El proyecto energético más importante del sexenio se ha convertido en un dolor de cabeza para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. El 9 de mayo la licitación de la séptima refinería de Pemex se declaró desierta. Todas las empresas invitadas incumplieron los requisitos fundamentales de la nueva administración: edificarla con 8,000 millones de dólares en tres años. La Secretaría de Energía (Sener), encabezada por Rocío Nahle, invitó a Technip, KBR y los consorcios Bechtel-Techint y Worley Parsons-Jacobs por considerarlas las “mejores” y “más serias” del mundo en construcción de refinerías, aunque todas enfrentan acusaciones de corrupción. Bajo el argumento de terminar con las importaciones de combustible para lograr la seguridad energética de México, el nuevo gobierno prometió la megaobra tomando como referencia la refinería Jamnagar en India, que se edificó entre 2005 y 2008, pero con una planeación de más de cinco años. Tras difundir el fracaso de la licitación, el gobierno mexicano de López Obrador encargó la dirección del proyecto a Pemex bajo la supervisión de Sener, aunque el mandatario afirmó en marzo que las compañías mexicanas no tenían la experiencia suficiente para construir la refinería.

Fuente: Sener (Gráfica: Cynthia Monterrosa)

Las propuestas económicas de las compañías invitadas se dispararon por factores como la ubicación. El estado donde nació el presidente marca un diferencial de costos “gigantesco” respecto a materiales como el aluminio, que se elevaría cuatro veces, explicó el director de la consultora energética GMEC, Gonzalo Monroy. “Dada la temperatura y humedad de Dos Bocas, los efectos corrosivos que tienen sobre el aluminio son muy altos. Típicamente, la vida útil de este material es de 25 años, pero en Tabasco se reduce a siete. Pemex pensaba que con revestimiento se extendía este lapso, pero la forma correcta de hacerlo es con aleaciones especiales”, detalló.

Los riesgos de construirla

Pemex es la empresa petrolera más endeudada del mundo. Sus pasivos financieros ascienden a 106,500 mdd. Su flujo de caja negativo provocó que las calificadoras de riesgo crediticio amagaron con quitarle el grado de inversión a la nota de la compañía. Moody’s consideró que el proyecto costará mas de 8,000 mdd y no estará lista en tres años. El grupo financiero Citibanamex estimó que costará al menos 12,000 mdd y estaría lista en ocho años. Lee también: Nueva refinería es una mala idea; su probabilidad de éxito es de 2%: IMCO El pasado 10 de mayo, Nahle pidió seriedad y responsabilidad a las calificadoras sobre la nota de Pemex, pues el gobierno actual no ha emitido más bonos, y recordó que los gobiernos anteriores dispararon la deuda de la compañía. “En todo este recorrido pues no vimos a las calificadoras tan nerviosas”, comentó.

Por paquetes

Tras el fallo, la Sener explicó que la construcción de la megaobra se licitará en seis bloques con diferentes empresas mexicanas o extranjeras. “Las licitaciones se harán por paquete con especificaciones que nosotros vayamos pidiendo y supervisando”, comentó la secretaria en una entrevista televisiva. El próximo 2 de junio, López Obrador pretende dar el banderazo de salida para la construcción de la refinería en Dos Bocas. Bajo este “plan B”, el país estará pendiente de las empresas constructoras dispuestas a asumir las exigencias del gobierno mexicano, mientras López Obrador y su equipo tendrá que pensar con un Plan C si las futuras licitaciones también se declaran desiertas. Te recomendamos también:
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