En su conferencia de prensa, horas después de que Fitch Ratings rebajó la calificación de Pemex a un nivel apenas superior al de inversión, el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a la decisión de la firma como “hipócrita”.

“Estos organismos (…) permitieron el saqueo”, dijo AMLO, remachando que  “avalaron la llamada reforma energética; que sabían que no llegó la inversión extranjera y que no se incrementó la inversión en Pemex. Y que eso fue lo que produjo la caída en la producción petrolera y nunca dijeron nada; guardaron un silencio cómplice”.

AMLO acusa a calificadoras de hipócritas y permitir el ‘saqueo’ a Pemex

Los comentarios del presidente le ganaron las críticas de expertos en materia energética y financiera, poniendo énfasis en que los datos que analizan las firmas calificadoras se apartan de una posición política e ideológica.

Ante ello, ¿cómo determinan las calificadoras el nivel de crédito de una empresa o un gobierno?

  • Las calificadoras utilizan datos públicos  de las propias emisoras y el costo lo cubren las empresas o entidades que solicitan la evaluación en su nombre.
  • Las firmas calificadoras obtienen sus honorarios de las empresas a las que están evaluando o de entidades que necesitan esas calificaciones (bancos, fondos de inversión, etcétera)
Calificaciones crediticias se toman con la más alta seriedad: Pemex
  • Los datos que utilizan las calificadoras son proporcionados por las propias empresas. Como señala Fitch: “La información utilizada en el análisis de esta calificación fue proporcionada por Pemex u obtenida de fuentes de información pública, incluyendo los estados financieros auditados, presentaciones del emisor, objetivos estratégicos, entre otros”.
  • Los ratings de crédito de las calificadoras, junto con otras herramientas ayudan a los inversionistas a manejar sus portafolios. Son los datos más eficientes y no se considera tanto un criterio de “inversionistas con ética”, como dijo AMLO.
  • Las calificadoras no son infalibles. Ha habido varias polémicas en torno al trabajo de las tres grandes (Fitch, Moody’s y Standard and Poor’s). La principal se dio en 2008, cuando la reputación de estas firmas quedó dañada pues no alertaron sobre las señales que anticipaban una crisis financiera global por las malas inversiones de los bancos de EU en hipotecas. De hecho, hubo una comisión conformada en 2011 por expertos, congresistas estadounidenses y representes de las calificadoras trató de averiguar ” las causas, locales y globales, que propiciaron la crisis económica y financiera”.
  • Otra polémica internacional por parte de una calificadora se dio en 2012, cuando Moody’s puso la perspectiva de varios países de la Unión Europea en negativo, detonando las críticas de varias economías de la región.
  • La propia Fitch despertó la ira de la titular de Energía de México, Rocío Nahle, quien en octubre de 2018 dijo que la revisión de perspectiva de la firma a Pemex (“Negativa”) fue “absurda”. Asimismo, en esta ocasión en que Fitch rebajó la calificación de la energética, Nahle afirmó: “No confiamos en Fitch”.

 

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