Por: Yvette Mucharraz y Cano y Karla Cuilty Esquivel

La diversidad, la equidad y la inclusión son tres conceptos relacionados, pero que sus significados e implicaciones son distintos, por lo que entenderlos y distinguirlos ayudará a crear ambientes laborales, estudiantiles o comunidades integradoras, donde las personas se sientan vistas, apoyadas y logren involucrarse activamente para participar. 

El término diversidad proviene del latín diversitas que hace referencia a la abundancia de cosas distintas. Este concepto se puede entender como las diferencias que se presentan entre individuos o grupos, por ejemplo: la raza, la etnia, la nacionalidad, el sexo, la edad, la discapacidad, la religión, el estatus socioeconómico y la cultura. Contar con diversidad en un grupo enriquece a las personas que lo conforman al intercambiar formas de pensar o soluciones con perspectivas diferentes. Valorar la diversidad significa reconocer y respetar las diferencias entre las personas, así como apreciar sus contribuciones en una comunidad o sociedad. 

Por otro lado, la inclusión es el acto de acoger a las personas de diferentes orígenes o perspectivas en todos los aspectos de la vida independientemente de sus características, origen o atributos que las distinguen. La inclusión exige crear un entorno en el que todas las personas se sientan aceptadas, escuchadas, tomadas en cuenta, es decir, existe un sentido de pertenencia. Este concepto lleva al reconocimiento otorgado por el simple hecho de ser persona y, por lo mismo, de ser sujeto de los derechos universales, los cuales fueron consensuados entre representantes de todas las regiones del mundo y se plasmaron desde 1948 en la Declaración Universal de los Derechos Humanos publicada por Naciones Unidas. Desafortunadamente a pesar de que se proclamaron hace décadas, aún en muchas regiones a nivel global, estos derechos no son respetados, lo cual se deriva en la práctica común de la discriminación y por lo tanto la inclusión no es una realidad.

La equidad, por su parte, es un principio que se asocia a la ética, vinculada a la justicia y a la imparcialidad, también referida a la distribución de recursos.  La equidad reconoce que cada persona se enfrenta a barreras y retos diferentes, por ello las palabras de Aristóteles ampliamente conocidas indican que “es dar a cada quien lo que le corresponde” y “tan injusto es tratar desigual a los iguales como igual a los desiguales” evocan a la equidad como un concepto más justo que la igualdad. La equidad exige reconocer y abordar las desigualdades, asimismo trabajar activamente para nivelar el terreno mediante el apoyo específico a quienes lo necesitan. 

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

De forma práctica, y aplicando estos conceptos al terreno laboral a través de un ejemplo, se puede decir que, aun cuando respecto a los derechos humanos hombres y mujeres tienen igualdad y merecen ser incluidos independientemente de sus diferencias, aplicando el principio de equidad, las mujeres que ejercen la maternidad requieren una serie de políticas orientadas a atender las necesidades de esta condición, por ejemplo al hablar de embarazo y lactancia y el rezago que se puede derivar en el periodo de crianza y se traduce en la disminución en las oportunidades de desarrollo y la brecha salarial de género.

Para crear un entorno diverso, equitativo e inclusivo, la empresa tendría que abordar las desigualdades sistémicas que impiden que el talento femenino prospere por su condición de maternidad. Esto puede implicar ofrecer formación específica y oportunidades de desarrollo, contar con indicadores para monitorear las diferencias salariales y el acceso a las mujeres con hijos a posiciones de liderazgo, crear una cultura que valore y apoye a las mujeres que son madres en un entorno respetuoso y de colaboración.

Es importante señalar que la diversidad, la equidad y la inclusión no son conceptos secuenciales o independientes. Por el contrario, están interconectados y son interdependientes. Por ello, es necesario seguir las siguientes recomendaciones de los artículos “Implementing D&I policies and practices: essential requirements”, de Alejandro Vazquez, y “Create a diversity, equity and inclusion strategy that Works”, de Korn Ferry:

La alineación del compromiso con el tema desde los líderes de la organización 

Formular una estrategia que contenga medidas cuantificables de sus resultados, el uso de encuestas es recomendable. 

Buena comunicación entre los distintos niveles jerárquicos de la organización para conocer las necesidades de los diferentes grupos y sus expectativas. Esta comunicación implica realizar las preguntas adecuadas para que las personas expresen sus sentimientos e ideas.

Entender la perspectiva de los colaboradores de la organización respecto a la diversidad, equidad e inclusión

En conclusión, diversidad, inclusión y equidad son tres conceptos esenciales para crear una sociedad más justa y equitativa. Valorando la diversidad, creando entornos inclusivos y trabajando por la equidad, podemos crear un mundo en el que todos y todas tengan las mismas oportunidades para lograr el éxito. 

Contacto:

*Directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del IPADE Business School.

**Investigadora Sénior del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del IPADE Business School.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

metaverso
Oportunidades de negocio en el Metaverso
Por

Hay muchas oportunidades de inversión –y muchas de especulación, hay que tomar precauciones– pero las oportunidades está...