Como es bien sabido, la inflación se ha ubicado en números que no se observaban desde hace 20 años. A pesar de ello, muchas personas no son del todo conscientes de lo que implica la subida de los precios de los bienes y servicios que consumimos regularmente. Este aumento sin duda es una llamada de atención ante la que debemos tomar medidas inmediatas.

En algunos casos, al acudir al supermercado, podemos percatarnos si hubo una variación en el precio de determinados artículos. A algunas personas podría no importarles y los comprarán; pero otras, analizarán este cambio y optarán por sustituirlos por otros más baratos, o bien, hacer un ajuste en su lista de compra para no sobrepasar la cantidad que tenían presupuestada para gastar.

Al término del mes, podríamos darnos cuenta de que también algunos servicios que pagamos subieron de precio, como la televisión de paga, el gas o posiblemente la mensualidad de nuestra tarjeta de crédito, ya sea departamental o de alguna institución financiera, en caso de que tenga una tasa de interés variable. 

En situaciones como la actual inflación es importante tener una conversación con la familia, para analizar el presupuesto que se tenía definido dentro del hogar, identificar los gastos que se podrían recortar y los que se pueden evitar, como es el caso de los gastos hormiga que hacemos día con día (el café, los cigarros, entre otros).

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Quizá lo más importante es averiguar cómo afrontar nuestras deudas para que estas no empiecen a crecer con los intereses moratorios por la falta de pago, de modo que eso afecte nuestro historial crediticio.  

Por todo lo anterior, en la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) queremos hacerte las siguientes recomendaciones para el cuidado de tu dinero:

1. Elabora un presupuesto familiar a detalle de tus ingresos y gastos. Esto te permitirá priorizar cuáles son los gastos necesarios y cuáles pueden dejarse para después o suprimirse definitivamente. Antes de comprar algo, considera de manera objetiva si es estrictamente necesario adquirirlo; la pregunta clave es: ¿realmente lo necesito?

2. Hecho lo anterior, no tomes una decisión de compra hasta que hayas comparado precios y calidad. En tu comparativo siempre considera plataformas de comercio electrónico confiables, ya que en ocasiones suelen tener una amplia gama de productos y marcas y con frecuencia son más económicas. Por supuesto, cuida todas las medidas de seguridad para la protección de tu información personal y asegúrate de gastar solo lo indispensable

3. Independientemente de que tu compra sea física o electrónica, elabora una lista de productos necesarios. Esto te ayudará a gastar solo lo indispensable en el marco de la alta inflación y a no “echar al carrito” indiscriminadamente lo que se te antoja

4. Da una oportunidad a las marcas más económicas que garanticen una buena calidad, aún cuando no sean las que acostumbras comprar o tus favoritas. Una excelente opción son las llamadas marcas “libres” o “blancas”, líneas de productos genéricos que el supermercado vende bajo su nombre con muy buen nivel de calidad, pues son productos que el comercio encarga a uno de los propios proveedores de las marcas que vende

5. Ten cuidado con algunas ofertas. El llamado 2×1 es un anzuelo que con frecuencia hace a las personas comprar cosas que no necesitan. Quizá otros comercios puedan tener mejores precios sin ofrecer descuentos. Compara el precio unitario antes de comprar. También sé precavido con los meses sin intereses. Si bien esta es una excelente opción para pagar poco a poco alguna compra, no adquieras muchos productos o servicios bajo este esquema, de lo contrario acabarás con una deuda mensual altísima

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6. Haz un análisis detallado de los gastos prescindibles, pequeños y recurrentes, también llamados “gastos hormiga”. Recorta algunos para poder generar un pequeño ahorro. Si bien su costo independiente pareciera poco, varios de ellos en conjunto sí pueden constituir un monto significativo

7. Otra buena estrategia para afrontar la inflación es anticiparse a la compra de bienes o productos que una familia necesitará en un futuro próximo. Por ejemplo, adquirir útiles escolares antes de que empiece la temporada escolar. También puedes comprar una cantidad menor a la que generalmente acostumbras

8. Posterga gastos no indispensables mientras el entorno inflacionario permanece

9. En lugar de dejar tus recursos en una cuenta de depósito, busca invertir en instrumentos como Cetes directo, una plataforma gratuita en internet que permite a cualquier persona invertir desde 100 pesos en valores gubernamentales de bajo riesgo, con un buen rendimiento y sin la intermediación de la banca, casas de bolsa u otras instituciones. Además, puedes disponer de tu dinero en el momento que lo desees

10. En la medida de lo posible, diversifica tus fuentes de ingreso para que no dependas de una sola que te haga estar en problemas si llega a faltar.

Como dice el dicho, esta época “más vale prevenir que lamentar”. Todo indica que esta situación será temporal y ojalá hacia finales del próximo año estemos en los niveles de inflación a los que usualmente estamos acostumbrados.

*Óscar Rosado Jiménez es presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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