Un presidente de cúpula empresarial me decía en 2018, durante el peor momento de incidencia delictiva y percepción de inseguridad: “no puedes abrir la plaza con confianza, los trabajadores se sienten cada vez más amenazados”. Tenía razón.

A casi seis años de distancia es incluso perjudicial para las oportunidades de negocio en la CDMX desconocer el avance registrado en seguridad gracias a una ciudadanía dispuesta a denunciar, a la reestructuración operativa de los cuerpos policiales y a liderazgos políticos determinados.

En este 2004 se cumplen veinte años de la marcha contra inseguridad. Comienzo con una comparación: los secuestros en la capital se han reducido en 94 por ciento respecto a aquella fecha extraordinaria del 27 de junio de hace dos décadas y el decremento del mismo delito respecto del 2018 es de 84 por ciento.

Una marea blanca, no rosa ni de ningún otro color, en las calles del país, con mayor concentración en el entonces Distrito Federal, en demanda de seguridad contribuyó a detonar exigencias, programas, adaptaciones, denuncias, combate a impunidad. Y falta mucho.

Una de las principales demandas de aquella marcha —la cual daría origen a la conformación de Consejo Ciudadano de la CDMX como organismo interlocutor entre ciudadanía, empresarios y autoridades, entre otras organizaciones— fue el secuestro y el homicidio. Se habían denunciado 96 en los primeros tres meses de ese año; este 2024 en ese mismo periodo solo hay una carpeta de investigación.

Desde 2019, en la capital nacional, con el impulso de Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno y ahora de Martí Batres, se ha registrado una tendencia a la baja en delitos de alto impacto, con 63 por ciento al primer trimestre de 2024. Podemos simpatizar o no con los proyectos políticos representados por ambas figuras, pero no podemos ignorar los datos duros y los suaves.

Los robos a transportistas, a negocio con violencia, de vehículo con y sin violencia disminuyeron 84, 76, 69 y 52 por ciento respectivamente. El homicidio doloso cayó 50 por ciento y la extorsión —uno de los delitos que tenía mayor prevalencia entre las clases medias y altas— bajó 61 por ciento en el mismo periodo.

En el sector empresarial hay una mejor percepción sobre seguridad pública. La Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) 2022 del Inegi revela un avance de seis puntos porcentuales respecto al estudio de 2020.

La capital nacional exhibe un modelo eficiente, presentado por Sheinbaum en diferentes foros con empresarios, como el reciente encuentro con el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, y por Clara Brugada —la candidata con mayor ventaja demoscópica para gobernar la CDMX— en espacios como con la Comunidad Judía presidida por Elías Achar. Para muchos de nosotros las cosas están muy claras: falta mucho por hacer y hay que hacerlo con quienes tienen prueba de eficiencia en situaciones complejas.

Contacto:

Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

TW: @guerrerochipres

www.consejociudadanomx.org

Twitter: @elconsejomx

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