Mucho se ha mencionado que México podría ser líder en la producción y exportación de hidrógeno verde, para lo cual, ya está trazando el camino y aunque todavía está en sus primeros pasos, se proyecta un gran potencial para este combustible limpio.

La GIZ (Agencia Alemana de Cooperación Internacional) señala que ha resurgido como un combustible clave en la lucha contra el cambio climático, dado su potencial de eliminar la dependencia de los fósiles en varios sectores.

¿Qué es el hidrógeno verde?

La empresa Linde, una de las principales en la producción de hidrógeno, lo define como un combustible limpio producido a partir de fuentes de energía renovables en un proceso denominado electrólisis.

Explica que cuando para la licuefacción de hidrógeno se utiliza energía derivada de fuentes renovables como turbinas eólicas, paneles solares o instalaciones hidroeléctricas en combinación con la electrólisis, no se emite dióxido de carbono de la producción de electricidad. 

¿Cómo se obtiene?

La electrólisis consiste en utilizar una corriente eléctrica para descomponer mediante electrodos la molécula del agua en oxígeno e hidrógeno, señala la española Acciona.

Detalla que cuando se necesita convertirlo en energía, el hidrógeno almacenado en tanques específicos es canalizado hacia una pila de combustible, donde se une de nuevo con oxígeno procedente del aire y se obtiene la energía eléctrica, entonces el único residuo que deja el proceso es agua.

¿Cuáles son sus aplicaciones?

La GIZ apunta que se espera un rápido crecimiento en el corto plazo para el hidrógeno verde, a medida que sus aplicaciones se expandan a otros sectores.

La aplicaciones se pueden agrupar en:

Convencionales: Se refiere aquellas aplicaciones implementadas en procesos industriales, como refinación de petróleo, producción de amoníaco, metanol, arenas bituminosas y metales. Además, se contempla la aplicación de hidrógeno verde para reducir la huella de carbono en procesos industriales donde no participa o tiene aplicación limitada, como son la fabricación de cerámica y la producción de cemento.

Transporte: En este tipo de aplicaciones se encuentran más maduras como combustible para automóviles, autobuses y camiones. Tales vehículos son propulsados por electricidad generada por celdas de combustible que se alimentan de hidrógeno.

En el transporte marítimo y aéreo las aplicaciones están en etapas más tempranas de desarrollo.

Estacionarias: Se refieren a cualquier uso del hidrógeno cuya operación ocurra en una locación fija, ya sea para energía primaria, de respaldo, electricidad o calor.

Las aplicaciones estacionarias a gran escala contemplan la entrega de electricidad y calor a grandes consumidores, mientras que las aplicaciones a menor escala se pueden utilizar en pequeños comercios, campos residenciales o sistemas de telecomunicaciones.

Móviles: En las aplicaciones móviles, las celdas de combustibles pueden utilizarse para cargar equipos eléctricos y baterías. Es principalmente útil donde no se cuenta con acceso a la energía de la red.

Como gas: La inyección de hidrógeno a las redes de gasoductos actuales es una alternativa que se evalúa en varios países. Esto permitiría utilizarlo en distintas aplicaciones comerciales, industriales y residenciales.

No te pierdas: México puede liderar la revolución del hidrógeno verde en Latam: H2V2

Posición de México en hidrógeno verde

En México hasta el momento no se produce hidrógeno verde, pero se espera que a finales de este año se obtengan las primeras moléculas de proyectos de pequeña escala y para el 2025, se tengan grandes proyectos.

La GIZ ha estimado que con la energía renovable (solar y eólico) que existe en el país, hay una capacidad de instalar hasta 22 teravatios de electrólisis produciendo alrededor de 1,400 millones de toneladas de hidrógeno verde.

La Agencia Alemana ha dicho que México sería el segundo exportador más competitivo a destinos asiáticos y el tercero a mercados europeos debido a su bajo costo de producción de hidrógeno verde.

La empresa H2V2 México, refiere que el hidrógeno verde también impulsaría la innovación, la creación de más de 3 millones de empleos, el fortalecimiento de la seguridad energética y la llegada de inversiones por más de 60,000 millones de dólares.

En México aún no existe una política pública para hidrógeno verde, pero existen iniciativas del sector privado, en 2022 la Asociación Mexicana del Hidrógeno presentó un estudio y una Hoja de Ruta para impulsar esta industria.

De acuerdo con el reporte “Renewable Hydrogen in Latin América & The Caribean”, México tiene ya 9 proyectos de hidrógeno verde en desarrollo.

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