“Nos están fallando, pero los jóvenes hemos comenzado a entender su traición. Los ojos de las generaciones futuras, están sobre ustedes.”

Greta Thunberg

 

No hay planeta B es una iniciativa alemana que busca elevar la conciencia como un último llamado a ciudadanos y gobiernos para tomar acción a favor del planeta. Ante el aumento de un grado en la temperatura del globo en los últimos cincuenta años, la acción conjunta no es necesaria, es urgente.

El panorama no es alentador, el destino nos ha alcanzado y el cambio climático no solo es una realidad para el hoy y vamos tarde para resolver el gran desafío que esto implica. La Tierra se está calentando, más rápido de lo que queremos aceptar y de lo que nos han querido decir. Aunque los pronósticos se mantengan conservadores, la realidad es que según el informe 2018 del Panel Internacional de Cambio Climático, tenemos solo doce años antes de que la temperatura de la Tierra aumente, en el mejor de los escenarios 1.5 grados, y en el peor, más de dos. En esta emisión 2019 del Climate Action Summit, bajo el efecto Thunberg, hablar de los efectos del aumento de temperatura de la atmósfera es hablar de un mundo que no conocemos, con enfermedades a las que jamás nos hemos enfrentado, huracanes con vientos de más de 600 kilómetros por hora, sequías permanentes en otras latitudes, tifones, pérdida de la biodiversidad, migraciones masivas y extinción. En este tenor, no se puede desestimar el escalofriante “Informe de la plataforma intergubernamental sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos” que revela el dramático impacto de las acciones de las sociedades actuales en los animales y plantas. De acuerdo con las investigaciones vertidas en el informe, en el corto plazo seremos testigos de la extinción de un millón de especies. En otras palabras, una de cada ocho especies sobre la tierra desaparecerá y nosotros, seremos testigos de ello. La cadena de impactos que acompaña al cambio climático nos afecta directamente y se ha llegado a un punto en el que ya no sólo es importante que sea irreversible, es aún más importante que ya no siga avanzando. El excesivo uso de la tierra y el mar ha generado un daño tal en la biodiversidad que hemos perdido de vista que lo que está en riesgo es nuestra existencia misma. Los pequeños pero contundentes cambios en nuestros hábitos de consumo y de utilización de los recursos podrán ayudar a que las acciones colectivas tengan un impacto positivo y serio para la supervivencia del planeta. Los expertos más optimistas afirman que aunque, ya vamos tarde, aún es posible generar acciones que detengan el dramático deterioro de la Tierra, lo que redundaría en conductas permanentes y conscientes del cuidado ambiental. Tomar consciencia es el primer paso, reconocer la urgencia es el siguiente.   Twitter: @ArleneRU https://arleneramirezuresti.com/ Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.  

 

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