Por Gerardo Herrera Villanueva*

Las ciudades en los mercados emergentes avanzan sin descanso. La expansión sucede a un ritmo acezante que les permita mantenerse al día con el alto crecimiento poblacional y la inevitable urbanización. En los países de ingresos medios como México, la mayor parte de esta explosión ocurre en la construcción residencial. La alta demanda de nuevas construcciones representa una coyuntura única para los llamados edificios verdes, es decir, instalaciones que fomenten las mejores prácticas en el uso eficiente de energía, el manejo racional del agua y la eliminación de residuos y emisiones dañinas al medio ambiente. 

La oportunidad es multimillonaria. Un nuevo informe de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) titulado Green Buildings: A finance and policy blueprint for emerging markets (Edificios verdes: un plano financiero y político para los mercados emergentes) destaca cómo los inversionistas pueden aprovechar el enorme potencial de los edificios ecológicos. El reporte señala que para 2030, tan sólo en los mercados emergentes, los edificios verdes ofrecerán una oportunidad de inversión de 24.7 billones de dólares, lo que estimulará el crecimiento económico y acelerará el desarrollo sostenible. En toda Asia Pacífico, zona que albergará la mitad de la población urbana del mundo para 2030, existen áreas particularmente prometedoras para la inversión, con un valor estimado de 17.8 billones de dólares, principalmente en edificios residenciales.

“Se espera que el área de piso de los edificios que configuran nuestros horizontes se duplique para 2060”, señala Alzbeta Klein, directora de Climate Business en IFC. “La mayoría de este auge en la industria de la construcción ocurrirá en los mercados emergentes, particularmente en países de ingresos medios que experimentan un alto crecimiento demográfico, una rápida urbanización y un crecimiento de los ingresos. La construcción sustentable, por tanto, no sólo es una de las mayores oportunidades de inversión de la próxima década, sino que también es una plataforma para estimular el crecimiento económico bajo en carbono y crear empleos calificados”.

IFC, miembro del Grupo Banco Mundial, destaca los beneficios que los inversores, bancos, desarrolladores y propietarios -incluidos los gobiernos- pueden esperar al ingresar al mercado de la construcción ecológica. Los edificios ecológicos tienen primas de venta sustancialmente más altas (hasta un 31 por ciento más) y se venden de forma más rápida que los inmuebles tradicionales. Además, los edificios verdes ofrecen mayores ingresos por alquiler y mantienen hasta un 23 por ciento de tasas más altas de ocupación que las instalaciones convencionales. Al consumir menos agua y electricidad, los costos operativos de estas construcciones son hasta un 37 por ciento más bajos que los de edificios tradicionales. El informe también señala que los edificios verdes son un fuerte impulsor del progreso económico, ya que cuentan con la capacidad de generar hasta más de nueve millones de empleos calificados en los sectores de energías renovables y construcción para 2030. El potencial es enorme: los edificios verdes representan hoy solo el 8 por ciento del sector de la construcción, lo que indica un vasto potencial de crecimiento.

El 28 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo provienen del uso de energía en los edificios, lo que los convierte en una parte sustancial para ayudar a los gobiernos a alcanzar sus objetivos de cambio climático. En América Latina, calcula IFC, la construcción de viviendas ecológicas creará una oportunidad de inversión estimada de 4.1 billones de dólares. En 2018, la Ciudad de México fue seleccionada como un caso de estudio para Climate Investment Opportunities in Cities, informe donde se establecía que la capital mexicana contaba con oportunidades de inversión climáticamente inteligentes por 37,500 millones de dólares, desglosados de la siguiente manera: edificios verdes (18,000 millones de dólares), vehículos eléctricos (7,000 millones de dólares), agua (6,000 millones de dólares), energía renovable (3,000 millones de dólares), transporte público (2,000 millones de dólares) y manejo de desperdicios (1,500 millones de dólares).

En materia de edificios sustentables, IFC es el creador de EDGE, el sistema de certificación de construcción verde para los mercados emergentes que le permite a los constructores optimizar sus diseños de forma medible, lo que resulta en un producto inmobiliario más promocionable y una mejor inversión para el comprador. 

Para calificar para la certificación, un nuevo edificio debe lograr una reducción de 20% en el consumo de energía y agua, y en energía incorporada en los materiales, en comparación con un edificio convencional. EDGE funciona con una gran variedad de edificios residenciales y comerciales en más de 100 países, incluyendo casas y apartamentos, hoteles y centros turísticos, edificios de oficinas, hospitales y establecimientos comerciales. En México, EDGE trabaja con VINTE, City Express, Sabadell y Paladin Realty, entre otros.

  Contacto: LinkedIn: Gerardo Herrera Villanueva  

*El autor es director de comunicación de RiskMathics y especialista independiente en sustentabilidad.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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