La persistencia en un esquema de apertura y facilitación comercial no necesariamente incrementa nuestra competitividad porque no se trata sólo de bajar aranceles o eliminar barreras al comercio.     A mediados de la década de los ochenta, México inició un camino hacia la apertura comercial que obedeció, en gran medida, a las reformas que eran necesarias para enfrentar la crisis económica imperante y que implicaron, por una parte, la renuncia al modelo de sustitución de importaciones y, por otra, la adopción de un modelo de liberación comercial. Esta política comercial partió de la necesidad de buscar nuevos mercados de exportación para México y reducir de esta manera la histórica dependencia hacia el mercado de Estados Unidos. Asimismo, la diversificación comercial del país debía traducirse, conforme a los objetivos señalados en los diferentes Planes Nacionales de Desarrollo, en el desarrollo nacional bajo la lógica del impulso a la productividad y la competitividad del país que se traduciría en mejores empleos y mejor calidad de vida para todos los mexicanos. Sin embargo, el análisis del comportamiento comercial de México revela que la persistencia en un esquema de apertura y facilitación comercial no necesariamente incrementa nuestra competitividad porque no se trata, exclusivamente, de bajar aranceles o eliminar barreras al comercio. El Índice de facilitación comercial que emite el World Economic Forum tiene cuatro pilares a medir periódicamente: Acceso a mercados, Administración aduanera, Infraestructura de transporte y comunicaciones y Clima de negocios. En un comparativo con economías seleccionadas y ajuste en posiciones, desde la última medición hecha en 2012, nuestro país luce así: tabla1   Países, como el propio Estados Unidos, Brasil y China, cayeron en sus calificaciones significativamente y no por ello restaron puntos a su competitividad. Por ello, podemos señalar que la política comercial ha sido benéfica en materia de crecimiento para nuestro país, pero no en cuanto a desarrollo, en la medida en que no se han consolidado políticas de carácter interno que apuntalen nuestra competitividad. El acceso a mercados es nuestra mejor calificación: tabla2   No así el nivel de nuestra infraestructura, el entorno de negocios y la seguridad física: tabla3 Elaboración propia usando como fuente: World Economic Forum   Estas aseveraciones pueden ratificarse por el hecho de que el nuevo informe sobre competitividad global (The Global Competitiveness Report 2013-2014), dado a conocer hace unos días, señala que México cayó 2 posiciones en su calificación global y pasamos del lugar 53 al 55. Sin embargo, pese a la caída marginal de 2 posiciones, hay que hacer notar que de los 12 pilares que conforman la calificación de este Índice de Competitividad Global, nuestro país presenta caídas en nueve de ellos. Las más graves: eficiencia en mercados laborales, aspecto en el que México pasó del sitio 102 al 113; sofisticación empresarial, en el que cayó del 44 al 55, y estabilidad macroeconómica, en el que pasó del lugar 40 al 48. De ahí la pregunta: ¿habremos llegado ya al límite del modelo neoliberalista para inyectar competitividad a la economía? Lo que es cierto es que resulta más que necesario que México ponga en marcha un modelo de desarrollo que, sin renunciar a la apertura y facilitación comercial o dar marcha atrás en ese terreno, permita evolucionar aceleradamente el desarrollo de la industria y de la infraestructura mexicana, así como la inversión palpable en investigación e innovación tecnológica. Es indispensable la eliminación del lastre que representa la corrupción y la inseguridad que genera el crimen organizado al igual que la disminución paulatina de la informalidad como economía de subsistencia para un porcentaje muy alto de la población y por supuesto, abatir nuestras enormes limitaciones en materia de educación. Hagamos votos para que las políticas establecidas en los lineamientos del Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018, que se orientan a resolver muchas de estas debilidades, se cristalicen ante la tarea titánica de transformación que necesitamos para hacer de México la nación desarrollada a la que sin duda todos aspiramos.     Contacto: Twitter @perez_munguia [email protected] / [email protected] www.nyce.org.mx / www.imece.org.mx       *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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