Es muy fácil entender el mundo corporativo por contrastes y categorías perfectamente definidas. Compañías que son rivales se vuelven enemigas naturales en el imaginario del consumidor. Esta visión también existe en la industria de los videojuegos, donde las dicotomías separan a la mayoría de los usuarios en bandos: PC vs consolas, PlayStation vs Xbox, etc. Sin embargo, la realidad es algo distinta y en esta industria, como en las demás, existe una inevitable necesidad de colaboración, que permite a todos sus actores seguir funcionando. La semana pasada, dos de las compañías más importantes de la tecnología y el entretenimiento en el mundo, Microsoft y Sony, anunciaron una alianza de colaboración estratégica que dejó a muchos sorprendidos y a otros confundidos. En la foto oficial aparece Kenichiro Yoshida, presidente y CEO de Sony Corporation, al lado de Satya Nadella, CEO de Microsoft, ambos sonrientes al cerrar un trato que permitirá el intercambio de tecnologías para el desarrollo de productos y servicios en dos áreas clave: videojuegos y soluciones de Inteligencia Artificial. Aunque suene impactante y poco probable, esta alianza tiene mucho sentido, sobre todo porque la historia de colaboración de las dos compañías se remonta bastante tiempo en el pasado, pero el nivel de apertura y la escala de este proyecto es sin duda algo sin precedentes. El punto más importante para la industria de los videojuegos es el trabajo conjunto que prometieron para desarrollar plataformas de cloud gaming sobre Azure, el servicio de cloud computing y data centers de Microsoft. Cuando vemos este lado de la alianza, todo cobra sentido, ya que durante Game Developers Conference 2019, Google reveló su futura plataforma de cloud gaming, llamada Stadia. Esto convirtió a Google no sólo en un competidor directo para las verticales de videojuegos de ambas compañías, sino en una amenaza inminente. Desde 2014 Sony cuenta con su propio de servicio de cloud gaming, llamado PlayStation Now, que da acceso a un catálogo de software de distintas consolas de PlayStation de forma remota, mediante streaming en tiempo real. Por su lado, Microsoft anunció el año pasado su propia plataforma, llamada xCloud, que usará los servidores de Azure para hacer streaming de videojuegos incluso para jugarse en smartphones, al igual que Stadia.

Kenichiro Yoshida y Satya Nadella.

Aunque efectivamente Microsoft y Sony sean competidores directos en el negocio de hardware, software y servicios dedicados a los videojuegos, esta alianza estratégica es una necesidad real ante la nueva competencia que representa una compañía tan grande como Google. Actualmente, las plataformas de videojuegos caseros de Xbox y PlayStation tienen muchos puntos en común, compartiendo tanto capacidades técnicas como un catálogo prácticamente igual de títulos AAA de terceros desarrolladores. Es por esto que las propiedades intelectuales exclusivas son lo que realmente hacen la diferencia entre Xbox y PlayStation. En el caso de que Stadia logre posicionarse como la plataforma de cloud gaming de preferencia del mundo, tanto PlayStation como Xbox saldrían perdiendo por igual, por lo que se hace indispensable que colaboren en crear sistemas sólidos que les permitan seguir coexistiendo como lo han hecho durante las últimas dos décadas. Esta alianza, de primera instancia, parece que será de beneficio para los usuarios, que en teoría podrán contar con plataformas robustas de cloud gaming de las cuales escoger. Sin embargo, hay un punto que no se dijo públicamente, pero que es una petición que los usuarios de Xbox y PlayStation han hecho incansablemente durante años: la capacidad de jugar en línea con alguien que use un sistema de la competencia. Si Xbox y PlayStation logran en un futuro brindar compatibilidad para juego cooperativo o competitivo entre sus sistemas de cloud gaming, éste sería el mayor diferenciador que les daría una enorme ventaja competitiva sobre Google. Aún es muy temprano para entender cómo se desarrollarán estas plataformas, pero es innegable que tendrán un papel decisivo para la siguiente generación de sistemas, que a partir del próximo año podremos ver con mucha más claridad, sobre todo considerando los planes futuros de PlayStation con su nueva consola, sobre la cual han revelado muchos detalles.

Foto: Cortesía de PlayStation.

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