Por: Hugo Álvarez

A raíz del conocimiento que fundamenta los múltiples beneficios medicinales y los riesgos mínimos asociados al consumo legal y educado del cannabis y sus derivados, su popularidad ha aumentado alrededor del mundo, impulsando la legalización en cada vez más países. En el caso de México, se estima que el valor del mercado nacional en el primer año pueda llegar a 5 mil MDD y en cuanto al panorama internacional podría llegar a los 73,600 MDD para el 2027.

Actualmente más de 50 países cuentan con algún tipo de regulación para el cannabis en sus diferentes usos; medicinales; industriales; y recreativos. Esto es el nacimiento de una nueva industria multimillonaria que para México puede representar una oportunidad única para entrar a los mercados internacionales y ayudar al país a enfrentar la peor crisis en la historia.

En México hoy existe un limbo legislativo en el cual, por un lado, seguimos en espera de un reglamento pendiente desde 2017 que regula los usos medicinales y de investigación del cannabis, el cual tendría que publicarse el mes de septiembre del presente año. Por otro lado, la llamada Ley para la Regulación del Cannabis que regulará todos los usos, tiene como límite, por mandato de la SCJN, hasta el 15 de diciembre del presente año para aprobarse.

Hoy en día, nos enfrentamos a una demanda inmensurable de pacientes medicinales y usuarios recreativos, que no tienen acceso a un mercado regulado en el país, ni a herramientas certeras para validar el contenido del producto que se puede conseguir en el mercado ilegal o inclusive en casa, vía el auto cultivo. Los riesgos asociados a los posibles contaminantes representan un grave problema de salud pública que, en vísperas de la anhelada regulación da lugar a una paradoja en camino a la misma.

Con base en la experiencia que han tenido los países donde el cannabis está regulado, considero que dos de las estrategias más efectivas para la minimización de riesgos a la salud son: en primer lugar; los análisis de laboratorio, los cuales buscan comprobar la limpieza de contaminantes que puedan ser nocivos para la salud; y en segundo lugar, se encuentra la trazabilidad de los productos, que genera la posibilidad de seguir el rastro en cada etapa de la cadena de suministro, desde la genética, cultivo, transformación, empaquetado, transporte y el punto de venta que tiene relación directa con el paciente y/o usuario final.

Existen distintas pruebas de laboratorio las cuales fungen un papel muy importante en la industria del cannabis legal, éstas con el objetivo de dar seguridad al consumidor final sobre la calidad y contenido de lo que consume. Por mencionar algunos ejemplos, se encuentran el análisis de potencia de cannabinoides y terpenos, el de metales pesados y pesticidas, el de solventes residuales o patógenos microbianos, y el de mico toxinas.

Como podemos ver, la existencia de un mercado legal trae consigo resultados positivos para los pacientes y consumidores en el sentido de la confiabilidad del contenido de los productos y/o la posibilidad de identificar a los responsables en caso de algún efecto no deseado.

Considero que la deficiencia de los mecanismos legales para importar o adquirir un producto derivado de cannabis que están vigentes al día de hoy en los usos medicinales, viene de la falta del reglamento a las reformas a la Ley General de Salud pendiente desde 2017 en donde se autoriza el uso de cannabis para fines médicos y de investigación. He sido testigo que el proceso actual involucra una serie de trámites complejos, tardados y costosos, que confunde a los pacientes y se convierte en un martirio el poder adquirir un medicamento de calidad asegurada a un precio justo, por lo cual algunos de ellos recurren a la oferta del mercado nacional que hoy es ilegal.

Los pacientes y usuarios que optan por el mercado ilegal, se enfrentan a una interminable y confusa gama de productos que va desde “importados” que en algunos casos son productos falsificados, pasando por artículos nacionales de baja calidad y de dudoso contenido, hasta productos mexicanos que no dudo tengan la más alta calidad en potencia y efectividad, pero… ¿Todos estos productos pasarían los análisis antes mencionados que exige una industria legal? La verdad es que no lo sabemos, sin embargo, esta es una razón más que hace evidente la urgencia que se tiene en regular el cannabis y sus derivados para todos sus usos.

La demanda nacional es real y el talento nacional existe. La paradoja del camino a la regulación en México radica en que el retraso en la regulación se ha convertido en una triste constante que juega en contra de la salud de los miles de pacientes y usuarios que hoy sufren las consecuencias de no tener un acceso legal y seguro al cannabis.

Estoy convencido que México está listo para adaptarse a esta nueva normalidad que trae el mundo del cannabis, creo que la mejor manera de calmar el temor y combatir el estigma asociado a la planta es compartir información veraz de las experiencias en mercados regulados con el objetivo de crear una nueva cultura mexicana de consumo educado y responsable del cannabis y sus derivados.

Contacto:

Hugo Álvarez, Socio-Fundador de Canncura*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Rompiendo el inútil paradigma de ser el mejor
Por

De repente, escucho a algunos profesores en escuelas de negocios o a conferencistas que arengan a sus audiencias con la...