El precario estado de la economía estadounidense no permite por el momento la reducción gradual del QE3, ni lo hará durante los meses que le quedan en el cargo al presidente de la Fed.   Por Robert Lenzner   No esperen que Ben Bernanke empiece a recortar la compra de bonos antes de que deje el cargo, a principios de 2014. Y no espere que la sucesora de Bernanke, Janet Yellen comience a reducir el QE hasta que las estadísticas apoyen la idea de una economía más fuerte. Por otra parte, un sabio consejero en asuntos monetarios me ha sugerido fuertemente que la Fed no intentará sorprender a los mercados como lo hizo el 22 de mayo, cuando Bernanke emitió su advertencia y las tasas de interés se dispararon y los fondos de riesgo se fueron cortos en bonos del Tesoro. No, me dicen, es probable que la primer disminución reducirá la recompra mensual de 85,000 millones dólares (mdd) en sólo 5 a 10 mil mdd, lo que significa que la Fed seguirá comprando de 75 a 80,000 mdd en bonos del Tesoro y títulos respaldados por hipotecas. A medida que la Fed evite la adopción de cualquier medida dramática que sacuda a los mercados financieros, es probable que la disminución sea gradual y ocurra en reducciones menores de los 5,000 a 10,000 mdd. Por lo tanto, el QE3 bien puede continuar durante buena parte de 2014. Bernanke podría haber querido empezar la disminución, pero el crecimiento del empleo en Estados Unidos sigue siendo mediocre, con el incremento promedio en la creación de empleos en su nivel más bajo en más de un año. Como resultado, las probabilidades están en contra de una disminución para esta semana que la Fed se reunirá, e incluso para la reunión de mediados de diciembre, la última de 2013. Después, Bernanke tendrá sólo un encuentro más con el Consejo, a principios de 2014, antes de su partida. Podemos estar seguros de que Yellen, quien tiene reputación de ser una paloma monetaria tan irreductible como Bernanke, no va a querer sacudir a los mercados en la víspera de su ascensión. Sin duda estará dispuesta a dejar muy clara su intención de emprender la reducción, pero no lo hará sino hasta que reciba el informe sobre la salud de la economía. Sin embargo, el juego de adivinanzas sobre cuándo se extinguirá el QE3 debe tener a los grandes inversores institucionales dispuestos a vender cuando los índices suban a nuevos máximos. Y cuando el QE3 comience a desaparecer, las tasas de interés se elevarán a un nivel imposible de predecir.

 

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