Hoy en día el tema principal en la mente de cualquier tomador de decisiones de cara al 2023 se centra en la posible recesión global que estaremos experimentando. Al igual que lo observado desde el 2020 con la pandemia, se espera un comportamiento heterogéneo entre regiones. Lo anterior se basa en los impactos diferenciados que traerán consigo en el actuar de cada economía, los efectos rezagados de la política monetaria restrictiva, choques geopolíticos (e.g. conflicto en Ucrania), lenta normalización de las cadenas de proveeduría, entre otros. Bajo esta óptica, se espera que la economía de Estados Unidos pueda ser más resiliente y experimentar únicamente una recesión moderada y de corta duración. En este artículo se analizarán algunos factores detrás de estas expectativas.

Un mercado laboral que continúa en buena forma

La economía de Estados Unidos se mantiene con buena solidez, aunque es previsible que irá desacelerándose en los próximos meses conforme se resientan los efectos de la restricción monetaria del Fed y la pérdida de dinamismo en el mundo. A pesar de ello, el mercado laboral continúa reflejando una buena forma. Para prueba, el último reporte de empleo del Bureau of Labor Statistics que publicó el pasado viernes 2 de diciembre. 

En el penúltimo mes del año se crearon 263,000 nuevas plazas de trabajo, superando ampliamente la expectativa de mercado que oscilaba alrededor de 200,000, destacando una importante contribución de servicios privados en torno a 184,000 puestos. La tasa de desempleo se mantuvo en 3.7%, con una tasa de participación pasando a 62.1% de 62.2%. 

Con esta cifra de noviembre, en lo que va del 2022 se han creado 4.3 millones de empleos, equivalente a un promedio de 391.6 mil cada mes y ubicándose 1 millón de puestos laborales por arriba del nivel previo a la pandemia. Esto nos refleja que la desaceleración económica ha sido menor de lo que se hubiera anticipado para estas fechas. 

Otro factor que sobresale es la gran cantidad de vacantes abiertas en dicho país, que todavía a la última cifra conocida al mes de octubre –publicada también la semana pasada– se registran 10.3 millones de trabajos que no se han podido cubrir. Esto confirma lo estrecho de las condiciones laborales en EE. UU. y que permitirá un ajuste mucho más suave en los próximos meses si la situación se torna más compleja para las empresas, quienes probablemente no tendrán que llevar a cabo despidos en la misma magnitud en la que se ha experimentado en momentos de crisis. En términos generales, considerando estos indicadores, se estima que Estados Unidos se encuentra en condiciones de pleno empleo.

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Una situación financiera más benigna de empresas y hogares

A diferencia de momentos mucho más difíciles, como la Gran Crisis Financiera Global del 2008-2009, en esta ocasión los balances financieros de empresas y hogares están mucho más sanos, es decir, con mucho menores niveles de apalancamiento. Desde el lado corporativo, esta última temporada de reportes trimestrales nos ha mostrado niveles de endeudamiento relativamente acotados de las empresas, los cuales se comparan de manera mucho más favorables respecto a años anteriores. 

De igual manera, las finanzas de las familias norteamericanas están mejor posicionadas para enfrentar los riesgos de una recesión moderada y de corta duración, en gran medida gracias a los fuertes estímulos fiscales del 2020 y 2021. La relación de deuda sobre ingreso disponibles de hogares se encuentra en niveles cercanos a 100%, lo cual se compara de manera muy favorable al 134.3% que fue el máximo alcanzado en marzo de 2008, justo antes de iniciar la crisis de Lehman Brothers.

Políticas de normalización y relocalización de cadenas de producción

Un factor que pudiera darle un mayor impulso a Estados Unidos se centra en aspectos geopolíticos. Por un lado, el país se encuentra más alejado del epicentro del riesgo más importante actualmente –la guerra entre Rusia y Ucrania. Por otro lado, las tensiones entre los gobiernos de Estados Unidos y Pekín, así como el Nearshoring y otras nuevas tendencias de reubicación de cadenas productivas bajo el nuevo modelo de comercio internacional podrían propiciar un impulso adicional a la economía.

Un ejemplo de ello es la fuerte inversión del gobierno de US$ 52,000 millones en investigación, desarrollo y producción de microprocesadores en Norteamérica, tal como lo analicé en el artículo Oportunidad para México en el nuevo paradigma de semiconductores [8 de noviembre de 2022]. Otro ejemplo es la relocalización de algunas fábricas en Estados Unidos que originalmente se encontraban en Asia, como ha sido el caso de General Motors, Intel y US Steel, solo por mencionar algunos.

Implicaciones para el Fed

Esta tesis sobre una posible recesión moderada y de corta duración en Estados Unidos también ha alimentado la preocupación sobre su efecto en la inflación hacia delante, especialmente por el fuerte énfasis del Fed de hacer todo lo posible para traerla hacia niveles consistentes con su objetivo. De confirmarse esta resiliencia de la economía, el Fed podría ser aún más agresivo con el incremento en tasas de interés. Esta es una discusión que se ha ganado mayor fuerza desde hace algunos meses, tal como lo comenté en el artículo “El Fed y la posible recesión” [5 de julio de 2022]. Por ello, el debate se centra en el nivel de tasa terminal que podría buscar el banco central en el actual ciclo de restricción monetaria. Hace poco se pensaba en un nivel de tasa de Fed funds en 5% a inicios del 2023, pero con un riesgo que la tasa terminal pudiera terminar el próximo año, inclusive por arriba de este nivel.

A manera de conclusión, todavía existen varios factores inciertos que pudieran cambiar el desenlace de la economía, especialmente aquellas variables no previsibles, como lo han sido en años recientes el COVID-19 o la guerra en Ucrania. Sin embargo, con la información disponible actualmente, las condiciones sugieren que Estados Unidos podría ser más defensivo que otros países o regiones de cara a los riesgos de recesión global el próximo año. Por ello, a pesar de una recesión moderada y de corta duración, la economía de EE. UU. podría inclusive cerrar el 2023 con un crecimiento de todo el año alrededor de 1%, tal como ya lo reflejan algunas encuestas.

Contacto:

*Alejandro Padilla es Director General Adjunto de Análisis Económico y Financiero de Grupo Financiero Banorte. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión de Grupo Financiero Banorte ni sus subsidiarias o filiales.

Twitter: @alexpadillasan

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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