Una de las operaciones de salvamento marítimo más complejas y costosas que se hayan intentado enderezó a la nave de 114,500 toneladas con el uso de una serie de grandes mecanismos hidráulicos.   Reuters   Los costos de la operación para reflotar el crucero Costa Concordia excedieron los 800 millones de dólares y constituyeron más de la mitad de una pérdida general por seguro superior a 1,100 millones de dólares. El crucero  fue enderezado  en la isla italiana de Giglio, en una  operación que reveló los daños del barco que permaneció recostado en el agua por 20 meses, provocando la muerte de 32 personas. El lodo cubría la parte del crucero que estuvo sumergida, ahora abollada por el peso del propio barco, mostrando un fuerte contraste con el prístino hotel flotante que trasladaba a más de 4,000 turistas y volcó tras haber chocado con rocas el 13 de enero del 2012. El primer ministro italiano, Enrico Letta, dijo que la operación había “ayudado a nuestro país a superar el tema y renovar su imagen pública, que en el caso del naufragio fue una de un país que eludió sus responsabilidades”. Una de las operaciones de salvamento marítimo más complejas y costosas que se hayan intentado enderezó a la nave de 114,500 toneladas con el uso de una serie de grandes mecanismos hidráulicos y cables y la ubicó sobre una plataforma artificial perforada en el lecho marino. La operación duró 19 horas y terminó en las primeras horas de la mañana (0200 GMT). El jefe del equipo que realizó la operación, Nick Sloane, fue quien anunció el éxito de la operación a sus compañeros. “Se podía escuchar a los muchachos entusiasmados, silbando y saltando”, dijo Sloane en una conferencia de prensa. Sloane, líder de la operación para el consorcio estadounidense-italiano Titan-Micoperi, admitió que el proyecto había sido uno de los más complicado en el que le tocó trabajar. La técnica conocida como “parbuckling” nunca se había probado en un barco tan grande y en una posición tan complicada, con el riesgo agregado de una catástrofe medioambiental en las aguas de la región de Toscana. Sloane dijo que el momento más crítico fue cuando el barco empezó a desprenderse de la formación rocosa, mientras los ingenieros aplicaban más de 6,000 toneladas de presión a través de conectores y cables. La exitosa operación contrastó con el accidente, que constituyó un catálogo de infortunios y falta de criterio por el cual el capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino, afronta múltiples cargos penales, entre ellos el de homicidio no premeditado. Schettino, acusado de haber causado el accidente y de abandonar el barco, fue considerado ampliamente como un símbolo de todo lo malo que sucedía en Italia, un país inseguro tras años de recesión y escándalos políticos. En una conferencia de prensa en Roma junto a Franco Gabrielli, responsable en general de la operación, el primer ministro Letta declaró: “Demostramos al mundo y al país que los funcionarios públicos italianos pueden asumir pesadas responsabilidades”. Gabrielli dijo que los ingenieros italianos jugaron un rol clave en la operación: “Hoy el país puede retomar la posición y el rol que le corresponde”. Después de tres horas de retraso por una tormenta la noche del lunes, la operación de “parbuckling” tardó mucho más de las 10-12 horas estimadas, pero los ingenieros confirmaron que se desarrolló con calma. El trabajo no estará completado hasta que el crucero sea remolcado de la isla, algo que podría concretarse en la próxima primavera boreal.

 

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