Un proyecto fascinante: Aldea Zama
Ahora, el objetivo no sólo conlleva un tema de infraestructura y planeación urbana, sino que todo esto va ligado al perfil del visitante y la experiencia que éste busca en un destino como Tulum. Así surge Aldea Zamá, un desarrollo en el que predomina la vivienda, cuyo reto va desde el espacio físico -la convivencia de la arquitectura con su entorno- hasta la forma en la que se va a crear comunidad al interior. Al día de hoy, este proyecto cuenta con una comunidad de colaboradores: arquitectos, desarrolladores, creativos que están dando riqueza y diversidad cultural a la zona.
“El gran reto es crear una sociedad en convivencia entre las personas, consciente de la sustentabilidad y respetuosa del medio ambiente”
Lo nuevo en Tulum
“Zamá Desarrollos cuenta con una importante extensión de tierra para la cual se está planeando un proyecto enfocado al destino, en donde se forme una comunidad donde sus habitantes y visitantes puedan vivir una experiencia única”, agrega. Este nuevo proyecto en Tulum tendrá el objetivo de redefinir el destino por medio de conceptos de bienestar integral, así como una nueva forma de vida, para un mercado global, impulsando un mejor futuro, orientado hacia el bienestar integral de la mente, el cuerpo y el alma, proporcionando opciones y oportunidades diversas para todos los inversionistas, turistas, prestadores de servicios y población local.
Rosas se dirigió con su empresa Grupo R4 y sus socios de Mayazama a Tulum, un lugar de cuyo potencial se empezó a hablar desde hace diez años.
El hecho de construir y generar un destino basado en un estilo de vida definido donde las personas se identifican con una nueva consciencia que engloba pilares como la filosofía, la espiritualidad y lo natural, garantiza su viabilidad. Un claro ejemplo de esta visión es la implementación de recursos que fomentan la cultura y la educación, como es el caso del primer Green School en Tulum: Un innovador modelo educativo basado en la sostenibilidad que se gesta mediante experiencias de convivencia y respeto profundo a la naturaleza y el medio ambiente. Al final, reconoce Rosas, también se trata de regresar un poco a esa consciencia de la naturaleza que las ciudades suelen borrar.