X, anteriormente conocido como Twitter, está probando su programa “Not A Bot ” en Nueva Zelanda y Filipinas, que cobrará a los usuarios nuevos no verificados 1 dólar al año por algunas de las funciones básicas de la plataforma, incluidas publicaciones, respuestas, reenvíos y likes, lo que marca el último impulso de suscripción de la plataforma desde que Elon Musk compró la compañía el año pasado.
Los nuevos usuarios deberán crear una cuenta a través del programa de 1 dólar, X Premium o mediante el plan de una organización verificada para unirse y utilizar las funciones estándar.
Los nuevos usuarios que opten por no participar en el programa se limitarán a leer publicaciones, ver videos y seguir cuentas en lugar de interactuar a través de publicaciones, respuestas y otras funciones.
X considera la nueva iniciativa como un programa beta que puede “modificar, pausar o descontinuar” en cualquier momento sin reembolso a los usuarios participantes, según los términos y condiciones.
“Este nuevo programa tiene como objetivo defenderse contra bots y spammers que intentan manipular la plataforma e interrumpir la experiencia de otros usuarios de X”, dijo la plataforma en una publicación de blog. “Esperamos poder compartir más sobre los resultados pronto”.
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Elon Musk dijo en una transmisión en vivo el mes pasado que la plataforma estaba “avanzando hacia tener un pequeño pago mensual por el uso del sistema X” y aseguró que ese cambio era “la única forma” que se le ocurría para combatir los bots, los cuales han seguido plagando la plataforma, lo cual es prioridad del magnate incluso desde antes de comprar la compañía.
El también dueño de Tesla y SpaceX ya ha puesto algunas funciones en X detrás de un muro de pago con la introducción de X Premium, una suscripción que comienza en 8 dólares al mes u 84 al año y ofrece a los usuarios menos anuncios, una marca de verificación azul y la capacidad de editar publicaciones, entre otras ventajas.
Musk ha culpado de algunos de los problemas de X a la propagación de los bots, los cuales han sido hallados detrás del aumento de los precios de las criptomonedas que cotizan en FTX y fueron un punto de discordia durante las batallas legales que condujeron a la adquisición de Twitter por parte de Musk.
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