A veces es muy difícil entender la complejidad que es lanzar una idea revolucionaria de un producto o servicio e innovar, como lo han hecho empresas como Uber, DropBox, AirBnb, Tesla, que han creado formas diferentes de movernos, de hospedarnos, de entretenernos, etc.

Pero, ¿cómo han logrado estas empresas hacer esas innovaciones tan rápido, comparado con lo que le tomaría a un gran corporativo desarrollarlo?. El concepto más importante de los últimos años es el “MVP” o Producto Mínimo Viable, que fue acuñado por Frank Robinson en 2001 y popularizado por Steve Blank y Eric Ries en Stanford.

El MVP es la versión básica de una idea de producto o servicio, donde se busca ahorrar recursos y optimizar tiempos, se crea para comprobar cómo el mercado recibirá este concepto y su desempeño antes de poner más esfuerzo, capital,  procesos complejos y costosos.

Pero poco se entiende en la práctica cómo debe realizarse realmente este proceso, cómo sacarlo de la teoría y los libros para aplicarlo en la vida real, y qué tipo de perfiles se requieren, así como los retos que se enfrentan para crear un MVP exitoso.

Lo más importante es poder entender a profundidad los perfiles que deben estar liderando estas iniciativas, los dos más importantes:

El Innovador: Es la persona que tiene una gran visión, que aporta decenas de hipótesis, y tiene la capacidad de no solo visionar ideas si no conectarlas en todo sentido hasta el punto más chico. 

Esto no es solo pensar sin sentido, es la habilidad de observar patrones, de analizar tendencias, de pararse del lado del usuario o cliente, y entender el impacto, la complejidad, fricciones y el buscar el cómo sí.

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El Armador: Es la persona que requiere data para tomar decisiones, que pone en orden estricto todas las ideas para dejar pocas y las más críticas, que pone foco en la ejecución de lo que tenga un mejor impacto y sea relevante, tomando en cuenta los recursos y tiempos. Hoy se le conoce como Product Manager.

Si vemos desde el lado teórico, un buen MVP debe tener las siguientes características:

Las funciones básicas de la idea del producto.

Flexibilidad para iterar y cambiar el MVP conforme validamos hipótesis.

Bajo costo.

Buen Diseño.

Valioso para el usuario.

La gran ventaja de un MVP es la posibilidad de probar hipótesis sin necesidad de gastar mucho esfuerzo y capital. El feedback recibido por los clientes o usuarios sirve de parámetro para la realización de ajustes, los cuales permiten ofrecer un producto o servicio más alineado a las expectativas del mercado. No siempre el feedback con respecto al producto será positivo, y es donde podemos entender que existen tres tipos de expectativas:

De Percepción: Donde el usuario basa su retroalimentación en sensaciones y emociones sobre el MVP.

De Utilización: La forma cómo la persona lo utiliza y le resuelve o ayuda en algo particular.

De Resolución: Donde el MVP le ahorra tiempo, dinero o esfuerzo, y le alivia un cierto “dolor” que tenía.

Pero el reto realmente del MVP, no es el de construir una versión básica de algo, si no construir el concepto y el storytelling que permitirá a los futuros usuarios entender esa visión y aporte de valor. Una de las partes más críticas en esta etapa es el de poder vender la historia al usuario, que sienta la misma ilusión al saber el valor que recibirá.

Veámoslo como un gran regalo, si en una caja de cartón viejo metemos el iPhone más nuevo y lo dejamos en la calle, a nadie le despertará interés por agarrarlo, aunque dentro tenga un gran producto. Por otro lado, si construimos una historia, con una caja diferente, de colores, con visuales que acompañen ese spot y llamen la atención, pero al momento de abrir esa caja encontramos un teléfono normal, existirá una decepción tal vez, pero al final la sensación de cómo se llegó a él será satisfactoria.

Por eso la conceptualización de una idea conectando el punto más alto (Zoom out) con el más bajo (Zoom In), es uno de los retos más complejos. Y para llegar a ello sé deberán crear decenas o cientos de conceptos e hipótesis, para finalmente obtener un par que realmente salgan para la creación de un MVP.

¿Pero cómo es un MVP exitoso?

Drew Houston, uno de los fundadores de Dropbox, de los primeros MVPs que realizó fue un video animado de cómo funcionaría este producto visto desde el concepto. En 2007 esto no era obvio, pero la parte más compleja no fue hacer el video del MVP, fue pensar todo el concepto a nivel problema, tecnología, viabilidad de negocio, etc. y conectar los puntos. Esta es la parte más crítica, para la ejecución existen metodologías.

La recomendación son tres pilares valiosos que construirán y darán claridad a algo que al mercado beneficiará:

Escuchar al usuario e indagar más allá de las palabras.

Observar y deducir comportamiento y patrones.

Hacerlo tú mismo para entender la fricción real de las cosas.

Si un MVP exitoso se basara 100% en la ejecución de hacerlo ágil y obtener feedback, las grandes empresas liberarían la innovación y disrupción. Finalmente, debemos ser críticos con la retroalimentación, tomar decisiones viendo los datos pero con un alto sentido de intuición para extrapolar el impacto y encontrar las diversas maneras de como hacerlo exitoso, como dijo Henry Ford, “Si le hubiera preguntado a la gente, me habrían pedido caballos más rápidos”.

Contacto:

Oscar Jiménez Rodríguez, es Board Advisor de StartUps en Latinoamérica, fue Cofundador y CEO de Epiq México, así como Director y Presidente del Consejo de ThePowerMBA en América Latina y CoHost de Escalables Podcast.

Twitter: https://twitter.com/OshcarJR 

LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/oscar-jr/

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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