Solidaridad es una palabra que representa muy bien al pueblo de México: el apoyo y empatía en tiempos difíciles siempre nos ha caracterizado. Somos un pueblo que ha vivido muy de cerca la desgracia. Hemos padecido huracanes, tormentas, inundaciones, terremotos y una pobreza lacerante. Esto nos ha enseñado a ser empáticos y generosos ante el dolor de otros.

A pesar de lo anterior, no tenemos una cultura de la donación; preferimos dar nuestra ayuda de forma directa, en especie, en lugar de hacerlo a través de organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, no necesariamente dar el apoyo de esa forma es lo más eficiente para quienes deseamos ayudar y, por el contrario, puede resultar incluso, contraproducente.

Las y los mexicanos solemos, dar mucho dinero en forma de “limosna” a las personas que están pidiendo en las calles; lo hacemos por compasión ante su precaria situación – y también a veces por culpa de lo que tenemos y que estas personas carecen-; sin embargo, esta acción, lejos de constituir una ayuda para mejorar y cambiar sus vidas, las amarra a la calle. Por supuesto que la intención de quien da la moneda no es esa, pero el resultado final si lo es. En cambio, si ese mismo dinero se donara a una organización local que trabaje a favor de esos grupos vulnerables, personas en situación de calle o de abandono social; o en temas de infancia, educación, mujeres etc.,  ese dinero se eficientaría y lograría un impacto mucho mayor, probablemente transformando la vida de esas personas.

En cuanto a los desastres naturales sucede algo similar. Si bien es verdad que en México, nunca olvidaremos cómo la sociedad civil reaccionó, tomó el control y resolvió muchas situaciones después del temblor de 1985, con un gobierno sobrepasado que no supo reaccionar, al igual que después del temblor de 2017, también lo es que los centros de acopio se desbordaron, lo cual permitió a mucha gente recibir ayuda pero también hubo mucha que quedó sin poderse hacer llegar a las personas que lo necesitaban y mucha que quedó almacenada. Fue emotivo ver cómo las personas apoyaban con lo que tenían a la mano y ese puño en alto como señal de silencio, vida, unidad y sobre todo esperanza, quedó grabado en la conciencia social, pero también nos hizo ver fallas en el sistema de distribución y entrega de la ayuda. Si donamos en especie, el gobierno o las organizaciones que reciben estos productos tienen que encontrar la forma de hacer llegar estos productos hasta la zona de desastre, lo cual eleva su costo muchísimo.

Esta situación empeora cuando la tragedia no sucede en casa y la solidaridad se nos sigue desbordando. Por ejemplo, ante el terrible terremoto que recientemente asoló a Turquía y Siria, aun cuando las y los mexicanos demostramos nuevamente nuestra vocación solidaria, llenando centros de acopio con ropa, comida, pañales, alimento para mascotas, etc., lo cierto es que la entrega de esta ayuda a países tan lejanos, se convierte en un problema. Ello sin considerar cuestiones culturales de alimentación, higiene, etc., que probablemente sean diferentes a las nuestras.

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Es evidente que muchos de los donantes se sienten mejor llevando el kilo de arroz o la lata de atún o leche, pensando que si dan en dinero, hay más probabilidad de malos manejos; pero te has puesto a pensar ¿cuánto cuesta llevar esos productos hasta la zona de desastre? Me ha tocado constatar que a algunos lugares afectados llegan dos toneladas de frijol pero nada de pañales, o mucha agua pero nada de jabón. Si a esto sumamos los costos para hacer llegar la ayuda, ésta se vuelve super ineficiente. Una bolsa de frijoles que cuesta 43 pesos, puede llegar a costar mas de 1,000 pesos puesta en la zona de desastre, si consideramos gasolina, costo de avión, personal, etc. Ello sin tomar en cuenta lo que en cada lugar realmente se necesita.

Es por esto  que nuestro donativo sería más eficiente si aportáramos dinero a alguna organización que trabaje en la localidad, la que podría comprar en grandes cantidades y a precios menores, los productos que verdaderamente se necesitan en las zonas cercanas al desastre y mediante convenios con las empresas proveedoras, lograr que dichos productos se entregaran en la zona, o en caso de tener que pagar flete, éste sería mucho más barato; y, además esas compras ayudarían a reactivar la economía en la zona afectada. 

Es evidente que esta falta de cultura organizada de la donación ha sido motivada, porque como tenemos mucha desconfianza -a veces justificada-, en instituciones y organizaciones gubernamentales; pero también de la sociedad civil, además de que mucho desconocimiento de su labor y una gran resistencia como se dijo, a donar en dinero. Pero como hemos visto, esta cultura únicamente complica las labores humanitarias.

Necesitamos empezar a pensar que la solidaridad se tiene que expresar de forma eficiente y organizada para que verdaderamente funcione; para que llegue a las poblaciones afectadas lo que se necesita, de la forma mas rápida y barata. para que realmente sea una ayuda efectiva.

Yo los invito a que en estos casos busquemos organizaciones locales que han demostrado su eficacia atendiendo este tipo de desastres y en caso de no conocer organizaciones locales recurrir a las internacionales como la Cruz Roja, UNICEF, Médicos sin fronteras, entre otras. 

Como organizaciones de la sociedad civil en nuestro país, también es nuestra tarea, dar a conocer nuestros objetivos y campos de trabajo para que las personas estén enteradas y se acerquen a las organizaciones indicadas en los momentos en que se necesita ayuda solidaria, pues muchas veces el desconocimiento reproduce la cultura de la donación en especie.

Nunca perdamos esa solidaridad que nos caracteriza, pero aprendamos a ser solidarios en una forma inteligente y estratégica en la que realmente generemos impacto y nuestra ayuda se utilice de la mejor forma posible. 

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Contacto:

Jimena Cándano, Directora Ejecutiva de la Fundación Reintegra.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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