¿Es probable la afectación de nuestra perspectiva de lo económico por nuestro característico y muy humano sesgo ideológico? ¿Si una persona no votó a favor de Andrés Manuel López Obrador en 2018 cambió su opinión de él por resultados macroeconómicos positivos? Sostengo: es muy difícil aceptar datos duros o realidades suaves e inmediatas si afectan nuestra previa posición, aun cuando eso nos asemeje a quien criticamos por hacer lo mismo.

En su estimación más reciente, el Banco Interamericano de Desarrollo mejoró las expectativas para este año, al cambiar de 1.8 a 2.1 por ciento; el ingreso por divisas extranjeras provenientes del turismo creció 4.7 por ciento durante enero, en comparación con el mismo mes del año pasado. ¿Si tuviera el lector previsto votar por el PAN esa realidad cambiaría su predisposición?

Más de la mitad de las y los mexicanos se siente optimista de mejorar las finanzas personales, y de tener recursos suficientes para alcanzar su estilo de vida ideal en cinco años. Así lo señala Deloitte, ¿entonces, sospecharía de la consultora?

La estabilidad económica proyecta confianza en la posibilidad de continuar con un modelo proveedor de bienestar para la ciudadanía, en especial a los sectores más vulnerables, y del impulso necesario a las inversiones locales y extranjeras.

La candidata presidencial de la alianza Sigamos Haciendo Historia —Morena, PT, Partido Verde—, Claudia Sheinbaum Pardo, plantea en su programa de gobierno un crecimiento promedio de 3 por ciento anual, así como continuidad a las políticas económicas implementadas por el Presidente López Obrador. ¿Si ella quiere continuar la disciplina macroeconómica debo anular la crítica a su afán explícito de hacerlo?

Las perspectivas alentadoras para instituciones financieras como BBVA México no favorecen el voto opositor. El principal banco en el país considera positiva la posible llegada de Sheinbaum Pardo a la presidencia —las encuestas la ubican hasta con 30 puntos de ventaja con relación a la aspirante opositora—, al sostener la estabilidad macroeconómica y los beneficios labores.

Mientras otras economías, en particular las de derecha como el caso de Javier Milei en Argentina, plantean el retorno a esquemas neoliberales, en México se aprecian los resultados de una economía social, entre ellos, aumento al salario mínimo o reformas para evitar el outsourcing. Un mercado laboral sólido se refleja necesariamente en un mayor poder adquisitivo.

Otro indicador revelador de las bondades del modelo mexicano. En el último año, el país mejoró seis posiciones en el Índice de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo; pasó del lugar 83 al 77 de entre 193 países.

El BID titula su informe, en el cual mejora las expectativas sobre México, “¿Listos para despegar? Aprovechar la estabilidad macroeconómica para el crecimiento”. Si fuera necesario dar una respuesta, todo indica: listos para despegar… pero para despegarnos de nuestros prejuicios.

Contacto:

Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

TW: @guerrerochipres

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Twitter: @elconsejomx

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