Los testimonios dan cuenta de una realidad que impacta en las y los usuarios del transporte aéreo.

Demoras, negativas a la reposición de boletos, pérdida de equipaje o incumplimiento de las condiciones ofrecidas, así como completo silencio o irritante tardanza de días después de concluidos los requisitos para ser atendidos por email.

Nunca contestan, como le ocurre, por ejemplo, a Aeroméxico en viajes intercontinentales cuando se trata de reaccionar a quejas por ofertas engañosas de servicio o dobles cobros resultado de un mal sistema de gestión de internet.

Prácticas cada vez más extendidas por parte de las aerolíneas, con o sin malicia, que ahora se sorprenden y dicen prever afectaciones ante la propuesta de abrirse al cabotaje con las reformas propuestas a la Ley de Aeropuertos y a la Ley de Aviación Civil.

Ahora declaran resistencia al cabotaje. En términos llanos, a la práctica de permitir a aerolíneas extranjeras realizar rutas en destinos nacionales, llegar a una ciudad, bajar pasaje y dirigirse a otra terminal, en este caso el AIFA. 

El fin de año, en el aeropuerto de Tijuana, hubo escenas de familias varadas por retrasos y suspensión de vuelos, que tuvieron que dormir en los pasillos a la espera de respuesta para poder llegar a su destino, mientras en algunos casos su equipaje ya volaba sin ellos.

Tan solo entre 2019 y el primer trimestre del año pasado, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) registró 247 mil 198 vuelos de aerolíneas mexicanas que incumplieron con horarios asignados.

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Y en el 2022, de acuerdo con datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), 3 mil 749 viajeros presentaron inconformidades contras las líneas aéreas nacionales e internacionales, principalmente negativas de reembolsos y cancelación de vuelos.

Aunque el porcentaje de conciliación es alto —84%—, cuando se llega a esa instancia, la afectación a las y los usuarios ya está dada. No llegaron a su destino, perdieron reuniones familiares, de trabajo o vacaciones.

La propuesta del Presidente Andrés Manuel López Obrador para permitir el cabotaje, así como trasladar la operación de carga al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) merece atención de consumidores e industria aérea. 

Una investigación de BBVA Research indica que un mayor número de competidores en las rutas aéreas domésticas permitiría a los consumidores obtener más opciones, mejores servicios y tarifas.

La oposición argumenta probabilidad de pérdida de empleos ante una vasta competencia que afectaría a la industria aérea nacional, donde laboran 1.4 millones de personas. Incluso recurren —con el exceso que significa— a hacer el símil con Santa Anna y la cesión de territorio a Estados Unidos. Los opositores, en última instancia especialmente defensores de economía de mercado, parecen fuera de lugar ante consecuencias ocasionales de la competencia.

En paralelo, el decreto del Presidente para prohibir el acceso de transporte de carga al AICM abre la posibilidad de despresurizar una terminal que cerró el 2022 con 363,910 operaciones comerciales.

Propuestas encaminadas a volar alto, aunque haya quienes prefieran el vuelo bajo.

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Contacto:

Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

TW: @guerrerochipres

www.consejociudadanomx.org

Twitter: @elconsejomx

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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