Las leyes secundarias establecen las reglas del nuevo esquema energético, por el que se licitarán contratos de servicios, producción y utilidad compartida y de licencia a empresas privadas para la exploración y extracción de crudo y gas.   Reuters MEXICO DF – El Congreso de México concluyó el miércoles el largo proceso de aprobación de las normas para poner en marcha una histórica reforma energética con la que el Gobierno busca apuntalar la estancada producción de gas y petróleo, abriendo la industria a la inversión privada. Tras meses de acalorado debate, el Senado dio su visto bueno al último de los seis paquetes que agrupan la veintena de leyes que dan forma a la ambiciosa reforma, considerada la joya de una serie de cambios estructurales impulsados por el presidente Enrique Peña Nieto. La reforma, con la que Peña Nieto pretende impulsar el crecimiento de la segunda mayor economía de América Latina, pone fin al monopolio de más de siete décadas de la estatal Pemex en el sector de los hidrocarburos y abre el mercado eléctrico al capital privado. Se espera que Peña promulgue las leyes secundarias de la reforma energética a inicios de la próxima semana. “Hoy se da un gran paso para el futuro de los mexicanos. Aprovecharemos mejor y de forma sustentable nuestros recursos energéticos”, dijo el presidente en su cuenta de Twitter poco después de culminarse la aprobación en el Congreso. Las leyes secundarias establecen las reglas del nuevo esquema energético, por el que se licitarán contratos de servicios, producción y utilidad compartida y de licencia a empresas privadas para la exploración y extracción de crudo y gas. También establecen los lineamientos para el otorgamiento de permisos para el transporte, comercialización y procesamiento de hidrocarburos y crea el Fondo Mexicano del Petróleo, que recibirá y administrará los ingresos petroleros. Analistas proyectan que la reforma podría generar ingentes inversiones para la construcción de infraestructura, al tiempo que algunas firmas como Grupo Carso del empresario Carlos Slim podría expandir su negocio en el sector. “En el caso del petróleo, el cálculo que nosotros hacemos es que la inversión de Pemex de aquí al año 2020 va a promediar unos 30,000 millones de dólares”, dijo a Reuters Luis Miguel Labardini, socio en la consultora Marcos y Asociados, especializada en la industria energética. “Pensamos que para el año 2020 ya podríamos estar hablando de un inversión privada equivalente a la inversión de Pemex para un total de una inversión anual de 60,000 millones de dólares”, añadió. Pese a ser el décimo mayor productor de petróleo, México enfrenta problemas para mantener su producción de 2.5 millones de barriles por día (bpd), que alimenta una cuarta parte de las finanzas públicas, además de ser deficitario en gas e importar alrededor de la mitad de la gasolina que consume. La izquierda, que votó en contra de la reforma, ha amenazado con realizar el próximo año una consulta entre la población para tratar de revertirla, pues aseguran que entregará la riqueza petrolera de México a extranjeros. No obstante analistas consideran que la medida sería insuficiente para echar abajo los cambios. Según el Gobierno, la reforma energética permitirá bajar las tarifas de la electricidad para los hogares y las industrias, aunque dos sondeos divulgados en los últimos días en la prensa mostraron que la mayoría los encuestados cree que por el contrario las tarifas podrían subir.

 

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