Las empresas comienzan a entender que los viejos paradigmas no son garantía de éxito en el mundo laboral.   En mis tiempos de estudiante la brecha entre el mundo laboral y la universidad comenzaba a cerrarse por las bolsas de trabajo, muy incipientes en aquel entonces. Las opciones que se tenían para unirse al mundo laboral eran las tradicionales oficinas de reclutamiento que en todo momento intentaban poner una cara amable a los jóvenes que veían en sus filas un lugar para desarrollarse. En esos intentos las empresas fallaban. La organización terminaba imponiéndose y existía resistencia de las corporaciones para agregar a sus filas a empleados tan jóvenes y recién egresados. Pero el mundo laboral creció exponencialmente y la demanda de puestos de trabajo rebasó la capacidad de las oficinas de reclutamiento. Mientras eso sucedía, las plataformas de reclutamiento en Internet crecían, pero también se despertaba cierto descontento entre los reclutadores y los futuros empleados. El proceso de contratación se tropezaba a sí mismo. El dato es muy claro: de acuerdo con Manpower un 42% de las empresas mexicanas advierte que no encuentra el talento que requiere. Para tener más certeza en el tipo de talentos que se recluta, la empresa L’Oréal desarrolló el evento llamado Business Games en diversos campus universitarios. La forma en la que se está acercando a los universitarios es más vivencial, ya que recurre a simuladores donde los jóvenes juegan el rol de trainee en su primer día de trabajo para mostrar todas sus áreas de oportunidad. Hasta ahora en esos programas de reclutamiento directo han participado jóvenes de universidades públicas y privadas por igual. La situación es muy diferente a la que muchos estudiantes de generaciones pasadas vivimos: la relación que las empresas establecían con los estudiantes se limitaba a asistentes de oficinas a los que comúnmente se llamaba officeboy, donde no existía mayor desarrollo profesional ni personal. Por lo visto el nuevo mercado ha obligado a los corporativos a cambiar sus paradigmas: ni los largos exámenes de reclutamiento, ni los destacados estudiantes, ni los jóvenes egresados de determinadas escuelas son garantía de un éxito profesional. Ojalá que esas nuevas formas de reclutamiento se reflejen en más oportunidades de trabajo para una sociedad más demandante. Y tú, lector, ¿qué opinas?   Sígueme en Twitter: @miguelcolunga1     *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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