Desde hace algunos años una teoría de la conspiración habla de la ausencia de humanos en la generación de contenidos en la web ¿qué tan real es?
De acuerdo con la teoría del Internet muerto, desde 2016 – 2017 la mayor parte de los contenidos, tendencias, discusiones y multimedia que vemos en la web y en redes sociales es desarrollada por inteligencia artificial generativa e impulsada por algoritmos de distribución de contenidos, apoyados en granjas de bots y software especializado que construyen cámaras de eco digitales.
De esa manera, los mismos contenidos llegarían a prácticamente todas y todos los usuarios de Internet de una zona, segmentando la distribución por edades, idiomas, género, entre otros factores, creando una sensación de uniformidad social, cultural, política y económica. Es decir, todas las personas que pertenezcan a un mismo grupo etario o compartan segmentaciones de mercado, estarían hablando de los mismos temas, con la misma perspectiva, sin importar en qué parte del mundo estén. Todo impulsado por robots.
En este sentido, la cantidad de personas que crean contenidos cada vez sería menor y, por tanto, las posibilidades de que interactuemos con material creado por máquinas serían muy altas. De ahí que se considere a Internet como una especie de páramo, al menos en lo concerniente a creación de contenidos, ya que serían muy pocas personas comparadas con la cantidad de robots generando publicaciones.
Las razones por la que está sucediendo este fenómeno o los objetivos que persigue difieren de acuerdo con quien cuente la historia (como en cualquier teoría de la conspiración), sin embargo, van desde la intención de crear una cultura homogeneizada que permita vender productos culturales en todo el orbe, hasta una complicada búsqueda de un nuevo orden mundial.
Hasta el momento, la cantidad de usuarios de Internet sigue creciendo, y se considera que el 60% de la población tiene acceso a la web, no obstante, no todos los usuarios están publicando contenidos, de hecho, la mayor parte de ellos los consume.
Si bien la teoría del internet muerto es mera especulación, lo que sí es real es la creación de filtros burbuja, es decir, la utilización de los algoritmos de redes sociales de tal forma, que se privilegia o se ocultan ciertos contenidos en un determinado segmento poblacional. Así, los usuarios perciben que ellos y sus contactos siempre hablan de los mismos temas e incluso, tienen una posición parecida al respecto.
No hay claridad qué porcentaje del contenido que circula en la web fue generado por inteligencia artificial y las cifras varían mucho (del 10% al 57% del total), sin embargo, sí hay coincidencias en que están, paradójicamente, limitando el desarrollo de la inteligencia artificial al confundir a los modelos de análisis de lenguaje natural explica el MIT, haciendo que los robots produzcan con menor calidad al existir menos fuentes escritas por humanos y con poco rigor para evaluar las fuentes de consulta, además, el desarrollo de publicaciones empieza a ser endogámica, es decir, los robots están copiando a robots y, por el otro lado, los pocos humanos creando, empiezan a imitar a los robots.
Además, la tendencia de crear contenidos a través de inteligencia artificial seguirá creciendo. En un reciente estudio, el Instituto para Estudios del Futuro de Copenhague considera que para 2030, el 99% de los contenidos de la web podrían ser generados por IA.
Tal parece que, si bien la teoría del Internet muerto no es real en este momento, podría llegar a serlo, una vez que los robots aprendan a crear y a imitar mejor a la creatividad humana. Además, la tendencia de creación de contenidos a demanda será realidad en los próximos años, sin embargo, esto podría representar una oportunidad para creativos y generadores de contenido, ya que obligaría a buscar nuevas alternativas en las que la inteligencia artificial funcione más como una herramienta que un sustituto creativo.
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