La reforma de telecomunicaciones abrió la puerta a nuevos operadores de telefonía móvil que ya desembarcaron en México, pero aún existen peligros que amenazan una competencia real en el mercado.       La reforma de telecomunicaciones ha cumplido su promesa de atraer a nuevos jugadores e inversionistas al sector de la telefonía fija y móvil. Sin embargo, es posible que el mercado no cuente aún con las herramientas para garantizar mejores precios a través de prácticas competitivas, pues no todas las empresas cuentan con las mismas condiciones de negocio. “Competencia no significa tener muchos jugadores, sino un terreno de recursos esenciales accesibles en donde todos puedan jugar con una cancha pareja; para eso hay un periodo transitorio para nivelar el terreno. Así lo ha hecho el mundo y así ha funcionado (pero) México no ha logrado instrumentar su política de nivelación asimétrica”, asegura Ernesto Piedras, socio director de The Competitive Intelligence Unit (CIU). A cinco meses de haberse puesto en marcha los cambios legales de la reforma de telecomunicaciones, la competencia aún no modifica el tablero del juego.  En el tercer trimestre, Telcel concentró una participación de 73.1% de ingresos del segmento móvil; Movistar, de 11.9%; Nextel, de 7.7%, y Iusacell, de 7.2%. “La participación en los ingresos del segmento móvil aún continúa altamente concentrada”, dice un análisis de CIU. Para un mercado con apetito de una mayor competencia en el sector de la telefonía, el lento avance en los números puede atribuirse a factores económicos como la depresión en el consumo de estos servicios, pero también a la forma en que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ha implementado los mandatos de la reforma. Este último, uno de los peligros más temidos en el futuro del mercado de Telecom, coinciden analistas. Al cierre del tercer trimestre de 2014, las telecomunicaciones móviles alcanzaron un total de 102.5 millones de líneas, lo que se traduce en una penetración del segmento de 84.5%. Una noticia nada buena para el mercado, ya que representó una disminución acumulada de 0.6% en términos anuales de las suscripciones totales a este servicio. Apresurar el dinamismo del segmento de telefonía fija y móvil a través de la competencia es el mayor reto en la agenda, pero también la oportunidad para demostrar la fortaleza del regulador.   La promesa El 14 de julio de este año, el presidente Enrique Peña Nieto promulgó la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, como parte del paquete de reformas estructurales que su administración planteó para incrementar la competitividad del país. “Esta ley no intenta perjudicar a nadie, sino que haya más competencia, y que los mercado se acomoden de tal manera que se garantice la calidad en los servicios y reducción de precios”, aseguró durante la promulgación de la ley en Palacio Nacional Gerardo Ruiz Esparza, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Los efectos de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión se comienzan a percibir en los anuncios de inversión nacional y extranjera, así como en nuevas estrategias de los agentes económicos. Este mes, la empresa estadounidense de telefonía AT&T anunció su decisión de adquirir Iusacell, de Ricardo Salinas Pliego, por 2,500 millones de dólares (mdd), operación que se encuentra sujeta a la autorización del IFT y la SCT. “El propósito de todos estos cambios regulatorios aparentemente se está cumpliendo, y vemos la llegada de nuevos competidores de todos los tamaños”, asegura Andrés Audiffred Alvarado, analista del sector de telecomunicaciones y financiero de Grupo Financiero Ve por Más. Pero no sólo los grandes operadores han sido seducidos por el mercado nacional. Virgin Mobile, Maz Tiempo, Tuenti y Cierto son otras de las firmas que han entrado al terreno que actualmente gobierna Carlos Slim. Estas empresas forman parte de los Operadores Móviles Virtuales (OMV), que arriendan la infraestructura de operadores como Telefónica Movistar. “A partir de esta reforma se está modificando la oferta comercial de los operadores ya existentes, así como la entrada de nuevos operadores en distintos formatos”, dice Gonzalo Rojon, socio y analista de la consultora CIU. Por otro lado,  los precios equivalentes, es decir,  aquellas tarifas de paquetes de servicios que ofertan de forma similar las telefónicas, se han  reducido hasta 32% con ofertas de mensajes cortos, minutos de voz y datos para navegar en la red. “Ésta es la primera rampa de baja de precios competitiva y esperamos que continúen”, dice Piedras. Operadores como Nextel han apostado por estrategias agresivas que implican descuentos de 85% en sus servicios de telefonía e Internet.   