Cuatro niñas desnudas juegan detrás de la recepción en el 21c Museum Hotel en Louisville cuando llego. El hecho de que sean estatuas de la artista contemporánea Judy Fox no hace la escena menos perturbadora, y ése es exactamente el punto detrás de tener a esas hadas desvergonzadas en el vestíbulo. Después de todo, una noche en este hotel es verdaderamente una noche en un museo. Por Abram Brown Fundado en 2006, 21c Museum combina arte contemporáneo provocativo (el nombre se refiere al siglo 21) y el alojamiento de lujo en las zonas de Estados Unidos que suelen pasarse por alto. Tal como fue concebido por los coleccionistas y filántropos Steve Wilson y Laura Lee Brown –él, un ex operador político, ella, una heredera de la fortuna Brown-Forman– los hoteles son a menudo edificios históricos, reimaginados con gracia por la arquitecta neoyorquina Deborah Berke, y los museos cuentan con una colección permanente de arte, así como con exposiciones temporales. Al igual que con las ninfas desnudas en el vestíbulo, las piezas son decididamente poco convencionales y se exhiben también de forma no convencional. Cualquiera puede visitar las galerías (gratis) en cualquier momento, aunque los huéspedes, naturalmente, tienen el verdadero acceso 24/7 a las exposiciones. “Sólo habíamos planeando abrir el de Louisville”, dice Wilson sobre su buque insignia de 91 habitaciones, en el que una noche comienzan en 229 dólares. “No pasó mucho tiempo después de la inauguración que tuvimos esta gran respuesta, y los amigos y asesores comenzaron a decir: ‘De verdad deberían abrir más de estos. Si no lo haces, alguien más lo hará. ”  
Vivir en grande: Una estatua dorada del David por Serkan Özkaya le da la bienvenida a los huéspedes de 21c Museum Hotel en Louisville.

Vivir en grande: Una estatua dorada del David por Serkan Özkaya le da la bienvenida a los huéspedes de 21c Museum Hotel en Louisville.

  Un segundo 21c abrió cinco años después, en Cincinnati, 156 habitaciones dentro del alguna vez grandioso (y ahora más grandioso) Metropole Hotel. Una conversación con la amiga de la pareja Alice Walton llevó a un tercer 21c en Bentonville, Arkansas, cerca del Crystal Bridges Museum of American Art de Walton. Ese lugar rompió con las convenciones y fue colocado en un edificio construido a medida. En marzo, un hotel inaugurado en Durham, Carolina del Norte, de 125 habitaciones en 17 pisos de una torre Art Deco (diseñada por los mismos arquitectos que construyeron el edificio Empire State, al cual se parece el hotel). El próximo año dos hoteles 21c más serán abiertos en Lexington, Kentucky y en la ciudad de Oklahoma, y, en 2018, otros tres, en Kansas City, Nashville e Indianápolis. Wilson y Brown desean que los hoteles tomen su lugar como centro cultural en ciudades que han mantenido sus horizontes limitados (y lejos de las megalópolis como Nueva York y Los Ángeles). A diferencia de la mayoría de las cadenas boutique, los hoteles 21c no tienen el mismo aspecto, pero comparten los mismos detalles de lujo y espíritu –desde chocolates gourmet en las almohadas y patitos de goma en las duchas hasta las estatuas de pingüinos juguetones en todos los hoteles (movidos constantemente por huéspedes y el personal). Y la buena mesa es un sello distintivo, con menús que empujan a los comensales a ampliar sus paladares más allá de comida local. (“Nadie estaba sirviendo pulpo en Louisville hasta que lo hicimos nosotros”, dice Wilson con orgullo. “Nadie [en Cincinnati] estaba haciendo una ensalada de zanahoria  quemada. Nadie había oído hablar de una rampa.”)  
Cuartos con arte: Laura Lee Brown y Steve Wilson tienen un penthouse sobre el 21c hotel en Louisville that’s available to guests (Foto: Jason Myers).

Cuartos con arte: Laura Lee Brown y Steve Wilson tienen un penthouse sobre el 21c hotel en Louisville that’s available to guests (Foto: Jason Myers).

  Mira hacia arriba mientras comes en un restaurante 21c, como lo hice frente a un plato de albóndigas de bisonte (de un rebaño en la propiedad de Wilson), y encontrarás que la parte del museo ya ha comenzado. Las exposiciones se extienden por todo el hotel. “El arte está integrado en todo lo que hacemos”, dice Alice Gray Stites, curador en jefe de la firma. “¿Sabes?, incluso el hueco de la escalera al spa en Cincinnati tenemos la instalación de un artista.” (Se asemeja a un campo de hierba en movimiento.) Las exposiciones temáticas a menudo exhiben obras de artistas de renombre, como Cindy Sherman, Kara Walker y Chuck Close, y también contará con piezas dramáticas de pintores y escultores menos conocidos. “He descubierto que en cada una de nuestras ciudades hay maravillosos artistas jóvenes”, continúa Stites, “y trabajar con ellos para mostrar su trabajo o trabajar en nuestras instalaciones ofrece la oportunidad de ver grandes obras de arte que podrían no ser exhibidas en otras ciudades”. Actualmente en exhibición en Durham se encuentra una colección de pinturas, esculturas y fotografías que exploran cómo la percepción humana puede tambalearse; en Cincinnati hay una colección Warholesca retratos de colores brillantes de la cultura pop; y en Louisville, una exposición que reflexiona sobre la interacción entre los seres humanos y el medio ambiente. Incluye una perturbadora pintura del el artista Grant Hayunga de lo que parece ser una mujer con cabeza de caballo masturbándose. Todo el trabajo, naturalmente, se deja a la interpretación personal. “Pensé que era un hombre”, dice Wilson, encogiéndose de hombros, al ser consultado sobre la forma equina. Al otro lado de la galería, ve a una madre y su hijo posando para una foto. “¿Es un selfie stick?”, pregunta Wilson. Confirma con una rápida mirada que sí, es un selfie stick. “Bien. Me gusta eso. Están acercándose al arte.”

 

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