¿Quién en la actualidad no es miembro de alguna de las redes sociales disponibles dentro del mundo de internet? De acuerdo con algunos estudios, en México, actualmente, hay más de 100 millones de usuarios en las redes sociales, equivalente al 77 % de la población total, y derivado de la situación social por la pandemia el uso de estas durante el 2020 se incrementó en 12.4 %.

Además, las estadísticas también indican que estos cibernautas dedican un tiempo aproximado de 3 horas, 27 minutos al día para interactuar en las redes y que cada una de estas personas tiene un promedio de 10 apps o redes sociales abiertas, dentro de las cuales se encuentran Facebook, WhatsApp, Instagram, LinkedIn, TikTok, Pinterest, Twitter, YouTube, entre otras y solo el 54.5 % las ocupa para cuestiones laborales, ¿cuántas tienes tú?

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Con estos datos y aprovechando el interés que generan estas plataformas, surge la siguiente pregunta: ¿por qué no se emplean como estrategia de aprendizaje? La adopción a ellas ya se tiene, así como la gama de variantes en contenidos que se pueden encontrar, así como desarrollar y que van desde videos, audios o podcast, infografías, artículos científicos, tesis universitarias, entre otras, es muy vasta.

Las redes sociales no solo son medios de diversión, esparcimiento u ocio, en más de una de ellas, como en el caso de LinkedIn, se encuentra información de muy alta calidad técnica, científica, universitaria y de muchos expertos en su rama, además de tener una gran área de oportunidad en su uso, pues únicamente tiene 16 millones de usuarios, lo cual representa apenas el 16 % de los beneficiarios de medios sociales.

YouTube o Vimeo son un espacio fértil para ubicar videos de diferentes temáticas interesantes para incorporar como conocimientos académicos, por lo que se han convertido en una de las principales fuentes de curación de contenidos en línea, los cuales, si están gestionados por expertos en las materias, son verdaderamente útiles, pues se acompañan de una didáctica particular para cada perfil de estudiante. En este rubro particular se tiene un campo de acción muy amplio, puesto que según las estadísticas dentro de los 20 tópicos más buscados en YouTube no se encuentra ningún tema cultural o académico, por el contrario, destacan películas, música, youtubers o videojuegos.

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El caso de TikTok es verdaderamente interesante, pues es la de mayor crecimiento en los últimos dos años, aunque aún muy por debajo de YouTube, Facebook o Instagram, con un porcentaje de uso del 39.2 % y en donde se pueden encontrar tutoriales, videos explicativos, clases de cocina o de carpintería (un magnífico ejemplo de micro elearning). En un video de máximo 3 minutos se puede aprender de una manera muy sencilla, práctica e ilustrativa, temas de muy diversa índole.

Con todo esto, no queda duda de que teniendo una buena estrategia didáctica con la cual poner en marcha estas aplicaciones se puede alcanzar un verdadero éxito académico; desde luego, se debe contar con una estructura robusta, la cual posea una contextualización, aplicación y evaluación del aprendizaje; todo ligado al desarrollo de competencias y el logro de objetivos de aprendizaje.

También es verdad que hay serios inconvenientes, pues los alumnos al contar con acceso a estas redes pueden dispersar su atención y perder el foco del objetivo que nos estemos planteando como desarrolladores o como institución, por lo cual resulta importante poseer reglas y políticas de uso en el aula, implementar ciertos candados en la habilitación de las redes, además de hacer una curación o desarrollo de contenidos atractivos para cada perfil o nivel académico.

Como dice el dicho, si no puedes con el enemigo únete a él. Desde luego, sin que en realidad estas plataformas sean consideradas como un enemigo, en muchos casos se han vuelto el principal escape o distractor de los educandos, por lo que será mejor de una vez y por todas integrarlas a la currícula y demostrar que pueden tener una aplicación mucho más útil, así como productiva con respecto al uso habitual.

El empleo adecuado de las mismas puede desarrollar habilidades importantes en los futuros profesionales, tales como:

Aprendizaje colaborativo y cooperativo

Autoaprendizaje 

Investigación

Competencias digitales

Síntesis

Análisis

Comprensión lectora

Con base en lo anterior, resulta fundamental formar y desarrollar a nuestros docentes en el diseño de estrategias de aprendizaje apoyadas en la tecnología y en particular de las redes sociales, para que cada vez más depuremos la búsqueda y selección de contenidos, aprovechemos las sinergias propiciadas por los usuarios de estas y siempre encaminados hacia el logro de los objetivos de enseñanza.

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Jesús Deloya, Director de Innovación Educativa de Aliat Universidades*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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