Por Carolina Menjivar
En 2015, la empresa peruana OPP FILM, filial de Oben Holding Group, tomó la decisión de instalar su primera planta industrial en la región. El país que eligió para ello fue El Salvador.
Las razones de esta decisión fueron básicamente tres: ya contaban con una distribuidora ahí; se trata de un país dolarizado, lo que ofrece estabilidad cambiaria, y los tratados comerciales suscritos con Estados Unidos, la Unión Europea, México y otros países le ampliaron el mercado.
La inversión en la planta asciende a 55 mdd en su primera etapa (se estima llegue a 100 mdd al final) y pretende ser un referente fabril, al utilizar tecnología y maquinaria de última generación para desarrollar, producir y comercializar películas y recubiertos plásticos para empaques flexibles, un material utilizado en la industria de alimentos, principalmente para empacar café, boquitas, galletas y sopas.
En su primera fase, la planta tendrá capacidad para producir 35,000 láminas de polipropileno biorientado, y cuando el montaje de la segunda concluya, alcanzará las 70,000 toneladas. Con el inicio de operaciones para el primer trimestre del año se generarán 200 empleos directos y 800 indirectos.
Los rusos también están por llegar al país de las pupusas, una delegación de reconocimiento explorará las costas salvadoreñas, así lo anunció el embajador de Rusia, Nicolai Vladimir. “Harán una exploración de los recursos del mar, ustedes tienen mariscos de muy buena calidad, también pescados de buena calidad”. Además de la pesca, los empresarios rusos estarían interesados en la medicina tropical y la tecnología farmacéutica.
Durante el primer semestre de 2015, El Salvador registró un monto de inversión extranjera directa (IED) de 445.6 mdd, cifra alta en comparación con el mismo periodo de 2014, lo que denota el interés de inversionistas extranjeros por establecer o ampliar sus operaciones en el país, sobre todo en los sectores de la industria manufacturera, información y comunicaciones, así como actividades financieras, según el Banco Central de Reserva.
El sector con el mayor flujo neto de IED fue el industrial, con un monto de 89.3 mdd. El sector información y comunicaciones fue el segundo receptor de inversión extranjera, con 78.9 mdd.
Bajo la ley de servicios internacionales, 24 nuevas empresas se establecieron en el país, generando más de 2,000 empleos en 2015, así lo destacó el Ministerio de Economía.
Los nichos en los que prefieren invertir los empresarios que han llegado en los últimos años, según Waldo Jiménez, director de Asuntos Económicos de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) son siete:
Textiles especializados y confección. El Salvador se posiciona como el centro textil más atractivo para invertir en Latinoamérica debido a su proximidad a grandes mercados consumidores en Norte y Sudamérica, su cadena de valor integrada y capital humano competitivo en costos y altamente productivo. Actualmente, en El Salvador operan más de 260 compañías de este nicho.
Servicios empresariales a distancia. Este sector genera 16,500 empleos directos, 11,000 estaciones de trabajo y representa más de 55 empresas locales y extranjeras.
Aeronáutica. El Salvador cuenta con más de 28 años de experiencia en la industria de mantenimiento y reparación de aeronaves, con lo que el país ha logrado colocarse en el mapa aeronáutico mundial. El sector ha mostrado tasas de crecimiento anual de 20% y genera más de 2,400 empleos.
Cultivo de plantas ornamentales. Las oportunidades para el establecimiento de cultivos bajo techo o cobertura de sombra son amplias, especialmente para la propagación y producción de esquejes o estacas para el mercado de exportación
Sector acuícola. El clima cálido tropical del país y la ubicación estratégica son ideales para la producción acuícola y para la comercialización de filetes de pescado frescos a mercados en países desarrollados
Sector frutícola. En El Salvador cinco especies de frutas cuentan con acceso al mercado de Estados Unidos en estado fresco.