El bache más profundo Una de las promesas más atractivas de la reforma es la portabilidad númerica, que es el derecho de los usuarios de conservar su número telefónico al cambiarse de empresa telefónica; 17 millones de líneas de telefonía fija y móvil han migrado de compañía con su mismo número desde 2008. El pasado 9 de noviembre, el IFT emitió las nuevas reglas de portabilidad numérica, que contenían dos plazos para cumplir con el derecho de los usuarios: el primero fija un plazo transitorio para los operadores telefónicos de tres días hábiles para ejecutar la portabilidad a partir del pasado 13 de noviembre y hasta el 9 de febrero de 2015. Por otro lado, el segundo tiempo comprende un plazo definitivo de ejecución de la portabilidad numérica exigible en 24 horas por parte de  los usuarios a partir del 10 de febrero de 2015. Lo anterior se traduce en un periodo de 90 días, es decir, tres meses para cumplir con el objetivo original que estableció la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión. “Con la finalidad de asegurar que el proceso de portabilidad no afecte la continuidad de tus comunicaciones o la de aquellos usuarios que ya se han portado y sus números se encuentran en la actual Base de Datos de Portabilidad, es indispensable que los proveedores de servicios de telefonía y el administrador de la base de datos de portabilidad cuenten con un tiempo razonable para llevar a cabo diversas acciones técnicas y operativas a fin de garantizar la portación de tu número en un plazo máximo de 24 horas”, asegura el IFT. Sin embargo, la postergación en los tiempos para cumplir con los objetivos puntuales de la reforma podría representar el bache más profundo en el camino a una competencia efectiva en la telefonía mexicana. “En lo que va del año, en promedio hemos tenido 628,800 portaciones mensuales; si esto lo multiplicas por tres (considerando los meses postergados por el IFT), en números redondos nos dice que estás aprisionando a cerca de dos millones de usuarios que hubieran querido portarse en 24 horas, y a los cuales les estás postergando ese beneficio”, explica Ernesto Piedras. La Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado de la República ha advertido que la decisión del pleno del IFT es considerada una “violación grave” a la normatividad en telecomunicaciones, como lo ha sostenido Javier Lozano, presidente de esa comisión. “El IFT nos incumplió, ya que, de acuerdo con la ley, a partir del 6 de noviembre se publicaría en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y el 7 entraría en vigor. La portabilidad numérica no debería tomar más de 24 horas”, dice Ernesto Piedras. Sin embargo, Andrés Audiffred asegura que esto sólo es una medida temporal que no deberá opacar los beneficios que en el largo plazo aparecerán para usuarios y empresas. Se solicitó al IFT su opinión sobre el tema, pero al cierre de este trabajo no se obtuvo respuesta.   Mejores expectativas Los beneficios de la reforma de telecomunicaciones no han terminado. “Lo que podríamos estar haciendo en este sector más adelante sería el segundo paso, que es una mayor calidad en los servicios que estas compañías te ofrecen, además de la reducción en las tarifas”, dice el analista de Ve por Más. Por lo pronto, Audiffred ve con buenos ojos el interés de Telefónica Movistar de realizar inversiones en temas de infraestructura, hecho que contribuiría a mejorar los servicios de telefonía y ampliaría la cobertura de servicios, pero recuerda que aún hay pendientes en la agenda, como es la compartición de infraestructura del preponderante. La oferta de la empresa de Carlos Slim estará disponible a partir de enero próximo. “Es una buena medida la compartición de infraestructura; sin embargo, me parece que el que no exista la oferta de costo por parte de Telcel es delicado, y que obviamente no beneficia al resto de los operadores, ya que precisamente se opone a todo lo que se hizo en la reforma para beneficiar a los consumidores”, comenta Gonzalo Rojon. Otro tema que se espera contribuya a mejorar las condiciones de competitividad es la eliminación de tarifas de larga distancia nacional, hecho que representaría que los consumidores mexicanos dejen de pagar cerca de 19,600 mdp. Ernesto Piedras reconoce que los beneficios de corto plazo están a la vista, aunque espera que en el largo plazo sean aún mayores, hecho que, en su opinión, depende esencialmente de un elemento: “Si no se aplica la ley de telecomunicaciones de forma expedita y a cabalidad, es como si no hubiéramos tenido reformas y sigamos en el mismo escenario que se vivió en el pasado.”

 

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