¿Quién hubiera imaginado hace unos meses que una pandemia dibujaría el escenario para las elecciones de medio término de la administración de López Obrador? Pero como toda crisis, hay oportunidades y para los actores políticos eso significa la pugna por el poder. La emergencia sanitaria que recurre al mundo configura las condiciones políticas, económicas y sociales en las que éste se disputa.

Si en diversos países del mundo, en plena pandemia se advierten manifestaciones oportunistas de la ultraderecha como, por ejemplo, VOX en España, en México hemos comenzado a ver con mayor rigor expresiones de actores diversos que tratarán de restarle poder a López Obrador. A la antesala de las elecciones intermedias de 2021, los actores políticos y económicos saben que la gestión de esta crisis de salud tendrá un costo político, pero también nuevas oportunidades para cambiar los equilibrios del poder en México, luego de los saldos que dejó el tsunami morenista en 2018.

Lo que está en disputa podrían ser mayores contrapesos al Ejecutivo desde el Legislativo y en varias entidades del país, pero también el triunfo de morena en gubernaturas más un número importante de Alcaldías y Ayuntamientos. Para poner en perspectiva la elección que viene, considérese que de las 32 entidades que tendrán elección en 2021, en 15 se renovarán Gubernaturas, en las cuales actualmente en 8 gobierna el PRI, en 4 el PAN, en 1 un independiente (Nuevo León), en 1 el PRD (Michoacán) y en 1 estado Morena (Baja California).

EL COVID-19 representa una oportunidad inmejorable para los partidos de oposición para recuperar espacios de poder y de negociación. La pandemia no ha parado la construcción de frentes electorales locales que intentarán ponerle freno al proyecto de la 4T, con la participación de empresarios y algunas organizaciones de la sociedad civil. Nuevas composiciones en la Cámara de Diputados y en las Legislaturas de los estados y la retención de algunas gubernaturas podrían darles nuevos bríos a los partidos de oposición, principalmente al PAN, quien ya vaticina su triunfo para 2021.

En el preámbulo de cada proceso electoral en México, es lugar común decir que será la madre de todas las batallas. Lo que hace tan diferente el momento actual, sin embargo, es el escenario impuesto por el coronavirus. Como se ha demostrado alrededor del mundo, el COVID 19 ha evidenciado “fallas estructurales” del modelo económico y algunos de sus síntomas largamente gestados, como una desigualdad rampante que hoy provoca que la pandemia golpee de manera diferenciada a la sociedad.

A la sombra de la emergencia sanitaria, siete gobernadores han intentado construir un frente opositor, con el reclamo de revisar el Pacto Fiscal e, incluso, ir por uno nuevo. La confrontación contra el presidente de cara a 2021 tiene entre sus rostros más mediáticos al gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, quien ha querido trasladar la responsabilidad de los actos vandálicos en Guadalajara al Presidente y a Morena. El reciente discurso de AMLO para advertir que se acabó la simulación y “que llegó el momento para definirse a favor o en contra de la transformación del país” es el prólogo a la contienda política que viene y que expresan bien lo que está en juego.

Y es que, a pesar de las críticas a la dicotomía referida por el presidente, es difícil negar que lo que está en disputa en 2021 es el futuro de un proyecto de cambio que logró hallar en la vía electoral su cauce. Por el bien de México ojalá que el descontento social, quizá profundizado por la pandemia y con saldos lejos todavía de sopesar, siga siendo canalizado por medios democráticos.

Contacto:

Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford y Licenciada en Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales, por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Twitter: @palmiratapia

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