El líder de la familia debe hacer compatibles los intereses divergentes entre la empresa y la familia, y procurar la felicidad de la familia y la rentabilidad de la empresa para su permanencia de generación en generación.   En la vida y en los negocios existen reglas implícitas que definen el camino hacia el éxito. Esta es la finalidad de listar los 11 aspectos o reglas de negocios que deben seguir las empresas familiares que quieran transitar hacia un modelo de gestión institucional, para convertirse en familia emrpresaria. Si bien el hecho de que no estén escritas, dichas reglas de gestión no pueden pasar desapercibidas para tu negocio. Aquí no aplica la vieja excusa de que regla no conocida no es posible aplicarla. Analízalas:   1. Comunicación efectiva El diálogo abierto, la apertura de opinión y el flujo periódico de información son aspectos que determinan una comunicación eficiente. Para comenzar un nuevo proceso, una iniciativa de crecimiento conocida como institucionalización, el líder debe promover la transparencia en la información: hacer del conocimiento de los involucrados sus intereses y sus planes y, al mismo tiempo, permitir que participen en la aportación de ideas.   2. Separación de fronteras Dentro del proceso de institucionalización de la empresa familiar, los miembros de la familia deben tener la capacidad de distinguir los límites entre el negocio y la familia, para de esta manera determinar el alcance de las responsabilidades que implica pertenecer a cada una de dichas áreas. Los conflictos familiares no se deben llevar al negocio y viceversa. Asimismo, la familia debe tener claro que ser accionista y/o dueño de la empresa no le da el derecho de dar órdenes acerca del manejo de la gestión de operación de la misma, sino que le permite pedir rendimiento de cuentas acerca de las utilidades. Esta independencia implica un mayor empoderamiento, lo cual suele pasarse por alto, teniendo en mente que ser el director general es tener la máxima autoridad.   3. Planeación estratégica El líder de la empresa familiar debe conocer el territorio que se encuentra pisando para saber hacia dónde desea emprender su camino. La visión y misión del líder deben estar alineadas a los de su negocio. El líder debe saber dónde se está ubicado y a dónde desea ir, para generar un plan estratégico que defina cómo lograr sus objetivos y con apoyo de qué personas. Existen herramientas de ayuda para llevar a cabo este paso, como la realización de un FODA que defina aspectos internos y externos que están impactando la operación empresarial y la armonía familiar, lo cual permitirá encontrar puntos de conexión entre estos aspectos.   4. Deseo llevado hasta el monitoreo Si bien el deseo es el comienzo de toda acción, no es más que anhelo y aspiración no cristalizada. Por ello, para convertirse en algo tangible que demuestre el logro de nuestros objetivos, debemos tener la firmeza para tomar la decisión de comenzar con la implementación de herramientas basadas en las mejores prácticas. Esto posibilita que tanto la familia como los colaboradores de nuestra empresa se suban al barco, con el compromiso de institucionalizar y crecer el negocio. Cabe mencionar que el compromiso en la implementación y desempeño será monitoreado y evaluado de forma periódica para asegurar que cumple con la finalidad de alcanzar las metas planteadas. De estar tomando el camino equivocado, o bien, de haber logrado ya nuestro objetivo, el líder tendrá a la mano un proceso de resultados constantes.   5. Compromiso y responsabilidad hacia la calidad No todo depende de la familia como tal, sino también de los responsables del funcionamiento de la empresa. Si bien se plantea la idea de institucionalización y de convertirnos en una familia empresaria, de manera que se asegure la continuidad de la empresa y la igualdad hacia los involucrados, también hay que focalizar la calidad en el desempeño del trabajo. Que no se deje en el olvido. Así, dentro de la misma planeación se debe plantear la responsabilidad hacia el proceso operativo, mediante la implementación de un adecuado control de calidad. La supervivencia del negocio se refleja en gran parte en la satisfacción de sus clientes, quienes demandan productos y servicios a la altura de sus expectativas. De ello depende que el cliente continúe siendo fiel.   6. Elección y autonomía del sucesor La sucesión suele conocerse como el Talón de Aquiles de la empresa familiar, ya que es el paso que define la persistencia o decadencia de la misma. Un plan ineficiente de sucesión o bien una falta de apego a las reglas establecidas, podrían llevar a la empresa y a la familia a la destrucción. El líder actual debe formar los criterios de selección en base a sus valores y objetivos, así como tomando en cuenta el perfil que se requiere llenar según el giro del negocio. Se debe buscar a una persona capacitada y con experiencia, así como con amplio conocimiento de la empresa y su mercado. Durante los inicios del sucesor, será primordial que el líder actual lo acompañe en el camino. Se debe formar para que llegado su momento reciba total confianza y autonomía en la toma de decisiones. Se recomienda invertir por lo menos un 10% de su tiempo en un plan de sucesión y preparación de los sucesores, que permita saber cómo llevar a cabo el cambio, sin poner en riesgo su empresa, patrimonio y en ocasiones la armonía e integración familiar.   