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La forma de reconocer a las mujeres ha tenido que transformarse. El propio listado global de millonarios de Forbes pasó de tener entre sus filas a 91 mujeres en 2010, a más de 240 millonarias en la edición de 2019. Cada vez más, las mujeres conquistan espacios por mérito propio. Nuestra lista de 2019 representa un recuento de quienes han decidido alzar la voz con propuestas nuevas, quienes rompen los estereotipos y demuestran que el género no es una condición que limite.

El listado elaborado por Forbes México es una forma de reconocer, desde una perspectiva editorial, a quienes se ganan un espacio en su ámbito, pero no debe entenderse como un ranking.

En 2018, el cambio de gobierno trajo consigo un fenómeno inédito: 50% del gabinete del gobierno federal está encabezado por secretarias de Estado.

GOBERNANTES Y MÁS

En el plano político, no sólo destacan las figuras cercanas al presidente, sino la participación de mujeres que hoy ocupan posiciones antes no vistas. Tal es el caso de Patricia Trujillo Mariel, quien ingresó a este listado como titular del área Científica de la Policía Federal y hoy destaca como la única mujer que forma parte de la Coordinación Operativa Institucional de la Guardia Nacional. Tiene también un lugar Irene Espinosa, la primera subgobernadora del Banco de México.

“Quizá habíamos tardado en tener mujeres en la Junta de Gobierno porque debíamos combatir la idea de que, si una mujer se casa o tiene hijos, debe dejar su profesión”, explica la alta funcionaria del banco central mexicano.

Hacia el futuro, la encomienda de estas mujeres no sólo es mantener abiertos los espacios y demostrar que los equipos equilibrados funcionan mejor; también buscan combatir la discriminación, arraigada en comportamientos normalizados que impiden el desarrollo profesional de las mujeres.

Pero los frenos siguen, no sólo en el terreno político, sino en la iniciativa privada. De acuerdo con el Banco Mundial, existen en el planeta 2,700 millones de mujeres que, por limitantes legales, no tienen acceso a los mismos empleos que los hombres.

“Los estereotipos continúan haciendo mucho daño en el desarrollo profesional. Una mujer tiene las mismas capacidades que un hombre y el género no debe jugar ya un papel determinante en la designación de un puesto”, dice Claudia Jañez, presidenta del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales.

CONTRIBUCIONES ACADÉMICAS

En la antesala de esta edición, surgieron noticias relevantes relativas a avances científicos y de desarrollo humano, en muchas de las cuales las protagonistas fueron mujeres.

Fue el caso de la primera imagen obtenida de un agujero negro súper masivo de la que se tiene registro. El algoritmo que lo hizo posible fue desarrollado por un equipo de científicos liderado por Katie Bouman, una experta en Interpretación de Datos.

En el mismo equipo de científicos, destaca la participación de la mexicana Sandra Bustamante, quien trabaja en la operación del Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano (GTM), que forma parte del proyecto Telescopio Event Horizon (EHT, por sus siglas en inglés), que recopiló los datos para la construcción de la imagen del agujero negro.

También destaca el logro de la científica del Instituto Politécnico Nacional, Eva Ramón Gallegos, cuyo trabajo permitió eliminar el Virus del Papiloma Humano (VPH), focalizado en el cérvix uterino de 29 mujeres de la Ciudad de México a través de una terapia fotodinámica.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indica que 50% de las mujeres de 25 a 34 años completan estudios universitarios, mientras que entre los hombres los porcentajes están entre 30% y 38%.

“Hoy vemos más logros por parte de las mujeres, pero todavía existe cierto temor a estudiar carreras relaciona- das con ciencia y tecnología. Tenemos que cambiar eso, mostrando a las niñas que la ciencia y las matemáticas también son herramientas para cambiar el mundo, que no tienen que ser perfectas, sino valientes”, explica Gra- ciela Rojas, presidenta de Movimiento STEM.

VIOLENCIA EN AUMENTO

La violencia sigue siendo un gran obstáculo en la tarea de cerrar la brecha de género. La Organización Mundial de la Salud estima que 35 % de las mujeres en el planeta ha sufrido violencia física o sexual infligida por su pareja, o violencia sexual ejercida por terceros, lo que equivale a unos 938 millones de mujeres.

Los costos de la violencia de género son considerables. Durante los dos primeros meses de 2019 se alcanzó una cifra de 147 feminicidios en México, es decir, entre dos y tres mujeres asesinadas al día.

Datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública arrojan que hoy los cinco estados con mayor número de feminicidios son Veracruz, Estado de México, Nuevo León, Sonora y Jalisco.

“La violencia contra las mujeres y las niñas impide su plena participación en la sociedad, limita el acceso a la educación y la participación económica, y obstaculiza los esfuerzos por lograr la igualdad de género en forma amplia”, señala el informe del Banco Mundial “Gender at a Glance” (“Género en un vistazo”, en español).

Los esfuerzos para combatir la violencia también implican pasos dados por mujeres. María Salguero elabora, desde 2018, un mapa colaborativo para ubicar dónde han ocurrido los más de 1,200 feminicidios perpetrados en México desde 2016.

“La violencia tiene muchas capas. En el caso de violencia intrafamiliar, la situación se debe estudiar a fondo. Los hospitales tienen que reportar a las autoridades si a los sistemas de salud llegan (mujeres) heridas, presumiblemente a manos de sus parejas o familiares, y dar seguimiento y acompañamiento. Enfrentar la violencia requiere que seamos conscientes de que (ésta) existe más allá de donde la vemos”, dice Salguero.

Un estudio de Unilever, en conjunto con la organización Promundo, arroja que el machismo tiene un costo económico de 1,400 millones de dólares (mdd) en México, pues la violencia de género, ejercida desde sus comportamientos más incipientes, tiene una relación directa con el aumento en la tasa de suicidios, los accidentes de tránsito, los índices de depresión y la adicción al alcohol.

“A los jóvenes se les sigue diciendo que ‘ser hombre’ significa usar la violencia para resolver conflictos; que no deben pedir ayuda, ni siquiera si la necesitan; que deben seguir al pie de la letra los roles de género. Los estudios comprueban que aquellos con ideas más rígidas sobre la concepción de su rol como hombres son los más propensos a ser agresivos. Los resultados son alarmantes”, señala el estudio “The Cost of the Man Box”.

 

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