El silo construido en 1902, con sus tonalidades rojizas, se torna en corazón de un moderno distrito residencial y cultural que se alza al este de Puerto Madero, en Buenos Aires. A simple vista, resulta difícil imaginar que la imponente edificación resguarda escenarios creados para recuperar el aliento, hacer del vivir un arte y ganar energía para continuar la travesía en los sitios icónicos de la ciudad. Sin embargo, todo cobra sentido al confirmar que aquella construcción es el Faena Hotel Buenos Aires.

Fue Alan Faena, el visionario empresario y coleccionista de arte, quien imaginó que la construcción conocida como El Porteño, tras una cuidada reforma, sería perfecta para acoger un resort urbano de lujo. Luego logró que Philippe Starck, reconocido mundialmente por la funcionalidad y estética de sus diseños, interviniera la obra, situada entre dos espejos de agua.

Fue así que auténticos maestros artesanos de la restauración otorgaron un carácter sublime a los interiores, a través de una cuidada selección de sillones alados, vidrios cincelados, cristal Baccarat y cortinas de terciopelo.

Porteño Suite. Foto. Faena Hotel Buenos Aires

El rojo (símbolo de la fe y del valor), el dorado (alegoría de la gloria) y un blanco impecable recorren los salones de los restaurantes El Mercado y Bistró Sur. También, con su propia mística, la misma gama cromática viste a The Library Lounge, al Poolbar El Cellar y El Cabaret; éste, un efervescente “templo” que corona el día al ritmo del show “Rojo Tango”.

Enormes ventanales dispuestos en suites y habitaciones crean una placentera composición artística mientras permiten admirar la Reserva Ecológica, los parques, el río y los diques de Puerto Madero.

La honestidad del diseño trasciende al Faena Spa y se posa en un ambiente de serenidad, perfecto para la meditación, el aprendizaje y la renovación personal.

Todo en Faena Hotel Buenos Aires alienta el despertar de una conciencia renovada del presente. Por último, una estancia en esta propiedad conduce al inevitable (y necesario) descubrimiento de la belleza que bordea cada instante de la vida.

PROVEEDURÍA CULTURAL

El Faena Art Center, situado en las entrañas de un antiguo molino de trigo que alimentó a la Europa de la posguerra, hoy emerge en las inmediaciones del hotel para volver a nutrir al mundo, esta vez a través de la cultura. La sala principal de este espacio museístico, otrora centro de maquinarias, exhibe obras monumentales que avivan la capacidad de asombro de sus visitantes.

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