Entre las paredes de un antiguo edificio del siglo XVIII, el arte es revisado desde una novedosa perspectiva, a través de un diálogo profundo y multicultural. Esa edificación acoge al Museo Kaluz, el cual pretende, así, renovar la vibrante escena cultural de la Ciudad de México.

A tres años de su fundación, el recinto gesta una propuesta que convertirá a México y Latinoamérica en un importante epicentro para el desarrollo, investigación y exhibición de arte nipón. Así lo resalta Amaury García, investigador del Centro de Estudios para Asia y África de El Colegio de México, y especialista en arte japonés.

Amaury-García
Amaury García, investigador del Centro de Estudios para Asia y África de El Colegio de México, y especialista en arte japonés. Foto: Museo Kaluz

Lo anterior es debido a que el museo firmó, hace poco, un acuerdo para recibir en donación 282 piezas, entre kakejikus (rollos verticales), emakis (rollos horizontales), biombos, álbumes, abanicos y piezas de cerámica. La mayoría de ellas data de los siglos XVIII al XX y pertenecen al coleccionista Terry Welch.

Museo Kaluz
Foto: Aurea del Rosario

A decir del especialista, ésta es la colección de pintura y caligrafía japonesa moderna más importante en América Latina, y también es única. Las piezas corresponden a diversas corrientes, como Kishi, Sihyo o Nagasaki. Sin embargo, el núcleo más amplio tiene que ver con las escuelas Nihonga y Bunjinga.

Este hecho abre un universo completamente inédito en la escena cultural nacional, explica Luis Rius Caso, curador del Museo Kaluz, puesto que permitirá llevar a cabo diversos estudios. El especialista afirma: “La misión de un museo no es solamente resguardar la obra, sino investigarla y darla a conocer. Entonces, todo ese proceso deriva en la aportación de conocimiento”.

Luis-Ruis_Museo-Kaluz
Luis Rius Caso, curador del Museo Kaluz. Foto: Museo Kaluz

Para ello, el acuerdo incluye, además, una alianza con El Colegio de México, cuyo objetivo es ahondar en la documentación e investigación de cada una de las piezas de arte japonés.

“La misión de un museo no es solamente resguardar la obra, sino investigarla y darla a conocer”

Luis Rius Caso, Curador del museo kaluz

Igualmente, impone desafíos interesantes en cuestiones de conservación: La pintura japonesa es distinta al óleo, por esta razón no se puede exponer de forma permanente. “Entonces, habrá que pensar en proyectos de exhibición con piezas diferentes que se vayan rotando, o en muestras temporales”, resalta Amaury. Tal fue el caso de “Casi oro, casi ámbar, casi luz. Bienvenida del paisaje mexicano al paisaje japonés”, la cual concluyó su ciclo de exhibición semanas atrás.

Diálogo abierto

Esta inserción de arte japonés representa un hito y un esfuerzo por atraer nuevos públicos, sin perder de vista la columna vertebral del recinto. “Nuestro acervo tiene un perfil sumamente claro, compuesto por una visión multicultural del arte mexicano”, resalta Rius Caso.

Fundado por iniciativa de Antonio del Valle Ruiz, el Museo Kaluz maneja un amplio espectro de obras, al contemplar desde piezas de arte virreinal hasta otras de arte moderno de los siglos XIX y XX. Con ello, presenta una visión muy singular del arte mexicano, tema, desde luego, recurrente.

Museo Kaluz
Foto: Museo Kaluz

La aportación más valiosa; sin embargo, radica en la metodología que propone la institución para establecer un vínculo entre las obras y el público: “A partir de una apertura multicultural se proponen temáticas muy poco consideradas en otras colecciones”, asegura el curador del museo que reúne obras de José María Velasco, Diego Rivera o José Clemente Orozco, además de otros artistas menos conocidos.

¡Descubre más!

‘Inteligencia líquida’ pone la lupa en la salud de los océanos

Tres grandes representantes de la plástica mexicana llegan a Guadajalara

Ejemplo de ello fue una exitosa muestra compuesta por artistas mujeres que forman parte de su acervo, al igual que “Tan Tin Tan: Un mexicano del siglo XXI”, exposición que permanecerá hasta el 11 de diciembre 2023. Una serie de investigaciones revelaron que el edificio donde ahora está el museo, anteriormente fue una vecindad en la cual nacieron Germán Valdés (“Tin Tan”) y dos de sus hermanos. En respuesta a la vocación contemporánea del recinto y su iniciativa por establecer vínculos y relaciones estrechas con la comunidad, la muestra ha tenido una gran acogida.

Al sumar arte japonés a su acervo, opina Amaury, el museo reforzará la conversación entre el arte oriental y el occidental con una misión muy clara: encontrar marcadas diferencias entre esas expresiones artísticas y, sobre todo, similitudes valiosas. “Tenemos mucha suerte de que Terry Welch decidiera venirse a vivir a México, traerse toda su colección… y entregar parte de ella al Museo Kaluz y al pueblo mexicano”, concluyen los entrevistados. Pues, si hay algo que es enriquecedor para la escena cultural de la capital, eso es la capacidad de abrazar memorias visuales y generar un mensaje que trascienda tanto el tiempo como el espacio.

Síguenos en:

Instagram

Facebook

Twitter