Selección Forbes 2019 | La política de seguridad de AMLO es otra forma de simulación: Javier Sicilia
La cara más visible de los agraviados por la batalla entre las fuerzas armadas del Estado y los carteles de la droga u otros grupos criminales, afirma que con la estrategia de seguridad adoptada por el gobierno de AMLO: “nos sentimos muy traicionados”.
Este texto fue publicado originalmente el 2 de abril de 2019
Han pasado ocho años, tres gobiernos federales, tres presidentes y las bajas civiles se cuentan por cientos de miles desde que se conformó el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que quiere dar voz a las víctimas de la guerra contra el narcotráfico. Pero en el país en donde las familias buscan algún rastro de sus desaparecidos en fosas clandestinas, poco ha cambiado.
Javier Sicilia, el rostro más visible de los agraviados por la batalla entre fuerzas armadas del Estado y los carteles de la droga u otros grupos criminales, pone en palabras lo que piensan de la estrategia de seguridad adoptada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador: “nos sentimos muy traicionados”.
Sicilia cambio la poesía por las marchas, en el sexenio de Felipe Calderón, cuando el cuerpo de su hijo Juan Francisco Sicilia Ortega fue localizado entre un grupo de siete personas asesinadas en Morelos y junto con más víctimas y familiares de desaparecidos se ha dedicado a exigir el retiro del ejército de las calles y un plan de seguridad de Estado. Este movimiento ha perdurado por tres sexenios.
“A pesar de todo el trabajo que se ha hecho, de que las víctimas que se volvieron un sujeto social, porque estaban absolutamente marginadas, revictimizadas que se les había quitado sus derechos civiles y constitucionales (…) los resultados son muy pobres en materia de justicia de paz. Tenemos 41,000 desaparecidos, según las cifras oficiales, la otra cifra no se contabiliza porque no hay denuncias por tenemos por miedo; hay 700,000 muertos y no para; desplazados, también apenas empieza a entrar del imaginario social y estaremos hablando de un millón de desplazados”, relata Sicilia en entrevista con Forbes México.
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De la misma forma que ocurrió en los sexenios de Calderón y Enrique Peña Nieto; la administración de López Obrador y las autoridades “hacen lo que se le pega la gana, oyen pero no escuchan y no se hace una política de Estado para atender el problema teniendo un montón de insumos, de organizaciones, talento y diagnóstico para poder articular”, afirma Sicilia.
Se trata de otra forma de simulación, con un diferente rostro, otro argumento pero los mismos resultados: injusticia, violencia, terror.
La Guardia Nacional, por ejemplo, es un indicio de que la política de seguridad en el país sigue siendo, en esencia, una estrategia de combate entre un ejército desplegado en las calles y grupos criminales.
“Ahora que nos presentaron los informes de la Guardia Nacional, en una especie de pasarela, no la presentó el Secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, las presentó el secretario de Defensa Nacional Luis Crescencio Sandoval ¿en dónde está el mando civil? Además, ese mando civil no sabe nada de seguridad, Durazo no es un experto en seguridad, es un disfraz, el mando lo tiene un militar, es la milicia en la calle con otro nombre, otro uniforme”, advierte Sicilia.
Otro eje importante de la estrategia de seguridad de AMLO es el apoyo “a los que menos tienen” a través de programas sociales que garanticen empleo y educación, una medida que representa “una aspirina” para un problema que se desborda en el país.
“Sus programas son nada frente a lo que puede corromper el narco con dinero, el problema es como limitas la economía de mercado y cómo fortalecer las economías regionales, las economías indígenas pero en una lógica no de mercado, eso es lo que no quieren enfrentar y pues si una aspirina “le voy a dar 3000 pesos a los chavos el narco llega y te da 15”.