7. Formación y capacitación constante La formación del líder es crucial y por ende la de los demás colaboradores que se desempeñan en la empresa. El sucesor se apoyará de la fuerza laboral formada por empleados familiares y no familiares para llevar a la empresa al éxito. El líder no puede solo: es esencial que cuente con personas responsables con la capacidad de desarrollar su experiencia dentro de la empresa. La capacitación constante será clave para seguir el proceso de crecimiento de la empresa. Así, aunque los tiempos son cambiantes, y la globalización y tecnología están siempre presentes, es imprescindible adaptarnos. Quedarnos con el conocimiento que ya se tiene sin buscar ampliarlo llevará a estancar con nosotros mismos a la propia empresa.   8. Ética y valores Una vida íntegra siempre pregonará con el ejemplo. Como padres y líderes de una empresa familiar, se debe inculcar en hijos y empleados los valores que distinguen el actuar, mismos que regirán su operación. Establecer un código de ética facilitará que todos se comprometan a acatarlo. Motivar a la consolidación e integración de la empresa, implica invertir tiempo y esfuerzo en establecer las reglas del juego y el plan de sucesión. Estos dos puntos plasmarán de forma clara la vida de valores del líder y por ende lo que él espera que continúe como base de acción.   9. Reacción ante el éxito y el fracaso Las segundas generaciones de la empresa familiar suelen vivir un poco más en comodidad por no estar tan acostumbradas a esforzarse demasiado para obtener lo que desean, lo cual lleva a que en el momento que la empresa requiere mayor trabajo para salir adelante y generar, se suele tomar la decisión de vender y dejar el patrimonio en manos de algún externo. En cambio cuando lo que llega es el éxito, todos comienzan a interesarse por participar en la empresa, pues saben que recibirán el fruto cosechado. Como líder de la familia y la empresa, es importante generar sensación de pertenencia hacia el esfuerzo y patrimonio creado por él mismo, de tal manera que los hijos y empleados tengan la iniciativa y dedicación de luchar por el patrimonio tanto en momentos de prosperidad como de decadencia. Retomar el camino del éxito estará en sus manos y la sensación de logro será todavía más grande por saber que parte de éste es gracias a sus valiosas aportaciones y trabajo.   10. Continuidad, rentabilidad y armonía El planteamiento de objetivos y metas, son la base motivacional para la persona, empresa y familia. Las metas planteadas por el líder se basan en la prioridad de obtener la continuidad y rentabilidad de la empresa, generar utilidades que determinen el éxito, así como mantenerse en el agrado del cliente para persistir como negocio. Toda organización tienen como prioridad ser generadora de riqueza y la empresa familiar no es la excepción. La diferencia de éstas, es que además se persiguen objetivos familiares, los cuales hacen referencia a conseguir la armonía y cohesión familiar, que los miembros de la familia tengan una comunicación y trato basado en el respeto y la felicidad común. Para el líder, lograr estos objetivos sería haber cosechado el fruto de tantos años de esfuerzo y dejar la empresa con plena seguridad de que podrá seguir funcionando de igual o mejor manera durante su ausencia.   11. Reglas claras por escrito Es indispensable que tanto los mandamientos, como los acuerdos de familia con relación a la empresa queden plasmados por escrito en un protocolo familiar. Un protocolo debe partir de la acción decidida de compartir una visión empresarial, un modelo familiar y valores. Así, para que éste sea conocido y aceptado como marco regulatorio por todos los integrantes actuales y futuros de la familia, debe incluir por lo menos el siguiente contenido: información de la familia, historia de la empresa, valores, órganos de gobierno, políticas de incorporación y salida de familiares de la empresa, remuneración, conducta.   Conclusión Sería difícil pensar que alguno de los mandamientos presentados se pueda omitir. Por supuesto que en la práctica sucede, ya que lo “ideal” no existe ni en personas ni en familias. No se trata de ser puristas, pero sí disciplinados, y esto se logra sólo con perseverancia y, sobre todo, con congruencia. El jefe de familia y sus integrantes principales deben cuidar mucho el ser congruentes entre lo que dicen y hacen. De nada servirá tener estos mandamientos por escrito si el o los que lo proponen hacen lo contrario, consciente o inconscientemente. ¿O alguien se imagina a Moisés robando o mintiendo?     Contacto: @mariorizofiscal  

 

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