Aunque las instituciones financieras en México gozan de buena salud, existen dos vías por las que podría haber un impacto tras la normalización de la política monetaria en Estados Unidos, advierte Standard and Poor’s.   Los bancos y la economía mexicana podrían verse beneficiados de una potencial alza de interés en las tasas de referencia de la Reserva Federal en Septiembre, sin embargo, existen dos vías por las que podría haber un impacto en las instituciones financieras según  prevé la calificadora de riesgo Standard and Poor’s (S&P). “Esperamos que el incremento de las tasas de interés de Estados Unidos debilite al peso mexicano, disminuya la liquidez, exacerbe la volatilidad del mercado financiero, eleve las tasas de interés locales y pueda aumentar la cartera vencida en los segmentos minoristas y de créditos denominados en dólares”, advierte la calificadora. En general, la calificadora ve un panorama del sector financiero que ofrece un nivel moderado de deuda y otorgamiento de crédito denominado en dólares, además de adecuados niveles de liquidez los protegerá del impacto de una menor liquidez y de una calidad de activos más débil tras el aumento de las tasas de interés de la Fed. “El aumento de las tasas de interés de Estados Unidos subrayará la solidez de su economía, cuyo efecto rebote podría ser benéfico para México debido a su fuerte vínculo económico con su vecino del norte. Como resultado de ello, aumentarán la demanda y oferta de crédito favoreciendo la rentabilidad de los bancos locales. Por lo tanto, esta dinámica positiva probablemente mitigue los riesgos de las mayores tasas de interés”, explica la firma en un análisis. Estos son los dos principales riesgos para los bancos, según Standard and Poor’s
  1. Liquidez: Habrá un impacto directo debido a la exposición de los bancos de la región a una contracción de la liquidez, al incremento de las tasas de interés domésticas y a la depreciación de las monedas locales.
  2. Impacto económico: Se prevé un impacto del fortalecimiento del dólar sobre la economía real en términos de la calidad de activos, rentabilidad y otros elementos en los balances de los bancos. Las pequeñas y medianas empresas y las familias probablemente enfrenten condiciones de financiamiento más difíciles, lo que presionará la calidad de activos de los bancos por incumplimientos más altos.

 

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