La demanda interna es uno de los principales motores de las previsiones de desempeño económico; sin embargo, la capacidad de compra y la confianza del consumidor mexicano están en un momento crítico.       El consumidor mexicano se encuentra en medio de una crisis con dos detonantes principales: la falta de confianza y la reducción de los ingresos de las familias. El mayor problema, advierten expertos, es que la demanda interna se estimule sólo a través del crédito, pues el resultado podría ser no sólo menos consumo, sino mayor endeudamiento que traiga desestabilidad. Los pronósticos de crecimiento económico para México se han deteriorado ante el lento avance de indicadores clave. Algunos economistas han empezado a hablar sobre la posibilidad de un crecimiento más cercano al 2% que al 2.7% previsto por la Secretaría de Hacienda. El propio Banco de México (Banxico) recortó su intervalo de crecimiento para 2014 a 2.0 y 2.5% desde 2 .0 y 2.8%. “El crecimiento basado en consumo tiene limitantes ante una baja inversión pública y privada. El último reporte del Banco de México sobre la situación financiera explica que hay un ligero deterioro en las tasas de morosidad y una expansión demasiado lenta de los financiamientos”, señala Carlos Brown, asesor y consultor económico, quien advierte que tratar de estimular el consumo a través de crédito sólo generará una crisis de endeudamiento. Un reporte de Intercam explica que los dos últimos años la economía de México ha crecido a una tasa muy modesta debido al desempeño del consumo. “La realidad es que el consumo –componente que representa dos terceras partes del PIB– ha tenido un desempeño moderado. De hecho, las empresas relacionadas con el consumo han mostrado débiles resultados, porque la confianza está por los suelos y no hay suficiente ingreso disponible”, expone. El consumo privado interno de México cayó un 0.28% a tasa desestacionalizada en agosto respecto al mes anterior por una debilidad en el gasto en bienes y servicios de origen nacional. En 2009, cuando Estados Unidos luchaba por llevar la economía a terreno positivo tras la crisis internacional, Bank of America Merrill Lynch advertía en un reporte que una nación con consumidores sin confianza no sólo tendería a no recuperarse pronto, sino a reportar un bajo crecimiento de manera crónica, y México está en un escenario donde hay varios factores en contra del ánimo de consumo.   ¿Por qué los mexicanos no compran más? Reactivar la economía a través del consumo habla de una sociedad sana, que siente confianza de gastar; sin embargo,  las encuestas a analistas del sector privado arrojan que la violencia ha generado un deterioro en las expectativas. “La caída más grande la estamos viendo en la perspectiva del país a futuro, pues ha disminuido el número de personas que consideran que la perspectiva sea mejor que hace un año. Esto interfiere en decisiones de compra de bienes duraderos y en inversiones”, señala Carlos Brown. Sin embargo, no todo depende de los ánimos. Entre 2008 y 2012, el ingreso mensual corriente en los hogares mexicanos pasó de 43,124 a 38,000 pesos. Por su parte, la OCDE señala que, tras la crisis, México reporta el mayor descenso en el ingreso de los hogares entre los países miembros. “El ingreso se ha venido disminuyendo a la par que la canasta básica rural y urbana presenta una inflación de 6 y 5%; esto habla de que a los mexicanos cada vez les cuesta más comprar los bienes básicos indispensables, lo que deja menos espacio en el presupuesto para bienes duraderos. Esto explica las bajas ventas en tiendas minoristas y el lento otorgamiento de financiamientos hipotecarios”, explica el economista. grafico consumo   Lo que se puede hacer México es la novena economía más grande a nivel mundial, y más de 50 millones de mexicanos tienen entre 12 y 40 años. Con una sociedad joven en una economía robusta es normal apoyar el crecimiento en el consumo; sin embargo, es importante fortalecer otros motores para tener resultados favorables. Carlos Brown expone que hay al menos cuatro acciones que pueden detonar un mayor crecimiento:
  1. Inversión pública: Las reformas estructurales no serán suficientes sin una inversión pública que se ejerza de manera eficaz en materia de capital productivo.
  2. Certidumbre en el Estado de derecho: La Junta de Gobierno del banco central dijo por escrito, en su último Anuncio de Política Monetaria, que existe la posibilidad de que “los recientes acontecimientos sociales afecten las expectativas de los agentes económicos”. En otras palabras, los inversionistas necesitan la certeza de que el Estado puede afrontar los últimos acontecimientos violentos y reestablecer un clima de paz.
  3. Política fiscal: La política fiscal, dice Brown, se ha utilizado como una herramienta para preservar la estabilidad macro, y no para estimular el crecimiento económico.
  4. Política industrial: Implementar una política industrial implicaría una serie de facilidades para detonar sectores clave en el país, como aeronáutica y robótica. El doctor en economía Dani Rodrik señala en una columna para Project Syndicate que la estrategia de México, de apuntalar las exportaciones antes que la mejora en los estándares de producción local, ha generado que los niveles de vida caigan en el país.
“Los niveles de vida en México se han reducido aún más que en Estados Unidos y la mayoría de las economías de los mercados emergentes. Probablemente ningún otro país en el mundo presenta un contraste más marcado entre el éxito que proyecta al exterior y el fracaso interno.”

 

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