Turismo. La riqueza natural del país y la Ley de Turismo con sus atractivos incentivos fiscales, así como el apoyo focalizado del gobierno de El Salvador a este sector, han hecho que sea una de las ramas más pujantes del país en los últimos años. De acuerdo con especialistas, también es un buen destino para el establecimiento de hospitales y clínicas especializadas dirigidas a atender pacientes residentes en Estados Unidos y Canadá, lo que podría detonar el turismo de médico.
Cambio de fachada
El director de Asuntos Económicos de la ANEP considera que para mejorar los niveles de inversión en El Salvador, debe existir un régimen fiscal con tasas moderadas y seguridad jurídica. “Cualquier empresario debe tener la confianza en el cumplimiento de las leyes y en el respeto e independencia de los tres órganos de Estado”.
Si no se ordena “y limpia la casa, nadie va a venir”, es la frase con la que Roberto Rubio, director de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), engloba los retos que el país debe superar para mantener el ritmo de la inversión extranjera, refiriéndose a la vocación económica que debe definirse para el país.
El directivo de Funde señala que en El Salvador hay problemas coyunturales con soluciones políticas, y considera necesario definir el rubro a promocionar e impulsar en el exterior y dejar en claro si la apuesta de país es el turismo, la agroindustria, la manufactura o alguna otra industria.
“Ya que se tenga establecido deberán articularse las instancias gubernamentales que trabajen en favor de la atracción de la inversión, es decir, unificar los esfuerzos que hace el Ministerio de Economía y Proesa para tener mejores resultados”, considera Rubio.
Un tema relevante para generar un buen ecosistema de negocios, según Rubio, es dejar de lado la polarización que impide que el gobierno, la oposición y la empresa privada trabajen para resolver los problemas que más alejan a los inversionistas, como la inseguridad que se ha convertido en un obstáculo estructural que genera costos millonarios.
Anualmente, los empresarios pagan 300 mdd a los extorsionistas y destinan buena parte de sus utilidades para sufragar los costos en seguridad privada, cuyo monto asciende a 800 mdd, según Ernesto Vilanova, presidente del Consejo Nacional de la Pequeña empresa salvadoreña.
La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) señala que el conflicto entre el Estado salvadoreño y la empresa italiana En el deterioró el clima de negocios y la imagen del país como destino de inversiones, en el futuro recomiendan evitar este tipo de litigios.
Este conflicto tuvo una resonancia internacional, debido a un litigio que se alargó por más de ocho años, cuando En el demandó a la empresa Inversiones Energéticas (INE), una subsidiaria de CEL por frenar una inversión de 127 mdd, gracias a la cual los italianos obtendrían la mayoría accionaria de LaGEO, tal como se los facultaba el Acuerdo de Accionistas firmado en el año 2002.
A pesar de ello, El Salvador se ubica en una tendencia positiva según expertos de la Cepal, con posibilidades de superar las cifras de ID registradas durante 2013 y 2014, años en los que los flujos de capital de los inversores extranjeros totalizaron 140 y 275 mdd, respectivamente.
En entrevista con
Forbes, el empresario salvadoreño Fernando Poma estableció que si El Salvador quiere en realidad detonar sus niveles de inversión, la sociedad y las autoridades tienen una tarea, que es resolver las siguientes preguntas: “¿Por qué va a venir alguien a invertir en este país versus hacerlo en otros de Centro y Sudamérica? ¿Qué nos diferencia de los demás de manera positiva? ¿Son nuestras leyes más competitivas? ¿Estamos creando un ambiente donde se encuentran oportunidades rentables? ¿Estamos promoviendo la certeza y la predictibilidad requerida? ¿Ha establecido el gobierno un rumbo claro y definido para el país? ¿Lo ha comunicado adecuadamente a todos sus ciudadanos? ¿Estamos trabajando para fortalecer nuestro estado de derecho? ¿Tenemos una cultura que promueve la rendición de cuentas? ¿Contamos con los mecanismos que nos da la democracia para que personas que no cumplan adecuadamente sus funciones puedan ser reemplazadas por los ciudadanos a quienes representan? Y finalmente, ¿tenemos una cultura que celebra el éxito?.
