Por: Eduardo Navarrete*

El presidente dejó ver un posible y ocurrente impuesto a la libertad de expresión. Dijo merecer retribución de las empresas que con sus notas editoriales lo atacan y con ellas se benefician.

No fue solo la broma de la semana en diversos frentes, sino que también subió el volumen a la urgente necesidad para buscar estrategias de empatía con las audiencias y así evolucionar de acuerdo con el contexto, especialmente, en la industria de medios impresos.

Fortnite o darle la vuelta a la brújula

En enero de 2019, Netflix dijo que consideraba una mayor competencia a Fortnite que a HBO o Hulu. El impresionante -y para muchos incomprensible- apetito para atestiguar batallas a distancia entre videojugadores ha obligado a que las empresas reorienten por completo sus estrategias publicitarias, operativas y financieras.

Algo semejante debería estar sucediendo en las salas de juntas de los medios impresos en estos momentos. Algunas llevan varios años en los pizarrones, pero ahora son tres oleadas de consideraciones las que al menos se fraguan en simultáneo, haciendo incluso a un lado la compleja agenda informativa:

  1. Un modelo de negocio en extinción 
  2. Credibilidad y libertad de expresión en entredicho
  3. Una pandemia que agudiza las dos condiciones previas y levanta una emergencia en otras arenas
  • Modelo de negocio en extinción

En picada, bajo la gráfica que se vea, es la tendencia de los ingresos y la perspectiva de los medios impresos en el mundo. ¿La razón? El ingreso y la paulatina sofisticación y adherencia a la vida cotidiana por parte de un medio de medios: internet.

Y es que la red es radio, tv, textos, fotos, gráficos, videos, pero además es inmediato, móvil, comentable, compartible, medible y a veces, hasta presumiblemente gratis. En inglés dirían que se trata un “no brainer”. Y contra esto se está midiendo la industria de medios impresos.

El giro natural de estas empresas, no solo para competir con nuevos medios en línea fue lanzar su propio sitio, situación que por un lado ayudó a balancear la ecuación pero por otro, discretamente empezó a distraer y complicar la operación de la división impresa.

La publicidad nunca volvió a ser la misma desde los años noventa y se pulverizó entre una miríada de nuevos jugadores y a partir de los nuevos regentes del territorio, como Facebook y Google.

No hay manera de administrar una empresa editorial como se hacía 10 años, la necesidad del cambio es urgente. El problema es que no hay claridad hacia dónde dirigir el cambio y la revolución se sigue gestando, viendo fatuos paradigmas, recortes de personal, cambios operativos, además de apretadas decisiones para siquiera mantener a flote algo que muchos considerarían hundido.

  • Credibilidad y libertad de expresión

El santo grial de un medio informativo es la relevancia, entendida en su efecto, como confianza y credibilidad.

Hace cinco años los medios han venido experimentado un desgaste en aumento que en parte se debe a la prominencia de las redes sociales y a la incisiva descalificación oficial.

Las redes facilitaron el acceso a la información a modo por parte de grupos en extremos ideológicos. No sin descalificarse como premio al morbo con rumores, bots y oleadas de opiniones sin rigor ni sustento, lo que termina por confundir a un usuario en busca de información.

Si esto no fuera suficiente, cada vez es más común escuchar que alguien se informa de manera prioritaria (y casi exclusiva) en las redes. Una encuesta de Edelman de 2017 exhibió que la población en Estados Unidos confía más en sus timelines que en los medios editoriales.

Esto haría honor a los sinsentidos de la actualidad, pero es importante leer el dato con el contexto político y el reiterado ataque y polarización proveniente del gobierno, no solo a los antagonistas, sino a los medios (nuevos antagonistas).

La facilidad con la que se pueden producir y propagar noticias falsas ha impactado negativamente en el consumo de medios. Hay conciencia de esto y la gente que busca información con calidad parece saber dónde encontrarla, sin embargo, hay un claro desgaste en las versiones, defensas y contrarréplicas.

Por si esto no bastara, el gobierno ha montado reiteradas quejas contra los medios de información que no corresponden a la altura de la institución. Pareciera que estamos a centímetros de la joya de López Portillo: “No pago para que me peguen”.

  • La pandemia

La noticia más importante de la época está acabando con quienes se encargan de dar esa noticia en los medios impresos.

De manera paradójica, hay una incesante demanda por información, misma que no se está consumiendo en papel por diversas razones:

  • Los quioscos están cerrados
  • La recomendación es no salir
  • Hay temor al contagio por manipulación del papel periódico
  • Se busca información en tiempo real

Varias revistas y diarios alrededor del mundo han suspendido la circulación de ejemplares impresos para mitigar pérdidas, poniendo acento así en sus operaciones en línea. No será raro que varios de estos esfuerzos pasen, de contingentes a definitivos tras un recuento de daños postpandemia.

El Covid-19 será un momento clave en la industria periodística mundial. Quienes puedan darse el lujo de seguir imprimiendo lo harán, para dejar de posponer lo que se venía anticipando hace una década y finalmente posicione a los impresos como producto de nicho.

Precisión de cirujano y agallas de paramédico

Si a este listado se le adereza una tasa de lectura irregular, la compleja estrechez de su modelo de negocio (circulación, publicidad o suscripción), la tristeza de ser una profesión mal remunerada, una realidad postCovid-19 muy golpeada económicamente y un contexto de preocupante violencia para desempeñar la profesión, el panorama se torna más complejo aún.

El periodismo como disciplina es tan necesaria como el oxígeno: prevalecerá y evolucionará en canales, formatos y plataformas.

También es cierto que hay una creciente demanda por información y noticias. Y hay numerosos casos que prueban que el periodismo con calidad puede fondear suscripciones y captar publicidad no oficial para así evitar comprometer su independencia.

Como todo desafío, los siguientes pasos en estos tiempos serán cruciales y van a requerir precisión de cirujano y agallas de paramédico.

Acaso es hora de alinear modelo de negocio con la propuesta de valor en momentos en los que no hay mucho tiempo para responder.

Abrir bocas a partir de conocimiento, ángulos y herramientas para tomar decisiones cotidianas no es fácil. Innovar tampoco. Y la mesa está puesta para que, dentro o fuera de la industria editorial sea reimaginado su futuro.

Innovar nunca cobró más sentido si su eje se entiende como un acto de generación de valor:

  • Conoce tus audiencias
  • Evoluciona ágilmente
  • Refuerza las oportunidades
  • Enfócate en la experiencia de usuario
  • Entiende que el contexto, así como el contenido, también es rey

Editorial significa lanzar un punto de vista frente a un hecho. La industria tiene 320 años y ha cambiado muy poco desde sus orígenes. No hay hilo negro que buscar, sino entender el momento, ser sensible a las necesidades tácitas de las audiencias y estar por encima de las tendencias. Para cambiar las cosas necesitas saber de dónde vienes.

El futuro de los medios es en buena parte el futuro de la interdependencia.

Tendrá que haber una adaptación sensible, inteligente y ágil para mantener informadas y actualizadas a las capas de audiencias que al mismo tiempo decidirán y definirán los formatos, características, periodicidad y narrativas de los propios medios.

Por eso en ninguna sala de redacción debería perdesrse la huella a Fortnite.

Contacto:

Eduardo Navarrete es periodista, administrador público y fotógrafo. Se especializa en dirección editorial, Innovación y User Experience. Es cabeza de contenido en UX Marketing y cofundador de Mind+, arena de entrenamiento para la atención plena empresarial.*

Instagram: @elnavarrete

Twitter: @elnavarrete

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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