El presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Julio Carranza, dijo que la banca nacional presenta signos de “fortaleza y solidez”. 

Lo anterior se debe a que existen “mejores” indicadores de liquidez, solvencia e, incluso, a la calidad de la cartera, la cual se encuentra en mejores condiciones que las registradas previo a la pandemia de Covid-19.

“Si bien la cartera de crédito al consumo tiene un crecimiento de doble dígito, los niveles de morosidad se encuentran estables, gracias a una adecuada gestión de riesgos y prudencia por parte de los consumidores”, comentó durante una conferencia de prensa organizada por la ABM. 

Señaló además que los usuarios de tarjetas de crédito muestran un “comportamiento positivo”, y un mayor número de ellos utiliza su plástico como medio de pago y no como de financiamiento.

“Así, el porcentaje de clientes totaleros ha crecido de forma importante”, dijo refiriéndose a los “totaleros”, aquellos que pagan el 100% de su saldo.

“En junio de 2010, por ejemplo, las tarjetas de crédito al corriente que pagaron el saldo total de su TDC, ascendió a 11.8 millones, en contraste con las 22.9 millones que se registró en junio del 2023; es decir, se pasó del 31% al 58% del total del universo”, contrastó. 

Temporada de “vacas gordas”

Daniel Becker, vicepresidente de la asociación, dijo que actualmente existe una temporada de “vacas gordas”, refiriéndose a que el sector bancario vive tiempos de abundancia.

Tan solo en los primeros 11 meses de 2023, la banca privada sumó ganancias por 248,023 millones de pesos, un alza del 12.1% contra el mismo periodo de 2022.

El directivo explicó que se debe a que la banca está generando altas utilidades a raíz de un “buen” dinamismo económico y a las altas tasas de interés. 

La tasa de interés interbancaria de Banco de México (Banxico) está en un nivel histórico de 11.25% para mitigar la alta inflación por la que atraviesa México. 

“Lo que es posible es que mientras el dinamismo de la economía continúe, aunque sea menor, seguiremos viendo utilidades razonables”, añadió. 

El alza de tasas, como herramienta monetaria de Banxico, inició en julio de 2021 e impactó directamente en las tasas de interés de créditos hipotecarios, al consumo, automotriz, entre otros; sin embargo, también impulsó las tasas de instrumentos de ahorro, como los Cetes. 

Becker recordó que analistas prevén que la economía mexicana se desacelerará en 2024, respecto de las perspectivas del mercado, por lo que la “oportunidad temporal” de mayores ingresos por altas tasas disminuirá.

“¿Estas utilidades tenderán a normalizarse? Sí, y una vez que bajen las tasas dependerá de los balances de cada banco”, dijo Becker.

Raúl Martínez-Ostos, vicepresidente de la ABM, recordó que el consenso del mercado apunta a una primera reducción de las tasas de interés en marzo.

Indicó que incluso con una posible reducción en la tasa de referencia de Banxico, las tasas de interés “no cambiarán su tendencia de la noche a la mañana” ni en México ni en Estados Unidos, por lo que descartó que su impacto se refleje en el sector bancario en el corto plazo y en los créditos otorgados.

“Entonces, creo que ese escenario de tasas bajas de las que veíamos hace algún tiempo, falta mucho (…) inclusive en escenarios de tasas altas la banca ha sido muy responsable”, comentó.

Con información de EFE

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