auto muy funcional, me inclino siempre por uno que tenga fuerza-velocidad y a la vez sea cómodo, amplio y seguro, que me permita desplazarme por todo tipo de terreno y con buen andar”. Un galope italiano Sin embargo, la preferencia automovilística de los centroamericanos también se extiende al galope italiano de Ferrari, es por ello que desde hace dos años esta escudería tiene en Panamá su primera tienda de concesionario para manejar los seis países de la región y el Caribe. Más de 250 Ferraris están registados en estos países, incluyendo modelos antiguos y de la nueva línea. De este número, 100 se encuentran en República Dominicana, 45 en Panamá, 30 en Costa Rica, 30 en El Salvador y 30 en Guatemala. El plan de Ferrari es vender entre ocho y nueve autos al año en este mercado en los próximos cinco años, tomando en cuenta el crecimiento del poder adquisitivo, comenta a Forbes Henry Ávila, gerente general de Ferrari en Panamá. Ávila describe al comprador de Ferrari en Latinoamérica con rasgos distintos al del “ferrarista” global. Estos últimos se dividen en tres: están los nativos, como los coleccionistas que siempre ha tenido Ferrari y fomentan su pasión adquiriendo otros autos; en segundo lugar, está aquel que ya tiene un auto de esta marca, le gusta y va por otro, aunque no hará una colección, y el tercer tipo de comprador es el primerizo que siempre ha querido tener un Ferrari, es apasionado por los autos y por este modelo en específico, le gusta tener autos como el Lamborghini o un Bentley. A este se le define como un amante de la industria, pero no había tenido un Ferrari. Lo que rompe esta definición con respecto a los latinoamericanos es que estos compradores tienen menos capacidad adquisitiva por ser una economía con barreras más altas, también los detiene el tema de seguridad, que los hace querer pasar desapercibidos, y por último la escaza infraestructura de carreteras. Otro tipo es el coleccionista que tiene autos en su país de origen y como tiene casa en otras partes del mundo, tiene un Ferrari en Latinoamérica. Algo que ha cambiado es la edad de quien compra autos de lujo. Por lo general, el Ferrari era adquirido por empresarios o ejecutivos arriba de los 50 años, que era cuando alcanzaban cierto grado de estabilidad emocional. Pero hoy hay ejecutivos más jóvenes, entre 30 a 35 años, que ya sea por gusto propio o por haber heredado esta afición, adquieren su primer Ferrari a una edad temprana. ¿Qué tan alcanzable es este sueño? Aunque hace unas semanas se difundió que alguien había pagado más de 30 millones de dólares (mdd) por un Ferrari 250 GTO fabricado en 1963, también se pueden adquirir por sumas que van entre los 350,000 y 400,000 dólares en modelos más comerciales. ¿Que otras opciones hay para los empresarios? Aunque existen algunos autos más económicos, pero sin salirse de la alta gama. Dentro de la gama de autos preferidos está el Jaguar, el que ha sido considerado como uno de los más rápidos del mundo. Julio Espina, gerente de marca de Jaguar en Grupo los Tres, concesionaria de varias marcas para la región, asegura que el mercado de lujo día a día va en crecimiento, pues cada vez son más los clientes que desean obtener un vehículo de lujo, ya sea un sedán, un deportivo, un utilitario, o bien un pequeño juguete. “Jaguar, con el nuevo XE, está ubicándose en un segmento un poco más masivo con este nuevo auto más económico y deportivo.” Cuando un comprador busca estos autos, desde el punto de vista de Espina, primero se fija en la capacidad del vehículo, su motorización y la tecnología que éste ofrece, también el diseño es muy importante tanto del exterior como del interior. Los Jaguar nacieron en 1922 y fueron creados por Sir William Lyons. En Centroamérica el precio promedio hoy en día es de unos 45,000 dólares. Estos modelos mencionados son deportivos y por su velocidad y el estilo han seducido a  muchos en la región, pero los autos altos como Land Roverd, Land Cruiser y los Porsch Cayenne también tienen sus fans. El atractivo de los autos de alta gama para Joseph Fidanque III, empresario panameño y actual gerente del Aeropuerto Internacional de Tocumen, es la comodidad. Su alta estatura lo hace sentirse mucho más confortable en estos autos, además que el estado de las carreteras no afecta su desempeño. “Los autos altos me dan versatilidad; tengo familia, por lo cual son cómodos para ellos”, asegura Fidanque III, para quien otra de las cualidades para los habitantes de sus cocheras es la estabilidad y la seguridad. Quien también se inclina por los autos altos es Diego Pulido Aragón, gerente general y director del Banco Industrial, quien tiene preferencia por las Land Cruiser, un todo terreno de alta gama de los japoneses Toyota. Pulido posee dos autos y para él la primera característica que busca es la seguridad. “Yo prefiero los autos SUV y obviamente los deportivos AMG de Mercedez Benz, al igual que los SRT de Jeep”, comenta Gremler Nikolas, gerente de AutoStar.

 

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