Desde el 1 de mayo y hasta el 28 de junio, el Teatro Helénico se convierte en la casa de “Costo de vida”, una obra de Martyna Majok, dirigida por Samuel Sosa, donde el actor Humberto Busto asume el papel de Eddie, un trailero que junto con Sandra Jiménez, una actriz con discapacidad, buscan reflejar esa necesidad que tenemos de los otros, lo humano y lo esencial para vivir.

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Esta obra marca un parteaguas en la forma en que vemos el teatro, ya que cuenta con dos actores, Sandra y Arly Peñaloza, que viven la discapacidad y que rompe con los paradigmas para dar cabida a este sector de la población que para Humberto ha sido por muchos años el último eslabón y que ahora con “Costo de Vida” se les da un reconocimiento y se trata de pagar un deuda histórica.

Pero esto también significa retos que los actores deben enfrentar y en el caso de Humberto fue el establecer códigos con Sandra, una complicidad donde representan a una pareja, donde hay momentos demasiado íntimos.

Costo de vida
Foto: Costo de vida

Específicamente su papel refleja los problemas que enfrenta un trailero en Estados Unidos, tocando temas como la economía estadounidense, una relación que fracturó y que retoma, reconfortándose con las ideas que tenía sobre el amor, la vida, lo que significa ser una pareja, el cuidado de los otros, “sobre como muchas veces nos necesitamos y a veces es difícil aceptarlo cuando en realidad sigue siendo el mayor motor que tenemos como humanos, el saber que podemos conectar con los otros”.

Humberto detalla a Forbes Life que el texto que compone esta obra de teatro “está escrito de manera muy inteligente, de manera muy sensible, porque a pesar de tocar temas muy profundos sobre la precariedad y sobre la discapacidad física lo hace de una manera muy luminosa y lo hace inclusive con un alto grado de humor”.

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Busto destaca que la obra en sí es un movimiento de paradigmas, donde los actores con discapacidad no salen de extras y en donde el tema en sí mismo no gira alrededor de la discapacidad, “es un texto que está hecho de manera actoral profesional y ellos lo ejercen de esa manera, la gente que ha visto la obra sale muy conmovida, rescatando el aspecto de humanidad que está ahí y que se manifiesta evidentemente en la diversidad de los cuerpos que se presentan en el escenario”.

Humberto considera que en “Costo de vida” el espectador encontrará “una obra que apela a lo que debería de apelar el teatro siempre, que es a lo humano, a una forma de reencuentro, una obra que apela a que esa llama de querer comunicar y de cuidar de otros pueda estar por encima de cualquier tipo de precariedad y de circunstancias adversas, sea física o emocional”, donde la gente salga reconfortada, pensando y sintiendo muchas cosas, “eso creo que es lo más maravilloso que te pueda pasar en el teatro, que vayas y te entretengas, que se haya quedado algo en tu ser”.

Sandra Jiménez
Foto: Paulina Watty

Asimismo, Humberto Busto confiesa que “Costo de vida” esta le deja un buen sabor de boca ya que abordar este tema representó la oportunidad de poner sobre la mesa la falta de accesibilidad en los teatros para recibir a personas con discapacidad, “el mismo Helénico ha sido todo un proceso de reajuste en donde hemos tenido que hacer nuevas dinámicas porque ni siquiera existían las condiciones para que Sandra y Arly pudieran acceder plenamente al escenario, ahora ya no hablar de las personas que vayan a ver la obra”, lo que abrió la puerta a una remodelación. “Ese es uno de los logros que estamos contentos, que va a haber un área específica de butacas del Helénico que se van a sustituir para dar cabida para un cierto número de espectadores con discapacidad”.

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