Por: Christian León Trueba

Estamos presenciando el comienzo de una nueva era de la Inteligencia Artificial. Aunque la expresión “Inteligencia artificial” se acuñó por primera vez en 1956 en la conferencia de Dartmouth, su evolución, su alcance y las más recientes aplicaciones basadas en IA nos llevan a preguntarnos sobre sus implicaciones sociales, educativas, industriales, artísticas y éticas.

En los últimos meses, plataformas como ChatGPT de OpenAI y el convertidor NeRF de 2D a 3D de Nvidia han capturado la atención del mundo, despertado una interminable discusión entre detractores y defensores sobre su utilidad y, principalmente, sobre si este tipo de desarrollos desplazarán al talento humano. Y la respuesta, al menos desde mi experiencia en la industria del comercio electrónico y en la de inteligencia artificial, es un rotundo no.

Está claro que la IA es mucho más que chatbots y que su desarrollo puede extenderse más allá del servicio al cliente. Para 2023, los analistas predicen que el mercado de la Inteligencia Artificial tendrá un valor de USD $196.6 mil millones (Grand View Research); una cifra nada sorpresiva, si comprendemos el verdadero valor de estas tecnologías y cómo impulsarán el talento humano y a las distintas industrias que pueden beneficiarse de ellas.

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Recientemente, Fast Company lanzó un listado de las empresas más innovadoras en inteligencia artificial. Era de esperarse que las plataformas de IA Generativa, aquellas que crean textos e imágenes desde cero, fueran parte de la lista, pero también lo son otros pioneros como Voxel, un sistema de monitoreo que analiza transmisiones de video para detectar amenazas en las plantas de producción; Pano, un software que utiliza una red de video para alertar a los bomberos ante desastres naturales; y Signifyd, la solución antifraude que utiliza Inteligencia Artificial para detectar y detener intentos de fraude en el comercio en línea. 

Si analizamos estas herramientas de IA a detalle, veremos que sus tecnología no buscan suplantar el talento humano, sino que en realidad funcionan como apoyo para que los expertos en su ramo agilicen sus labores, encuentren nuevas y fascinantes soluciones a problemas comunes, e impulsen a la industria del entretenimiento, la salud, la educación y sí, también la del e-commerce. Pero, además, no debemos olvidar que las mismas soluciones de IA son creadas, programadas y alimentadas por personas talentosas.  

Desde mi experiencia, he sido testigo del poder que la IA y el Machine Learning tienen al ser colocados en las manos correctas, es decir, ante un equipo de expertos capaces de crear modelos que evolucionan constantemente para detener los nuevos tipos de fraude; y también para ayudar a los comercio a incrementar la aprobación de órdenes, generando \ ingresos incrementales. Todo eso a través de decisiones automatizadas que permiten darle al comprador una experiencia óptima al momento de pagar. 

¿Quiénes saldrán victoriosos en esta nueva era de la Inteligencia Artificial? En la industria del e-commerce y en muchas otras más, serán aquellos que no solo adopten las nuevas tecnologías sin temor, sino que también aprendan a utilizarlas a su ventaja y no necesariamente como un sustituto. De la IA nadie se escapa, así que más vale aprovecharla al máximo para conseguir los objetivos de negocio.

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Contacto:

Christian León Trueba, Director de Signifyd Latinoamérica

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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