El camino de las niñas y mujeres en el mundo del siglo XXI sigue siendo doloroso y complejo, lleno de retos y desigualdad. Ante escenarios sociales sumamente complejos, el Día Internacional de la Mujer en este 2023 está dedicado a la equidad. 

Para abrazar la equidad, primero debemos comprender que hablar de igualdad de oportunidades ya no es suficiente. Frecuentemente, igualdad y equidad se usan indistintamente, por lo que es fundamental recordar que igualdad significa que cada individuo o grupo de personas recibe los mismos recursos u oportunidades. Mientras que la equidad reconoce que cada persona tiene circunstancias diferentes y asigna los recursos y oportunidades exactos que se necesitan para alcanzar un resultado igualitario.

La equidad se puede definir como dar a todos lo que necesitan para tener éxito y representa la verdadera oportunidad para lograr inclusión.

Al interior de las organizaciones se busca desarrollar ambientes laborales saludables, como entornos en los que la diversidad, la equidad y la inclusión forman parte de una estrategia de gestión del capital humano; sin embargo, en la escuela, en los entornos familiares y en el espacio público, las niñas y las mujeres encuentran estereotipos, patrones culturales, sesgos cognitivos y estructuras inflexibles que les impiden un acceso justo y equitativo a oportunidades de desarrollo.

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Ante las precarias circunstancias en las que viven niñas y mujeres, es urgente desarrollar nuevos esquemas de participación en los que se les habilite el acceso a servicios públicos, educación, empleos, programas de salud, justicia, seguridad de una forma en la que no sólo se respeten sus derechos humanos, sino que se priorice además el cobijo necesario para garantizar una vida libre de violencia y en la que todos los individuos alcancen su máximo potencial.

Según datos de las Naciones Unidas, en 18 países, los esposos pueden impedir legalmente a sus esposas buscar o tener un empleo; en 39 países, las hijas y los hijos no tienen los mismos derechos de herencia; y en 49 países la violencia doméstica no está tipificada como delito. A pesar de que la igualdad, la equidad y el empoderamiento de las niñas y mujeres se encuentra en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los avances en el logro de las metas planteadas para este Objetivo (5) siguen sin ser suficientes.

En este sentido, uno de los principales retos ha sido la eliminación de las prácticas nocivas, sistematizadas y validadas por contextos religiosos, sociales y culturales. 

Abrazar la equidad requiere el diseño e instrumentación de políticas públicas que favorezcan la equidad y el empoderamiento de niñas y mujeres. 

La sociedad del siglo XXI necesita mirar desde lo humano, sin etiquetas, sin distinciones. Rescatar a la mujer, la vida y la libertad requiere acciones, menos retórica. Pero, sobre todo, requiere voluntad.

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